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Gótica y vanguardista

Gótica y vanguardista

Valencia ha conocido en los últimos tiempos una espectacular renovación arquitectónica de la mano de Calatrava, Foster, Chipperfield y compañía, pero su corazón sigue siendo medieval. Por eso, lo lógico es empezar visitando el centro gótico, donde se forjó su poderío. Luego bajar por el antiguo cauce del Turia y acabar en el mar

guía repsol

Viernes, 18 de marzo 2016, 16:04

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Primera mañana

Horchata y Santo grial

09.00 Un desayuno histórico

La plaza del Mercado es un buen lugar para desayunar y empezar a tomarle el pulso al corazón histórico de una ciudad que en el siglo XV marcó el ritmo del comercio, la cultura y la política del Mediterráneo. Aunque abarca seis barrios, el más carismático y palpitante, el del Carmen, ha acabado dando nombre a toda la zona.

La plaza aparece dominada por el Mercado Central. Los arquitectos Francisco Guardia y Alejandro Soler levantaron entre 1914 y 1928 esta grandiosa obra modernista.

10.00 La Lonja de la Seda

A esta hora abre sus puertas el edificio más importante en la historia mercantil de Valencia: la Lonja de la Seda. Esta maravilla gótica fue construida por Pere Compte entre 1483 y 1498 y sufragada por la Taula de Canvis, la primera institución bancaria valenciana.

Muy cerca, en la plaza Lope de Vega, se yergue la iglesia de Santa Catalina, una de las más antiguas de Valencia, de estilo gótico y con torre hexagonal de finales del siglo XVII. Rodeando el templo por la calle Sombrerería, se pasa junto a dos de las horchaterías más veteranas de la ciudad: El Siglo, y Santa Catalina. Ambas son idóneas para tomarse una horchata con fartons, dulce de bollería alargado y con azúcar glas típico de la ciudad.

12.00 El Santo Grial

Desde la plaza de la Reina se accede por la puerta de los Hierros a la Catedral. Aunque dentro hay varios goyas, el brazo incorrupto del patrón san Vicente y una de las mayores custodias de España, el imán de todas las miradas es el Santo Cáliz, una copa de ágata labrada en algún taller oriental entre 100 y 50 años antes de que Cristo bebiera en ella.

Detrás de la catedral está el yacimiento arqueológico de LAlmoina, donde pueden verse desde unas termas romanas del siglo II antes de Cristo hasta un pozo medieval.

Primera tarde

A comer y de tiendas

14.00 Restaurantes laureados

Para comer de lujo, sin alejarnos del centro, la mejor opción es La Sucursal, donde se elaboran platos contemporáneos, en consonancia con el museo dentro del cual se encuentra, el Instituto Valenciano de Arte Moderno. Otros dos establecimientos céntricos de calidad notable son el gastrobar Vuelve Carolina y el restaurante La Embajada. Ya en el Ensanche, las referencias gastronómicas son el Riff y el moderno restaurante de Ricard Camarena.

16.00 Un café sin prisa y con mucho estilo

El café, mejor que en el restaurante, es tomarlo tranquilamente en el Café de las Horas, disfrutando de su exquisita decoración a lo Visconti. O hacerlo bajo las acacias que asombran una farmacia decimonónica en la calle Cavallers, 51, convertida en el Café Sant Jaume.

17.00 Paseo por Caballeros y Serranos

La calle Cavallers fue el decumanus o arteria principal de la ciudad romana y hoy lo es del barrio del Carmen. En su arranque, a pocos pasos de la catedral, destaca la poderosa presencia del palau de la Generalitat, otra buena pieza del gótico civil valenciano que comenzó a levantarse en el siglo XV.

Al rodear el palacio, descubrimos la hermosa plaza de Manises, que parece sacada de alguna ciudad de la Italia renacentista, con edificios como el palacio de Jáudenes y el de los Scala. A continuación, nos dirigimos por la calle Serranos a la plaza de los Fueros. Aquí se erigen, desde finales del siglo XIV, las torres de Serranos, puerta de acceso a la ciudad medieval atribuida a Pere Balaguer, que impresiona por la magnificencia de su arquitectura y su elaborada ornamentación.

18.30 Vino, ropa y decoración

Si nos apetece ir de tiendas, las más curiosas están en las calles Bolsería, Quart y Alta. Además, merece la pena pasarse por Envinarte, un establecimiento con toda clase de vinos, cavas y delicatessen, donde también podemos comprar ropa de estilo rockero para los niños y british para los papás. En las centenarias Bodegas Baviera encontraremos desde vermú a granel hasta las mayores y más caras exquisiteces en materia de vinos, licores y destilados.

21.00 Tapas exóticas o autóctonas

En el barrio del Carmen tenemos dos templos del tapeo. Uno es El Molinón, pequeña y siempre abarrotada sidrería asturiana, deseada por su fabada, su lacón, sus cecinas, su revuelto de oricios y sus tapitas de queso Cabrales. El otro, el Bar Pilar, La Pilareta para los fieles, taberna fundada en 1918 que presume de ser la que más mejillones y clóchinas, pequeños mejillones que se crían en aguas valencianas, ha servido en el mundo.

22.30 Escapada nocturna a Russafa

En el Carmen hay locales tan incombustibles como Calcatta, un palacio del siglo XVII donde la juventud acude a bailar desde hace 36 años. Últimamente, sin embargo, el barrio de moda es Russafa (o Ruzafa), el Soho valenciano. Allí encontramos el Café Mercedes Jazz, el club revivalero Calypso y otros cien lugares más, ninguno de ellos convencional.

24.00 Dos hoteles para soñar

Después de recorrer la vieja Valencia, un buen sitio para descansar es el Hotel del Carmen. Tras la fachada neoclásica hay 25 habitaciones con decoración moderna y vistas a los jardines del Turia. Tampoco está nada mal el SH Inglés, un hotel boutique situado en una antigua residencia señorial frente al palacio del marqués de Dos Aguas, que a su vez alberga el Museo Nacional de Cerámica.

Segunda mañana

Un río de arte

09.00 Pedaleando por el Turia

El 14 de octubre de 1957 se produjo la última gran riada del Turia en Valencia, que causó 81 muertos y la decisión de desviar sus aguas por el sur de la ciudad para evitar nuevas inundaciones. Desecado y ajardinado, aquel cauce acabaría convirtiéndose en el mayor parque urbano de España, con más de 11 kilómetros de longitud. Dos de los reclamos turísticos de la capital, la Ciudad de las Artes y las Ciencias y el zoo de nueva generación Bioparc se asientan sobre el antiguo lecho del Turia. Y edificios tan emblemáticos de la Valencia contemporánea como el Palau de la Música y el IVAM contemplan este río de verdor salpicado de fuentes y paseos arbolados.

10.00 Arte moderno y eterno

A la altura del Puente de las Artes, obra de Norman Foster y parada obligada para conocer una de las principales referencias vanguardistas de Europa, nos encontramos con el Instituto Valenciano de Arte Moderno-IVAM. Ocupa un moderno edificio en la margen derecha del antiguo Turia y en su interior podemos admirar desde obras de valencianos precursores del arte moderno, como Sorolla o Pinazo, hasta creaciones más actuales.

También a orillas del antiguo Turia, pero más abajo, se halla el Museo de Bellas Artes. Es la segunda pinacoteca más importante de España, con casi 3.000 pinturas que abarcan desde el siglo XIV hasta el XX. Lo más destacable son las tablas góticas de los primitivos valencianos: Jacomart, Pere Nicolau, Damián Forment, Reixach Hay una colección de lienzos de grandes maestros del Barroco (como Velázquez, Murillo o Zurbarán) y otra de pintura valenciana del XIX y XX, con Sorolla a la cabeza.

12.00 Ciudad de las Artes y las Ciencias

Muchos visitantes le dedican un día entero a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, construida por Santiago Calatrava. Su puerta es el Umbracle, una pérgola futurista que protege del sol. A su vera, reflejándose en estanques, están el Hemisfèric planetario, cine Imax y espectáculos láser y el Museu de les Ciències Príncipe Felipe. Arriba queda el Palau de les Arts Reina Sofía, una especie de crucero estelar reservado para la difusión de las artes escénicas. Y aguas abajo, el Ágora, donde se celebran eventos como la Valencia Fashion Week y el Oceanogràfic, que es lo más cerca que vamos a estar nunca de un tiburón toro o de una ballena beluga.

Segunda tarde

Mirando al mar

14.30 Peces en el acuario y en el plato

Podemos comer en el restaurante Submarino, bajo las aguas del Oceanogràfic, con miles de peces pasando por las ventanas y alguno, como el rodaballo cocido a baja temperatura, en el plato. Tampoco se tarda ni cinco minutos en llegar al restaurante Vertical, que está en la novena planta del hotel Confortel y, además de platos y vinos novedosos, ofrece unas vistas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que difíciles de olvidar.

Otra alternativa para comer son los restaurantes de la primera línea de la playa de las Arenas, establecimientos especializados en arroces y mariscos, alguno con más de cien años de antigüedad. De 1898 data La Pepica, el más famoso.

16.00 La Malvarrosa de Sorolla y Blasco Ibáñez

La playa de las Arenas se funde al norte con la de la Malvarrosa, la de los cuadros de Sorolla. Amigo suyo fue Vicente Blasco Ibáñez, quien pasó aquí largas temporadas estivales. En la calle de Isabel de Villena, al final del paseo marítimo, se alza la Casa-Museo Blasco Ibáñez, un chalé de tres plantas con hermoso jardín que mira al mar desde una impresionante tribuna y que está lleno de objetos personales del autor de La barraca.

19.00 Atardecer en el puerto deportivo

Un kilométrico espigón separa la playa de las Arenas del puerto deportivo, o Marina Real Juan Carlos I; un espigón por el que es un placer pasear con la mirada en el mar. Aquí, en la Marina, se yergue una de las arquitecturas más sorprendentes de la ciudad: el edificio Veles e Vents, de los arquitectos David Chipperfield y Fermín Vázquez, concebido como centro de recepciones de la Copa América, celebrada en Valencia en 2007 y 2010.

21.00 Las viejas tabernas del Cabanyal

Muy cerca del puerto deportivo y de la playa de las Arenas, el antiguo barrio de pescadors del Cabanyal ha conservado, pese al sunami modernizador de los últimos tiempos, su aire marinero, sus casitas bajas que antaño fueron calafates y almacenes de pescado, y sus tabernas de siempre. Desde 1836 lleva sirviendo buenos vinos y mejores tapas Casa Montaña. En verano reinan las clóchinas y el resto del año, las habas. Además, hay anchoas, sardinas a la plancha, morcilla de liebre Comparada con Casa Montaña, Casa Guillermo abrió ayer: en 1957. Aparte de las anchoas, ya míticas, preparan increíbles tomates de la huerta.

Los que prefieran algo más fashion, reservarán en 39º27 Norte, un restaurante blanco, diáfano y acristalado que se levanta sobre el espigón que separa el puerto deportivo de la playa. Una terraza espectacular es la del restaurante y club nocturno Laydown, con sus camas blancas en plena Marina, junto al puente de la Fórmula 1.

24.00 Hoteles en primera línea de playa

Para alojarse en la zona, hay dos buenas alternativas. El hotel Neptuno ofrece habitaciones bien equipadas en un inmueble de diseño contemporáneo con vistas a la playa de las Arenas, al puerto deportivo y al edificio Veles e Vents. A 300 metros, en la misma playa, se encuentra el hotel Las Arenas, heredero del antiguo balneario de las Arenas, de finales del siglo XIX, convertido en un cinco estrellas de gran lujo con spa.

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