«Odiaría ser una líder en la vida real»
ACTRIZ
Oskar Belategui
Jueves, 18 de mayo 2017, 20:39
Jessica Chastain hace buenas migas estos días con Pedro Almodóvar: es miembro del jurado presidido por el manchego que otorgará la Palma de Oro en Cannes. La actriz californiana pisó la alfombra roja del festival francés por primera vez en 2011. Dos nominaciones al Oscar después, a sus 40 años es una estrella y una de las voces más reivindicativas de Hollywood.
La protagonista de 'Criadas y señoras', 'El árbol de la vida' y 'La noche más oscura' se mete en la piel de una mujer implacable en 'El caso Sloane', un apasionante 'thriller' que descubre las bambalinas de Washington. Chastain encarna a una de las profesionales más brillantes de una empresa que trabaja para los 'lobbies', los grupos de presión que se mueven en las altas esferas del mundo político y empresarial.
«Es una mujer increíblemente inteligente, ambiciosa y compulsiva en su deseo de ganar, pero también muy vulnerable», cuenta la actriz. «El guion es muy inteligente, nunca trata con condescendencia al espectador». Un proyecto de ley que impondrá una nueva regulación a las armas de fuego obligará a la protagonista a tomar partido. Dirigida por John Madden, 'El caso Sloane' es un digno heredero de los 'thrillers' con vocación liberal de los años 70. «La película está llena de giros imprevistos», promete Chastain. «Justo cuando crees que sabes lo que está pasando, hay una gran sorpresa. Me gustan las películas que te mantienen en vilo».
Interpreta a una profesional adicta a ganar.
A mayor riesgo, mayor es la victoria. El lobby de las armas dona mucho dinero a campañas políticas y a los políticos les preocupa conservar sus escaños, así que ejerce mucha influencia en el Congreso, lo que lo convierte en un adversario formidable para ella. La auténtica cuestión que tratamos es qué está corrupto en nuestro sistema, qué es lo que no funciona en la política estadounidense y por qué el cambio es tan complicado.
'El caso Sloane' muestra cómo se hace, de verdad, política en EE UU.
Creo que es una película muy polémica. Pero también tiene connotaciones positivas, porque plantea cuestiones muy interesantes, como por ejemplo, mostrar que los políticos escuchan más a los patrocinadores que a los propios votantes. El filme también refleja cómo se mueve una mujer en el mundo de la política, igual que un hombre. Doy vida a una mujer muy ambiciosa y, a veces, despiadada. Puede que esto choque porque lo que se espera de una mujer es que se case y tenga hijos. Mi personaje ni siquiera se lo plantea. Me parece muy interesante cargarme por completo ese tópico.
Mujeres fuertes
Usted, al igual que su personaje, se reconoce una adicta al trabajo. ¿Tiene algo bueno ser así?
Este año no voy a trabajar, me voy a tomar un descanso. A lo mejor a final de año hago alguna película, pero lo cierto es que amo mi trabajo. ¿Por qué? Porque tengo la sensación de que no estoy trabajando. Eso es lo que siento cuando estoy rodando.
¿Qué piensa de los lobbies?
Antes de empezar el rodaje fui a Washington y me reuní con doce mujeres que pertenecían a lobbies. Me di cuenta de que muchas trabajan en buenas causas, como el sistema sanitario o la igualdad de los salarios entre hombres y mujeres. Es decir, que no creo que todos los lobbies sean malos necesariamente. El problema es que no es bueno que las corporaciones financien las campañas políticas, eso envenena el sistema.
Interpreta usted a una mujer muy fuerte.
Todas las mujeres son fuertes. Me gusta que mis papeles representen a mujeres reales, que sean personajes realistas que yo veo alrededor. Me gustan los papeles bien escritos.
¿Qué más le atrajo de esta mujer tan fría?
Romper el estereotipo de una mujer. Y también interpretar a alguien que es siempre la más lista de la habitación. Está drogada y habla muy rápido. Es muy cansado mantener esa energía, yo no soy así para nada.
Pero casi siempre ha interpretado a una líder.
En la vida real odiaría ser una líder. Lo que sí me gusta es que mis personajes sirvan de inspiración para niñas o jóvenes. Se tienen que dar cuenta de que pueden hacer cosas que la sociedad dice que no son para ellas, como ser astronauta, física o política.
Es una de las voces más destacadas contra la desigualdad salarial entre hombres y mujeres.
Hemos conseguido quitarnos el estigma y el miedo a la hora de hablar de ello. En los inicios de mi carrera pensaba que si hablaba de una injusticia se acabaría mi futuro laboral. Por aquella época había miedo. Ahora nos hemos dado cuenta del poder de los colectivos. Curiosamente, la elección de Trump ha generado una mayor reacción, también en la industria del cine. No se pueden defender esas causas, como el racismo. La industria defiende otra cosa, refleja lo que pasa en la sociedad y es completamente distinta a los objetivos del presidente.
Está junto a Pedro Almódovar en el jurado de Cannes.
Qué maravilla estar con él. Antes del festival cené con él y estuvimos hablando de todo, también de política. Me impresiona su gran sensibilidad y cómo defiende a las mujeres. He aprendido un montón estando a su lado. Me impresiona su inteligencia y su humanidad.