Peñarrubia impulsa un pacto político contra la despoblación de la montaña
El municipio ha pasado en dos décadas de 230 habitantes a más de 300 mientras las zonas de montaña pierden censo, ¿causalidad o suerte? «El programa Leader nos ha salvado», dice su alcalde, Secundino Caso
MARTA SAN MIGUEL
PEÑARRUBIA.
Domingo, 14 de abril 2019, 15:57
En el bar de Cicera suena de fondo el 'pitu' y el tambor. Una joven con piercing está al otro lado de la barra ... mientras sincroniza su móvil con la pantalla de la televisión. «¿Qué os pongo?», y lo que pone es un bucle de fotos con paisajes descomunales del valle, en concreto de los siete pueblos que forman Peñarrubia. Algunas las ha hecho ella, Rebeca García, la joven de Maliaño que hace trece años dejó la ciudad para vivir en el pueblo donde nació su madre; el resto son de vecinos del municipio que se las mandan. «Quiero que cualquiera que entre en mi bar vea todo lo que hay en Peñarrubia, que es muchísimo». Hay algo esencial en esta frase que explica la paradoja de este municipio: piensan como colectivo, y mientras la mayoría de las zonas rurales de Cantabria se está vaciando, aquí han pasado en dos décadas de 230 habitantes a sumar casi cien más. ¿Causalidad o suerte?
«Si algo ha salvado a este municipio es el Programa Leader, que la gente decida su futuro y sus proyectos»
Secundino Caso | Alcalde de Peñarrubia
El alcalde, Secundino Caso, no habla de méritos, sino de lógica, y de una política que tiene en la Unión Europea el germen del milagro: «Si algo ha salvado a este municipio ha sido el programa Leader, que apuesta porque la gente del territorio decida su futuro y elija sus propios proyectos», dice en alusión a los fondos de financiación con los que han puesto marcha acciones que redundan en este peculiar censo en los tiempos que corren. El mapa que maneja la catedrática de Análisis Geográfico Regional de la UC, Carmen Delgado, diferencia por colores los municipios que ganan y pierden población. Peñarrubia es una isla rodeada de núcleos que pierden. ¿Dónde está el truco? «Si no tiene nada que ver vivir en el mundo rural con vivir en el mundo urbano, ¿entonces por qué tenemos las mismas leyes?», responde 'Cundo', como todos le llaman en cada uno de los pueblos que visitamos para hacer este reportaje. La ruta tiene algo que busca demostrar que no hay conejo en la chistera, que hay estrategias que hablan de vincular al hostelero con el montañero, a los hijos retornados de un quesero con campamentos y ludotecas en verano para que los niños de fuera «sientan el pueblo como suyo y quieran volver cuando se hagan mayores».
«A una persona que quiera emprender en el medio rural hay que ponerle una alfombra roja, no trabas»
Secundino Caso | Alcalde de Peñarrubia
Ese sentido de continuidad impregna todo lo que sucede desde La Hermida hasta el otro lado del río Deva donde se encuentran los demás pueblos del municipio (Caldas, Cicera, Linares, Navedo, Piñeres y Roza). Lleva 23 años como alcalde de apenas trescientos habitantes, pero su papel como gestor le llevado a presidir la Red Española de Desarrollo Rural y a impulsar junto con los grupos de acción local el 'Pacto por la Montaña', «un decálogo de puntos» que velan por la realidad rural en detrimento de las leyes que emanan de la ciudad y que, a su juicio, «maltratan» la vida en estas zonas. Dicho decálogo se aprobará este martes, día 16 de abril, en la segunda jornada organizada por este periódico en Villacarriedo titulada 'El futuro de los pueblos de montaña: esbozando estrategias'.
La primera convocatoria fue en La Hermida, y ahora, en esta segunda cita, el objetivo será firmar «este protocolo de medidas trasversales con la vicepresidencia del Gobierno de Cantabria e implicando a todas las consejerías con los grupos de acción local para exigir la digitalización del mundo rural, que llegue internet a todas las zonas y revisar las leyes que perjudican al medio rural, como ya sucede en Europa con el plan denominado 'rural proofing'», un programa que consiste en analizar qué leyes perjudican al mundo rural y adecuarlas a la particularidad del entorno: «Hay que empezar a hablar de discriminación positiva y quitar para empezar la regulación que nos perjudica, como el transporte escolar que no permite a los mayores de pueblo usar dichos vehículos, o el exceso de regulación», dice Cundo, y cita los veinte años que le llevó instalar las vías ferratas o el caso de la quesería de Bejes: «Vivían en la ciudad, su padre hacía queso picón, y retornaron al pueblo para montar una empresa y seguir con una tradición que además se está perdiendo, pero se encontraron que la normativa para montar una pequeña quesería es la misma para la fábrica Nestle en Cayón, ¿tiene algo que ver una macrofrábrica de 400 personas con algo artesano?».
El Diario convoca de nuevo a los expertos en despoblación
«Tras las jornadas en La Hermida con El Diario, vimos la necesidad de que los elementos que tenemos son tan frágiles que, o involucramos a todo el mundo, o lo perdemos», dice Secundino Caso cuando habla del gran pacto que se va a firmar en la segunda jornada organizada por este periódico el martes, día 16, en Villacarriedo. 'El futuro de los pueblos de montaña: esbozando estrategias' es el título de este encuentro que reunirá en el Palacio de Soñanes a representantes del Gobierno de Cantabria (Vicepresidencia y Consejería de Medio Rural) con expertos de la innovación en el ámbito de la gestión rural.
A su juicio hay un «exceso de regulación» que juega en contra de la delicada situación del mundo rural: «Es un error que hemos cometido las administraciones, centrar en las ciudades y cabeceras de comarca los servicios y las inversiones». Ahora, este goteo del censo está vaciando 24 municipios que a día de hoy cuentan con menos de diez habitantes por kilómetro cuadrado. No es el caso de Peñarrubia, pero su impulso por detener el problema es la punta de lanza de una estrategia trasversal que pide cambios de mentalidad: «Para la vía ferrata tardamos ocho años, la quesería en Bejes tardó cinco años entre informes del Parque Nacional, el Ayuntamiento, de guardas forestales... ¿qué estamos haciendo mal las administraciones?». Y añade: «A una persona que quiera emprender en el medio rural con un plan de viabilidad se le debe poner una alfombra roja no trabas administrativas».
Recuperar no, repensar
«Más que recuperación, habría que hablar de repensar muchas de las formas tradicionales de habitar lo rural para poder proponer otras nuevas», dice la socióloga María Montesinos, participante este martes en la jornada de Villacarriedo. Para ello, cita como ejemplo la cooperativa Siete Valles de Montañal, a la que pertenece como productora ecológica: «Es un proyecto que conecta (gracias a la comunicación digital) a productores rurales con consumidores urbanitas, creando un lazo basado en los canales cortos de comercialización de un producto ecológico que contribuye a fijar población, a obtener precios justos para los ganaderos, a cuidar del ecosistema y a tener una opción de trabajo digno en el medio rural».
«Hay un choque entre la regulación de lo rural y su futuro, y el exceso de normas impide toda innovación al limitarlo a su preservación y conversación», dice el psicólogo Pablo Priesca, segundo de los expertos que este martes aportará la visión innovadora sobre la despoblación, un problema que se ha metido en los medios de comunicación, «y que no vamos a dejar que salga», dice el alcalde de Peñarrubia, consciente de la importancia de que la sociedad esté al fin mirando a la cara este monstruo. «Antes nos quejábamos, pero nadie nos oía», por eso su mayor aliado fue Europa. Con esos fondos financió el mirador de Santa Catalina, la nueva Senda Mitológica que se inaugurará en mayo, la vía ferrata, las aguas termales con la apertura en 2006 del Balneario.
«Para Semana Santa Santander está lleno», dice cuando se le pregunta por la opción de conseguir algo para estas fiestas, pero el mérito no está en llenar en vacaciones sino en lograr que la temporada alta dure más de seis meses: «Ahora somos 18 trabajadores y cuatro personas ya viven aquí», dice Eva María Caso. Es la responsable de Viajes Ándara y de la empresa de turismo activo Ándara Activa, un proyecto que nació gracias al empuje que supuso la vía ferrata. Ya tienen 90 trajes de neopreno y 70 equipos de escalada. Y su proyección es ir a más. ¿Y el otro turismo? Cabe preguntarse qué habría pasado sin los fondos Leader con los que se rehabilitó la torre de Linares, que atrae un público que luego aterriza en el bar de Rebeca, junto al nuevo aparcamiento para autobuses en Cicera como parte de la nueva Senda Mitológica que irá desde la base del Monte Jozarco al Mirador de Santa Catalina y que se abrirá al público a mediados de mayo.
Un parque mitológico
El proyecto prevé instalar 16 figuras realizas en fibra de yeso por el artesano Fran Querol. Basadas en los personajes de la mitología cántabra recogidos por el escritor Manuel Llano, supone un atractivo añadido al paisaje. «Este tipo de proyectos son una llave para que la gente vuelva al pueblo», dice uno de los artífices, Luis Miguel Díaz, natural de Santander que también cambió la ciudad por la montaña hace ahora 15 años: «Es fundamental creer en el desarrollo rural y que vaya unido a explotar los recursos naturales», dice. La estrategia es, por tanto, generar puestos de trabajo, pero ¿solo eso fijaría población? «El turismo es una oportunidad para el mundo rural, pero también hay que luchar para no ser solo un parque temático los fines de semana». Por eso, para fijar la población, otro de los problemas del municipio es «el precio de oro» que ha adquirido por esa misma razón el suelo. Para ello están en previsión la construcción de 'casas sociales' y han habilitado para alquilar dos pisos junto a la escuela, donde estudian en Infantil y Primaria los doce niños del valle. Quién sabe si serán más el día de mañana.
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