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Pablo Bermúdez

El Gobierno creará una Mesa de Montaña para frenar el éxodo rural

La vicepresidenta Eva Díaz Tezanos aseguró en el simposio organizado por El Diario en La Hermida que tendrán voz «todos los agentes implicados»

José Carlos Rojo

Peñarrubia

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Martes, 12 de febrero 2019

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Hace más de un siglo que la despoblación rural es un problema que acucia a España, y Cantabria es un caso paradigmático, con un 67% de municipios que se enfrentan año tras año a una pérdida de habitantes cada vez más preocupante. «No podemos continuar permitiendo que esto pase, y por eso nos vamos a poner a trabajar desde ya en una estrategia participativa que ayude a revertir esta dinámica y que ya hemos definido como Mesa de Montaña». El anuncio de la vicepresidenta de Cantabria, Eva Díaz Tezanos, fue ayer el plato fuerte del simposio 'El futuro de los pueblos de montaña: diagnóstico de su realidad', organizado en el balneario de La Hermida por El Diario.

«Tendrán voz los alcaldes, los ecologistas, los grupos de acción local, asociaciones y entidades de zonas de montaña...», matizó Tezanos en un foro en el que intervino también el director general de El Diario Montañés, Ignacio Pérez, y algunos de los alcaldes de las localidades más afectadas por este problema, como Leoncio Carrascal, regidor de Arredondo;Gregorio Alonso, de Vega de Liébana; Agustín Pernía, alcalde de Anievas, o Secundino Caso, de Peñarrubia, quien además sirvió de anfitrión.

Algunos de los alcaldes de los municipios más afectados por esta problemática se sumaron ayer al debate

El planteado por el Gobierno regional será un plan integral, que atienda a todos los frentes estratégicos que se han demostrado claves para frenar el éxodo rural. «Necesitamos atajar la brecha digital porque hay muchos municipios a los que todavía no llega internet de alta velocidad», subrayó Tezanos. «Pero también hay que trabajar por construir más residencias para mayores, más centros escolares. Necesitamos asegurar los servicios de conciliación. Nos hace falta también una política de rehabilitación de viviendas, que además servirá para conservar el patrimonio. Y es fundamental valorar el paisaje, motivando el desarrollo de los espacios protegidos, el aprovechamiento de las ofertas deportivas y lúdicas para construir nuevas ventanas al turismo desestacionalizado», concretó la vicepresidenta. Desgranó, en definitiva, medidas encaminadas a dotar a la montaña de las mismas ventajas que pueden disfrutarse en la ciudad. Y ahí es donde residió una de las ideas más barajadas por todos los ponentes.

Celebración del foro en el balneario de La Hermida.
Celebración del foro en el balneario de La Hermida.

También por quienes ofrecieron la versión más académica del asunto, la catedrática de Geografía de la Universidad de Cantabria, Carmen Delgado, y el presidente de la Asociación Española de Municipios de Montaña (EsMontañas), Francisco Boya. «El verdadero problema aquí es la desigualdad que existe en el mundo rural respecto al mundo urbano, y se puede revertir», aseguró Boya. El ejemplo está bien cerca:«Concretamente en Francia, donde los planes estatales para fomentar el empleo y la sostenibilidad social de los municipios más rurales ha surtido efecto con el paso de las décadas», aseveró.

Nada se puede hacer por cambiar el espíritu de aquellos años, pasada la Guerra Civil, cuando las ciudades eran entornos más propicios a las oportunidades, lejos del clima caduco y estanco de los pueblos, «donde no había posibilidad de progreso social». Pero ahora se puede cambiar esa idea, «se puede decir a los niños que el futuro no tiene por qué pasar irremediablemente por la urbe».

Incentivos fiscales y territorio

Pegada a los datos y a las posibles medidas se mostró la académica de la Universidad, que dibujó primero una retrospectiva de cuál había sido el proceso de abandono paulatino de la vida en la montaña para desgranar luego algunas de las claves que, aplicadas a Cantabria, podrían mejorar el horizonte. «Hay dos fundamentos clave en todo esto. Uno sería la necesidad de establecer políticas territoriales integrales, que vayan más allá de detallar los meros usos de los terrenos. Necesitamos estudios, informes y planes que tengan en cuenta mucho más, que sean orgánicos entre ellos. Y hace falta también trabajar por imponer incentivos fiscales para aquellos profesionales que se aventuren a ejercer su profesión en estos climas rurales».

Aseguró Carmen Delgado que esta última medida no es una invención, sino una aplicación que ha cosechado gran éxito en Francia, y avanzó que si existe una tercera clave en todo esto es la generación de empleo. «Pero no el que conocemos, sino aquel que aún no conocemos. Es decir, es preciso estimular las actividades agropecuarias, pero al tiempo necesitamos ofrecer nuevos empleos a esos nuevos vecinos que queremos que lleguen a estas zonas», detalló la catedrática.

En su contexto

  • 67% de los municipios cántabros se encuentran en el medio rural. Supone, en detalle, un 13,7% de la población de la región, dado que la mayor parte de ésta reside en los grandes núcleos como Santander, Torrelavega y el entorno de la bahía.

  • Una sociedad envejecida La población del medio rural muestra un envejecimiento claramente superior a la de la ciudad. El 27,7% de los vecinos de los pueblos superan los 65 años respecto al 20,7% de los que habitan la ciudad.

  • -0,2% es la media de la variación anual de la población en los últimos años en las zonas rurales de Cantabria. Un dato que se corresponde con los datos publicados recientemente por el Instituto cántabro de estadística (Icane) y que certifica que el saldo vegetativo es negativo.

  • Falta de servicios Lo más preocupante es la desigualdad que existe entre quienes deciden vivir en el pueblo respecto de los que lo hacen en la ciudad. Una población dispersa, de 16,7 habitantes por kilómetro cuadrado respecto a los 109,3 de la ciudad, impide contar con los servicios adecuados.

Si existe un público objetivo de todas estas políticas para traer futuro a las comarcas rurales es la gente joven. «A todos ellos les importa, lógicamente, las oportunidades de futuro. Y ese porvenir pasa, irremediablemente, por la posibilidad de tener un empleo digno que le permita un nivel de vida parecido al que podría encontrar en la ciudad». Fue la premisa con la que el director general de Desarrollo Rural, Francisco José Gutiérrez, resumió la política desarrollada en los últimos años por el Ejecutivo en esta materia. «Hace muchos años que estamos trabajando con los alcaldes y con las entidades locales para revertir esta situación que cada vez es más preocupante, y vamos a seguir poniendo todos los esfuerzos en ello».

Debate de alcaldes

Lo saben bien los alcaldes, que compartieron una mesa redonda, moderada por el periodista de El Diario, José Luis Pérez, para tratar todos los asuntos que, en torno a este problema, salieron a la palestra. Algunos, también, solicitados por el público. El más pesimista fue Gregorio Alonso, alcalde de Vega de Liébana:«Todas estas cifras que se manejan aquí son malas, pero es que la realidad es aún más negra que todo esto», lamentó. «Para mí esto es un problema que no tiene solución». En su opinión, el mundo ha cambiado y pasa, sin remedio, por las grandes ciudades.

A la zaga le fue Agustín Pernía, regidor de Anievas, que zanjó un tema que se barajó en varias ocasiones:«La ganadería está acabada, de eso no debe cabernos ninguna duda. Habrá que encontrar otras fórmulas de atraer a la gente». Y para eso hace falta financiación, «políticas que ayuden a los emprendedores y subvenciones que hagan más fácil ese primer empujón», se sumó Leoncio Carrascal, alcalde de Arredondo. Un asunto en manos de los llamados programas 'Leader' 2014-2020 para el desarrollo rural, encaminados a ayudar económicamente a las empresas de los medios rurales.

«Pero el problema es que muchas veces son los ayuntamientos más grandes quienes se llevan esas subvenciones porque son los que cuentan con polígonos industriales. Eso está bien, pero necesitamos más ayudas, entonces, que se fijen en los más pequeños», defendió Secundino Caso, anfitrión del evento en La Hermida como alcalde de Peñarrubia. Esta misma idea fue seguida por el presidente de Red Cántabra de Desarrollo Rural, Pedro Gómez: «Quizá deberíamos pensar que debe haber más consejerías implicadas en estas ayudas, no solo Economía. Podría estar también, por ejemplo, Industria».

¿Ysi se reduce el número de ayuntamientos?

Fue una de las ideas que saltaron al foco del debate, y también una de las que mayor rechazo encontraron entre los regidores cántabros. «No es una posibilidad, es un debate viejo, pero que se ha demostrado muchas veces poco práctico», resolvió Agustín Pernía, alcalde de Anievas. «Si quitas los ayuntamientos de las localidades pequeñas los vecinos van a sentir que los robas algo. No tendrán dónde protestar, sentirán que nadie los protege», agregó. Secundino Caso, regidor de Peñarrubia, revirtió la idea. «¿Y si nos lo planteamos con los municipios más grandes, los que más gasto realizan por tener muchos servicios? ¿Tiene sentido que existan ayuntamientos en el entorno de la bahía, con Santander ahí?».

Y así, entre ponencias, mesas redondas e intervenciones del público, ayer quedó un poco más cerca la posibilidad de recuperar la vida de las zonas más rurales de Cantabria. «Como periódico de esta región nos vemos en la obligación de poner el problema sobre la mesa y organizar este simposio. Hay que luchar para que la economía crezca y que la población continúe dotando de vida a las zonas más rurales», concluyó el director General de El Diario Montañés, Ignacio Pérez.

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