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Uno de los fresnos talados en el Parque de las Fuentes de Reinosa. Arca
Talan dos grandes fresnos en Reinosa, otro «arboricidio» a la sombra del estado de alarma

Talan dos grandes fresnos en Reinosa, otro «arboricidio» a la sombra del estado de alarma

Arca calcula que los dos ejemplares cortados en un parque de la capital campurriana tenían unos 175 años | Es el tercer caso denunciado en Cantabria durante el confinamiento, tras el robledal arrasado en Cóbreces y los tres árboles arrancados en el centro de Santander por las obras de la calle Alta

Mariña Álvarez

Santander

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Martes, 19 de mayo 2020, 14:17

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Nuevo episodio de tala de grandes árboles llevada a cabo durante el confinamiento de la población, acciones que levantan las quejas de testigos y empujan a los colectivos ecologistas a denunciar. En esta ocasión han sido fresnos los que han sucumbido a las sierras eléctricas, ejemplares «monumentales y longevos» que hasta ahora -y calculan, por los anillos del tocón, que desde hace unos 175 años- daban sombra en el Parque de las Fuentes de Reinosa.

Según la organización Arca, que ha denunciado los hechos ante el Ayuntamiento de la capital campurriana y también en el Gobierno de Cantabria, se talaron dos fresnos en abril «aprovechando el estado de alarma durante la crisis del Covid-19». Estaban sanos, según han observado en los troncos cercenados, y los que han eliminado son «unos de los mejores árboles de la ciudad: lo que constituye una agresión al medio ambiente, al paisaje, a la salud y al patrimonio, por parte de la autoridad municipal que precisamente debiera de ser la más responsable e interesada en conservarlos».

Otras imágenes de la tala de fresnos de Reinosa. Arca
Imagen principal - Otras imágenes de la tala de fresnos de Reinosa.
Imagen secundaria 1 - Otras imágenes de la tala de fresnos de Reinosa.
Imagen secundaria 2 - Otras imágenes de la tala de fresnos de Reinosa.

A juicio de Arca, que una tala de estas características se realice en estos tiempos de confinamiento, en los que se tiene una «especial sensibilidad social hacia el medio ambiente, y la importancia del arbolado en general y muy especialmente en entornos urbanos», el Ayuntamiento de Reinosa lo que ha mostrado es «su falta de aprecio al papel fundamental que desempeñan los árboles en el medio urbano para la calidad de vida, el paisaje, la tradición y la cultura de Cantabria».

Reinosa asegura que habia peligro de caída

El Ayuntamiento de Reinosa ha señalado que la tala de dos fresnos en el Parque de Las Fuentes, denunciada hoy por ARCA, se llevó a cabo en el mes de febrero por el «peligro» de caída que presentaban ambos ejemplares, y ha rechazado las críticas de la asociación ecologista, a la vez que anuncia que próximamente serán sustituidos por otros dos fresnos.

En un comunicado, el Consistorio explica que la tala de llevó a cabo a raíz de la petición efectuada por un vecino del municipio y responsable de la Escuela de Bolos, quien expuso su preocupación por el «deficiente estado de los árboles», los cuales, adujo, suponían «un peligro» para los niños-alumnos de esta entidad deportiva así como para el público que acude a la bolera ubicada en esta zona verde.

El Ayuntamiento detalla que debido a «la inquietud generada», solicitó sendos informes técnicos a una empresa especializada en arbolado urbano y jardinería, así como a una profesional del sector, en concreto a una ingeniera agrónoma, quienes confirmaron que, efectivamente, «había un serio riesgo de caída a causa, entre otros, del deterioro y podredumbre que presentaban sus raíces y las cavidades de su tronco».

Otras talas en Cóbreces, Santander, Loredo, La Cavada...

Esta de Reinosa es la tercera tala desarrollada en Cantabria que ha saltado a los medios de comunicación en las últimas semanas, aunque meses atrás hubo muchas otras de similar impacto, por tratarse de árboles de gran porte y en entornos 'humanizados' -en zonas pobladas-. A principios de mayo se denunció la tala de decenas de robles centenarios en montes comunales de Cóbreces (Alfoz de Lloredo) -en este caso en ámbito rural-, unos hechos que van a ser investigados por la Consejería de Medio Ambiente, donde solo constaba el permiso para talar eucaliptos. Fue Ecologistas en Acción quien dio la voz de alarma.

Manuel Fernández, vecino de Cóbreces, muestra el tocón de uno de los robles talados.
Manuel Fernández, vecino de Cóbreces, muestra el tocón de uno de los robles talados. Javier Rosendo

Días antes, a mediados de abril, levantaba una considerable polvareda la tala de árboles autorizada por el Ayuntamiento de Santander para desarrollar las obras del nuevo ascensor de la calle Alta. En este caso, sucumbieron tres ejemplares en pleno centro de la ciudad: un castaño, un ciprés y una palmera, todos de más de setenta años, que estaban en el parque Juan José Ruano, encima del Pasaje de Peña. Fue calificado como «arboricidio», por parte de ciudadanos que compartieron fotos y vídeos de la tala a través de las redes sociales y colectivos como la plataforma en Defensa de la Bahía (Deba). A raíz de la polémica, el Ayuntamiento indicó que serían «trasplantados» y explicó que, si se 'retiraron' de allí, fue porque las obras impedían mantenerlos en su ubicación original.

A la vista de estos casos, Arca lanza una reflexión: «parece que la ausencia de testigos presenciales a causa del confinamiento por la crisis del coronavirus, pudiese estar siendo aprovechado para deshacerse de ejemplares arbóreos de gran porte. Lo que demuestra la mala conciencia con la que se actúa, por la impopularidad y contestación creciente que estas talas suscitan entre la ciudadanía, que las percibe contrarias al medio ambiente urbano y al interés general de la población».

El portavoz de Arca, Carlos García, puntualiza que las talas pueden ser necesarias, «esto nadie lo duda», pero ve en estas acciones de eliminación de grandes ejemplares «una minusvaloración» del árbol como un ser vivo importante. «En ciudades europeas hay árboles que llegan hasta un cuarto piso, y se respetan. No se les toca (...) Y con estas talas ocurridas en Cantabria cunde el temor a que se conviertan en algo cotidiano».

Hace meses -fuera del actual contexto del estado de alarma- fue polémica la tala del bosque de Loredo, otra de robles centenarios en La Cavada, o la de los plataneros de Comillas que la oposición de los vecinos consiguió paralizar.

Por talas como las citadas, Arca piensa que lo que sucede en Cantabria «es la aplicación del criterio de desconsideración general hacia los árboles y devaluación de los mismos, al relegar su conservación al último lugar de prioridades».

«Ya que el parlamento cántabro, a diferencia de otras comunidades autónomas, se niega a aprobar una ley de protección del arbolado, pedimos a los ayuntamientos y a la Consejería de Medio Rural y Medio Ambiente, que emprendan las iniciativas y gestiones necesarias para garantizar la pervivencia y conservación del arbolado de gran porte en Cantabria», concluye Arca.

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