Heroínas de ayer y hoy
Con Pedro Velarde alentando su cañón contra los franchutes en la plaza que lleva su nombre, pocas ganas tenemos a la hora de honrar a ... otros héroes de la Guerra de la Independencia, aunque la corriente feminista me arrastra para destacar a unas cuantas mujeres de armas tomar a las que no le temblaron las piernas en el combate.
La más conocida es Agustina de Aragón, catalana ella, no aragonesa, aunque su hazaña se produjo en la defensa de Zaragoza cuando, caídos o muertos todos los defensores de la Puerta del Portillo de la ciudad, disparó un cañón contra los franceses que, creyéndose víctimas de una emboscada, huyeron mientras nuevos defensores acudieron a la puerta para seguir defendiéndola.
Otra heroína fue la jienense María Bellido, que arriesgó su vida en la batalla de Bailén llevando agua a los españoles que combatían bajo un intenso calor. Una bala rompió su cantarillo y, sin inmutarse, recogió parte de la vasija donde quedaba un poco de agua para ofrecérselo a un general. Desde entonces, en el escudo de Bailén aparece un cántaro agujereado.
Más vinculada con Pedro Velarde fue Manuela Malasaña, bordadora de 17 años que participó en la defensa del Parque de Artillería de Monteleón, donde murió el artillero cántabro. Dicen que Manuela fue ejecutada por defenderse con unas tijeras.
Clara del Rey fue otra de las mujeres que estuvo ayudando a los militares y el pueblo de Madrid contra los invasores, hasta que un cañonazo acabó con su vida. Clara era madre de dos hijos, y entre el 2 de mayo y el cercano día de la madre no será inapropiado considerar heroínas de combate a todas las madres, y más en estos tiempos donde la maternidad no está de moda ni es ejercicio de admiración ni de reconocimiento, tan sólo un recurso comercial más para regalar. Felicidades a todas esas heroínas de hoy.
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