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Adrián Pelayo saluda a su abuela al llegar al monasterio de Santo Toribio.

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Adrián Pelayo saluda a su abuela al llegar al monasterio de Santo Toribio. Pedro Álvarez

Setenta días caminando, de Marbella a Santo Toribio

Llegan al monasterio lebaniego los peregrinos Andrea Martello y Adrián Pelayo, finalizando su proyecto benéfico 'Un camino por descubrir', cuya misión ha sido concienciar sobre la importancia de preservar los parques naturales

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Sábado, 8 de junio 2019, 15:24

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Andrea Martello y Adrián Pelayo, son dos jóvenes de 28 años que han concluido con éxito el reto que se habían marcado: realizar un proyecto benéfico denominado 'Un camino por descubrir', peregrinando desde la ciudad de Marbella hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde llegaron ayer para participar en la misa del peregrino de las doce del mediodía, siendo recibidos por Javier Lombraña, presidente de la Cofradía del Lignum Crucis, y por Manuel Bahillo, director de la Fundación Camino Lebaniego, así como por familiares y amigos. Tanto Lombraña como Bahillo, impusieron a los dos peregrinos la cruz con el lazo verde de la cofradía y les entregaron el diploma de cofrades de honor, así como de varios libros.

Los dos peregrinos, emocionados, participaron en la misa de las 12.00 horas, oficiada por Juan Manuel Núñez, Padre Guardián, leyendo las lecturas y besando la Reliquia del Lignum Crucis.

Antes de iniciar andando la subida al monasterio, los dos peregrinos fueron recibidos a los pies de la Torre del Infantado, de la villa de Potes, por Javier Gómez, alcalde, y por Eva Cotera, concejala de Cultura, que les felicitaron por su gesta y les hicieron entrega de una cesta con libros y productos de la comarca.

En la jornada del viernes, tanto Andrea como Adrián recibieron las visitas de Miguel Ángel Revilla, presidente regional en funciones, y de Enrique Sabarís, que será proclamado próximamente alcalde de Pesaguero.

Han sido setenta días, recorriendo 1.200 kilómetros por la geografía nacional, de sur a norte, con el principal objetivo, según han manifestado, de «abrir un Camino de peregrinación alternativo al de Santiago, que llegue desde Marbella hasta el monasterio de Santo Toribio; de concienciar a la juventud de la importancia de conservar los parques naturales, así como de mostrar nuestra preocupación por la unidad de España y por la despoblación rural».

La idea de realizar le viaje surgió en el año 2012, organizándose el pasado año. Adrián Pelayo, tiene orígenes lebaniegos, en el pueblo de Tama, y Andrea Martello es italiano, siendo amigos de toda la vida.

Para hacer el viaje de «auténtica superviviencia», ya que no han llevado dinero encima -según confiesan- realizamos un curso de supervivencia. No teníamos experiencia en senderismo y los primeros días fueron muy duros».

Los dos peregrinos consideran que «ha sido un viaje de transformación, enriquecedor y positivo, de contacto directo con la gente, muy solidaria y que siempre te enseña algo nuevo, a la vez que hemos conocido la gastronomía española y hemos visto como desde Gredos todo el mundo conoce Potes».

Andrea y Pelayo son conscientes de que «hemos abierto una nueva ruta de peregrinación que posiblemente la volvamos a realizar en etapas desde Marbella a Guadalupe y de allí a Santo Toribio».

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