Aquí sigo preocupado por este bicho que nos trae de cabeza a todos y mordiéndome la lengua para no hablar de aquellos -bichos humanoides- que no están a la altura. Habrá tiempo. Después de tantos días de confinamiento es momento de compartir pensamientos, ideas, sentimientos. Y es lo que voy a hacer hoy con la ayuda de mis compañeros -muchas gracias- de esta Redacción, a distancia pero más viva que nunca. ¿Qué nos pasa por la cabeza? ¿En qué pensamos? Ahí va una selección. Sin filtros. «Es la guerra de la soledad». «Esta situación va a suponer un antes y un después en nuestra forma de vida y de relacionarnos». «Me invade la angustia, pero quiero pensar que pasará... y nos hará mejores personas». «Esto no es una guerra. Es un estado nuevo de conciencia». «Estamos aprendiendo a valorar muchas cosas»...
Reflexiones que denotan preocupación y frases con mensaje como esta: «Sentir la familia». Sí, ahora más que nunca. Y palabras. Muchas. «Paciencia». «Preocupación». «Sacrificio». «Pelea». «Irrealidad». Una «pesadilla» que unos llevan mejor («A veces me planteo si soy muy raro o debería sentirme mal por llevar tan bien el confinamiento») que otros: «Yo estoy acojonado».
Ya ven. Un cóctel de reflexiones que comparto con ustedes como terapia, autoterapia. Pero seamos positivos. Los mismos autores de los entrecomillados han dejado otros mensajes motivadores. De esperanza. No queda otra: «Conseguiremos superar esta crisis y salir adelante». «Venceremos». «El bicho tiene los días contados». «Este aprendizaje nos hará mejores». «Un día más es un día menos». «Saldremos y será una oportunidad para valorar mejor la libertad». «La paciencia tiene premio». «Después de lavarnos las manos, cuando todo pase nos miraremos de otra manera». «Resistir es vencer». Y uno, muy especial, con el que quiero acabar: Familia, amigos, compañeros, «pronto volveremos a abrazarnos». Muy pronto.
