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Efectivos policiales y sanitarios, anoche en la falsa alarma de Castro Urdiales. Castro Punto Radio
Jóvenes «jugando a gritos» de noche en Brazomar movilizan a los servicios de emergencias

Jóvenes «jugando a gritos» de noche en Brazomar movilizan a los servicios de emergencias

Varias personas creyeron que estaban pidiendo auxilio y llamaron al 112 y a la DYA, y hasta se lanzaron al agua para ayudarlos | La Policía Local sigue con las diligencias para determinar si fue una falsa alarma o una gamberrada, y en ese caso aplicar las sanciones oportunas

Mariña Álvarez

Santander

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Martes, 28 de agosto 2018

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Un presunto malentendido rompió ayer la calma al caer la noche en Castro Urdiales. Viandantes que se lanzaron al agua en Brazomar, embarcaciones que respondieron a la llamada de auxilio, además de bomberos, policías y ambulancias por tierra... todos acudieron a la playa al rescate de unos jóvenes que supuestamente estaban a punto de ahogarse. Por suerte fue una falsa alarma. Dos chicos -uno menor de edad y otro de 18 años- sólo «estaban jugando» en la plataforma acuática, según el servicio de Emergencias Castro, aunque sus gritos «escandalosos» alarmaron a la gente hasta tal punto que hubo varias llamadas al 112 y a la DYA alertando de personas en serios apuros, por lo que se activaron los protocolos de emergencia. Al llegar allí, los efectivos movilizados comprobaron con alivio que todos estaban bien, tanto los chavales como los que se tiraron al mar para salvarlos. Pero la historia no se ha quedado en un simple susto. La Policía Local sigue con sus diligencias por si lo ocurrido pudiera merecer sanción.

Eran las 21.19 horas cuando se produjo la primera de las dos llamadas de alerta recibidas en la DYA. «Testigos muy nerviosos indicaron que había una o más personas pidiendo auxilio en el agua, cuando volvían a nado a la orilla desde la plataforma acuática», cuenta un portavoz de la organización. De inmediato, se hizo lo habitual en estos casos: solo seis minutos después ya estaba en la zona una embarcación de la DYA que habitualmente atraca en el club náutico, a apenas un kilómetro del lugar.

Mientras unos navegaban, se estaba desplegando ya todo el dispositivo en tierra: arranca una ambulancia de la DYA, mientras el 112 -que también había recibido otra llamada sobre las nueve y cuarto- avisa a Emergencias Castro, se activa a la Guardia Civil, la Policía Local, a unidades del 061 y se informa a Salvamento Marítimo. Los bomberos se visten los neoprenos y se inicia el trámite para movilizar otra embarcación más. Entre tanto, se pone en preaviso al helicóptero del 112...

La ambulancia de la DYA, en el dispositivo de anoche.
La ambulancia de la DYA, en el dispositivo de anoche. Castro Punto Radio

Según el jefe de bomberos de Castro, José Manuel Tena, «no consta» que los jóvenes estuvieran pidiendo auxilio, como así manifestaron los testigos que llamaron a la DYA, un extremo que ahora mismo se está investigando, porque marcará la diferencia entre un acto voluntario o involuntario, y si la conducta es sancionable o no. «A nosotros lo que nos consta es el aviso del 112, que alguien desde tierra vio a dos personas en el mar en apuros volviendo desde la plataforma y se tiró al agua a ayudarlos, y alguno más se tiró también», explica Tena.

Al llegar, los bomberos comprobaron que era una falsa alarma, que los chavales no necesitaron ayuda y que los que fueron a rescatarlos -cubriendo a nado una distancia de unos 150 metros- llegaron sin problemas hasta ellos y entonces se enteraron de que no les pasaba nada (algunas voces señalan que los chicos les dijeron que era «una broma» , que estaban «fingiendo»).

No se cuestiona el dispositivo activado, porque para los bomberos «es un aviso por persona en el agua», que implica que los efectivos tengan que equiparse para entrar en el mar y avisar a la jefatura para movilizar la embarcación propia, que serviría de apoyo a la primera de la DYA. «Estos trabajos tienen unos procedimientos establecidos para que todo el abanico de posibilidades quede cubierto», indica.

El 112 confirma que el helicóptero fue 'activado', pero que no llegó a despegar porque justo antes se avisó de que era una falsa alarma. Si hubiera tenido que salir, habría tardado entre 45 minutos y una hora -entre la movilización de la tripulación, llegada al aeropuerto, proceso de comprobación prevuelo, arranque y viaje-. La Policía Local apenas tardó diez minutos en llegar y comprobar que no había pasado nada, pero la maquinaria de emergencias ya estaba en marcha.

Una maquinaria que no se esfuma enseguida. «Una hora» se calcula que todos los medios desplegados estuvieron en Brazomar, porque aunque la Policía Local identificó a los causantes y vio que estaban bien, los efectivos permanecieron en el lugar buscando por mar y por tierra por si hubiera más personas, «hasta confirmar al cien por cien que no hay ningún problema».

Multas de entre 1.500 y 3.000 euros

El jefe de la Policía Local de Castro Urdiales, Domingo García, ha indicado a este periódico que todavía se trata de aclarar la verdadera causa de la ocurrido -si hubo petición de auxilio o solo fueron gritos de chavales jugando- para concluir las actuaciones. «Parece ser que hubo una movilización de efectivos no justificada, pero está por ver si fue involuntaria o intencionada». En el primero de los supuestos, «si personas que con buena fe avisaron a los servicios de emergencia porque pensaban que había unos chicos que necesitaban ayuda, no cabe responsabilidad, porque es lo que se espera de todo ciudadano de bien. Otra cosa es que se determine que ha sido una gamberrada, entonces abriremos expediente sancionador».

Este expediente sancionador que menciona el subinspector de Castro se basaría en la ordenanza municipal de 'Promoción de conductas cívicas y protección de los espacios públicos'. En el título cuarto, sobre el régimen sancionador, consta entre las infracciones calificadas de 'muy graves' la 'Provocación inadecuada y maliciosa de la movilización de los servicios de urgencia'. En cuanto al montante de la sanción, para las 'muy graves' se observan multas de 1.501,01 hasta 3.000 euros. Si los infractores son menores, la responsabilidad corresponde a sus padres y tutores. Además de la multa por no respetar esta ordenanza municipal, en el mismo expediente sancionador se indica el coste del dispositivo de emergencias, ya que «el que ha incurrido es el responsable civil del coste que ha originado», añade García, y es competencia del Ayuntamiento reclamarlo vía judicial, si procede.

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