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El ‘salvavidas’, bisabuelo de Miguel Ángel Montes, José Montes Beci. DM .
‘El salvavidas’

‘El salvavidas’

El pescador pejino José Montes Veci fue encargado de la vigilancia de los bañistas en la playa Salvé

Baldomero Brígido

Laredo

Lunes, 19 de febrero 2018, 09:24

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La atmósfera marina de la playa Salvé de Laredo es de potente influjo para la vida y salud según nos comentaba el médico Tomás Ibarrondo en 1878; a la vez que nos hace una descripción de la citada playa de Laredo con los motivos fundamentales, bien por temas de salud o de ocio, que la hacen deseable para todo aquel bañista que acuda a la misma. Una playa donde se decía que «se ve, se vive y se goza» como reclamo turístico en el siglo XIX.

En este contexto histórico la construcción del Balneario el Fomento a partir de 1888 supuso un gran impulso para la atracción de un turismo de calidad a la villa. Esta construcción contaba con tres edificaciones con diferentes funciones. El edificio más importante, alargado, de 28 metros de largo y 6,65 metros de ancho, albergaba las pilas para los baños calientes con algas y las duchas, el salón de billar, la cantina y una cocina. El segundo edificio constaba de 18,63 metros cuadrados donde se ubicaba la calefacción y tenía un tercer edificio donde estaba el depósito de casetas y que tenía unas medidas de 12,70 m de largo por 7,75 de ancho y donde se guardaba el bote salvavidas que se utilizaba para el control de los bañistas.

En estas fechas prácticamente se desconocían los salvavidas personales, siendo en 1851 el Capitán John Ross explorando el ártico quien construyó el primer salvavidas de corcho. A partir de ese momento se utilizó el citado material para fabricar los citados salvavidas, aunque en nuestras costas llegarían con un cierto retraso siendo la labor de un personaje denominado ‘el salvavidas’ el encargado de salvaguardar la seguridad de los bañistas.

Lo principal, además de ofrecer un extraordinario veraneo a los citados bañistas, era trabajar la prevención de los posibles percances en los baños de mar. Había que estar controlando y guiando a las personas, conversando con ellas, diciéndoles hasta donde se podían adentrar en el mar y los peligros que tenían con las corrientes marinas.

La playa Salvé es y ha sido una playa muy extensa cuya seguridad ha sido alabada por cuantos han visitado nuestras costas. Sin embargo, en el siglo XIX muchos turistas que acudían de Madrid o de Valladolid no sabían nadar y por tanto la contratación de una persona ‘salvavidas’ era fundamental para preservar la seguridad de los bañistas.

Es una parte interesante de nuestra historia del siglo XIX y sobre todo, de la voluntad de personas que se dedicaban altruistamente para salvar a las gentes de los peligros marinos.

En España, José Ricart y Giralt, director de la Escuela de Náutica de Barcelona y miembro destacado de la sociedad española de salvamento de náufragos, fue quien diseñó un bote de salvamento, prácticamente insumergible, de su invención, a finales del siglo XIX.

En Laredo, en la segunda mitad del siglo XIX, sin embargo, las embarcaciones de los salvavidas de los bañistas eran muy rudimentarias; consistiendo en un pequeño bote a remos desde donde se lanzaba un cabo a los bañistas que estaban en peligro.

Uno de los más antiguos ‘salvavidas’, sino el más antiguo conocido fue el famoso pescador José Montes Beci, cuya fotografía ilustra nuestro reportaje. Este hombre, con esta pose de pensador, es un humilde pescador pejino, patriarca de una familia muy conocida en la Villa de Laredo como son la familia Montes.

José Montes Beci fue el padre de Antonio Montes Laya (1886-1898) un conocido patrón de pesca del vaporcillo ‘San Antonio’. Este hombre, en el inicio del turismo de casetas y de los baños de mar, era el encargado de hacer la vigilancia en la playa de los bañistas, en temporada de baños como ‘salvavidas’ con una pequeña embarcación a remo, que pertenecía al Balneario el Fomento, situado junto a la Alameda de Miramar, hasta donde llegaba en aquellos tiempos, la marea en pleamar. Era el encargado de las maniobras del bote salvavidas y un experto en el manejo de lanzar los cabos.

Este hombre, siguiendo su árbol genealógico, fue abuelo de Santiago Montes Luengas (1911-1954) pintor laredano, esposo de Matilde Fernández Enríquez y padre de Santiago, Margarita, Miguel Ángel y Matilde, una familia con gran raigambre en la villa de Laredo.

A él se le debe un reconocimiento especial porque fue uno de los pioneros encargados de velar por la seguridad y la integridad de los bañistas que venían a pasar el verano a nuestra costa.

Sabemos que los Ayuntamientos se hicieron cargo de las Escuelas de Náutica y de la formación de los marinos mercantes así como potenciaron todo lo relacionado con el mar como las Sociedades de Salvamento a partir de la revolución de 1868, que supuso el derrocamiento y exilio de la reina Isabel II y el inicio del sexenio democrático.

Unos años más tarde además de las personas altruistas dedicadas a salvar a los bañistas en la época de baños del 1 de julio al 1 de octubre se constituye una Junta Local de Salvamento que crea la Sociedad de Salvamento de Náufragos de la Villa de Laredo que supuso un avance importante para la seguridad en el mar. Principalmente fueron los marineros quienes percibieron en esta sociedad un alivio destacado ante las desgracias que sobrevenían por los temporales que azotaban a las embarcaciones en el Cantábrico. En los próximos capítulos haremos un recorrido por la evolución de esta Sociedad de Salvamento de Náufragos de Laredo y de alguna de las hazañas más importantes de la misma.

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