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Cuando el silencio se hace cómplice

Sierrallana fue un lugar donde la dignidad de los profesionales se dejó a la intemperie

Domingo, 5 de octubre 2025, 07:43

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El Juzgado de lo Penal ha confirmado penas de tres a cinco años de cárcel por coacciones a varios compañeros por parte de cuatro empleadas ... del laboratorio de Anatomía Patológica del Hospital Sierrallana entre 2011 y 2019: ridiculización, insultos, desprestigio de superiores y presión para que otros trabajadores no cuestionaran su autoridad. En 2018, el conflicto trascendió a nivel interno, pero el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales y la Dirección del hospital no adoptaron medidas para poner fin al problema. Lo que ha ocurrido es mucho más que una anécdota judicial. La condena a prisión a estas cuatro sanitarias no es solo la historia de unas personas que traspasaron los límites, es el reflejo de lo que ocurre cuando quienes tienen que velar por el bienestar de los trabajadores optan por mirar hacia otro lado. La sentencia lo señala con claridad: el conflicto era conocido por la Dirección del hospital, que no tomó medidas efectivas. Aquí está la clave: el maltrato, sea cual sea su forma, no se sostiene únicamente por quien lo ejerce, se alimenta del silencio de quienes lo permiten, de la pasividad de los que, pudiendo intervenir, no lo hacen.

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