La Policía Local de Camargo y el Ayuntamiento encallan en la búsqueda de un acuerdo salarial
CSIF exige una «última reunión» para mejorar las condiciones mientras que la alcaldesa, Esther Bolado, sostiene que no se plegará a «chantajes»
La ruptura de la negociación entre el Ayuntamiento de Camargo y el cuerpo de Policía Local ha trazado un escenario con pocos visos de solucionarse ... y con algunos más de terminar en los tribunales de justicia. La decisión de la Junta de Gobierno de tumbar el contrato verbal alcanzado por la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y el concejal de Policía, Íñigo Gómez, hace unas semanas –en el que se establecía un aumento de las horas de trabajo y con ellas una mejora salarial– ha reventado casi todas las vías de comunicación entre el sindicato mayoritario y el equipo municipal, que niega toda posibilidad a esta vía al tratarse de un «agravio comparativo» con respecto al resto de funcionarios, como define la alcaldesa, Esther Bolado. Resultado: avances desbaratados, un municipio que de momento fía su seguridad a la Guardia Civil y, por otro lado, una plantilla de 24 policías bajo mínimos que, como viene siendo habitual desde el año pasado, mira cada vez menos de reojo y más directamente la posibilidad de trabajar en otros municipios. En el centro, los ciudadanos.
Sólo una reunión de última hora podría remendar las relaciones, a juicio de CSIF. El único escenario que contempla la agrupación independiente para alcanzar un acuerdo tiene que pasar, «sea como sea», por una nueva mesa de negociación acompañada de un documento. «Nada de compromisos verbales», se encargó de aclarar la delegada del colectivo América González, en alusión a las conversaciones «bienintencionadas pero infructuosas» que el sindicato mantuvo con la concejalía del ramo, la de Gómez, y que, tras la reunión de la junta, cayeron en saco roto. «Aquel acuerdo era completamente asumible para nosotros», recordó.
Los representados de CSIF no quieren ser «engañados otra vez». Por ello, el sindicato encarga ahora al Ayuntamiento «un documento con propuestas concretas» para que lo lleve consigo a la que podría ser la «última reunión» antes de que el caso quede en manos de la justicia, una puerta entreabierta a día de hoy a la espera de un posible acercamiento. Otra puerta, en este caso de salida para los uniformados, puede ser la de trasladarse a otro municipio, lo que viene ocurriendo con frecuencia desde la aprobación del decreto que permite pedir plaza en otros municipios, en 2016. «En enero salen las de Santander. Ellos verán, porque directamente nos invitan a marcharnos», zanjó la portavoz.
Una «fuga» acelerada por el decreto de movilidad de 2016
Fue un día clave para entender la «fuga de agentes», como entienden los miembros de CSIF, que vive Camargo a día de hoy. El 17 de agosto de 2016 el Gobierno de Cantabria anunció la aprobación del decreto que, por primera vez en la comunidad autónoma, permitió la libre movilidad de los agentes de Policía Local. Para la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) la normativa ha significado un acicate determinante para todos aquellos efectivos que patrullan en los municipios con remuneraciones más bajas. «Camargo es el segundo peor pagado de Cantabria, sólo por detrás de Santoña», aclaró la delegada de la agrupación América González. Desde entonces, la «fuga» hacia destinos con salarios más gruesos se ha cebado en el valle, hoy en día con una plantilla de 24 agentes, diez menos que en octubre del año pasado. ¿Cómo funciona? El decreto establece el baremo de méritos aplicable a los concursos para la provisión de puestos de trabajo por movilidad y a los procesos de promoción interna. En los procesos selectivos que se inicien para cubrir plazas, el 20% está reservado para concursos de movilidad entre los Consistorios.
Desde luego, lo que la alcaldesa dejó claro ayer es que el Ayuntamiento no piensa plegarse «ni a chantajes ni ultimátum» por parte del sindicato, y tampoco titubeó ante la posibilidad de zanjar el desencuentro en los tribunales. «Si van por ese camino desde luego que no se llegará a ningún acuerdo, pero no tengo ningún miedo», avisó, antes de recordar «la cantidad de veces» que, en fechas señaladas como Navidad o El Carmen, los agentes han presentado bajas masivas:«Que tengan cuidado ellos también y no amenacen tanto».
«Patético y lamentable»
Uno de los asuntos que más ha enervado a la alcaldesa en las últimas horas tiene con la puesta en entredicho de la seguridad en Camargo, según CSIF, desde que comenzó el desencuentro salarial con los efectivos. «Con eso no hay que jugar. Me parece patético y lamentable que digan que la seguridad está en peligro porque nunca lo ha estado. La Guardia Civil siempre se ha ofrecido para poner una patrulla exclusiva para nosotros. Precisamente hubo un repunte en robos y viviendas durante marzo y abril, cuando la plantilla de Policía estaba completa», afeó.
De ahí, la alcaldesa pasó a poner en valor el trabajo y la voluntad de pacto de quien ha estado al frente de las negociaciones durante estos últimos meses, el concejal de Obras, Personal y Policía Local, Íñigo Gómez. Esa intención sigue en pie para todo el equipo municipal. ¿Pero qué margen le queda al Consistorio y a CSIF? Ambos tienen claro que es necesario el «diálogo y el trabajo por las dos partes», como destacó la alcaldesa y recogió igualmente el concejal. Toda vía es asumible para el equipo municipal salvo la del «agravio comparativo» que suponía el anterior preacuerdo para el resto de funcionarios del valle. A ese respecto, Gómez aseguró que «lo que no se consiguió a la primera, se hará a la segunda y, si no, a la tercera».
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