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VICENTE CORTABITARTE
San Vicente de la Barquera
Domingo, 30 de septiembre 2018, 07:53
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Entre las numerosas autocaravanas que desde la primavera invaden muchas de las fincas situadas en el entorno de la playa barquereña de Merón, en estos días llaman la atención dos de ellas por sus características, porque recuerdan a otras épocas y porque son arrastradas por un viejo tractor con más de 50 años de vida.
En ellas viven el belga Joris Vangesselen y la holandesa Lindy Musters junto a sus hijos Hannah de seis años y Samuël de tres. En esas dos caravanas construida una por Joris y la otra remodelada por él, vienen recorriendo desde el pasado 3 de junio el trayecto que separa la localidad belga de Peer y San Vicente de la Barquera que se ha convertido en un punto mas de un largo periplo que no tiene fecha de finalización, ya que el espacio que les aporta esas dos caravanas es su casa y que gracias al viejo tractor van llevando por aquellos lugares en donde se encuentran a gusto, sin fijarse el tiempo de estancia en cada uno de ellos.
Joris dice que este es el modelo de vida que han elegido, con el que se encuentran más felices, algo que refleja la cara de toda la familia. «De esta manera, sin necesidad de la mayor parte de las cosas que son imprescindibles para la sociedad actual, nosotros nos encontramos más cercanos a Dios y a la vida que queremos vivir», reconoce.
En ellas cuentan con pequeñas placas solares para tener la luz básica. Cuando se les preguntan si no tienen televisor dicen que ya tienen ventanas. «Que mejor televisión que esa», señalan. De la educación de su hija mayor se encargan ellos mismos. «Tenemos una caja repletas de libros», indican.
Anteriormente viajaban en las dos caravanas pero arrastradas por dos caballos. Uno de ello comenzó a sufrir artrosis por lo que tuvieron que sustituirlo por el tractor con el viajan a una media de unos 15 kilómetros a la hora.
Cerca de San Vicente fueron parados por la Guardia Civil que les multó con 100 euros, prohibiéndoles continuar con las dos caravanas, por lo que se verán obligados a abandonar una en el resto del trayecto que proyecta seguir realizando hacia Asturias y después Galicia para continuar por Portugal hasta el Algarve, donde buscan disfrutar de mejor tiempo durante el invierno.
Este es el único incidente desagradable que se han encontrado después de comprobar que en otros países su caravana es legal. «¿Las leyes no son iguales en toda Europa?», se pregunta Joris.
En estos días están buscando adaptar en una de las caravanas lo que tenían repartido en las dos. «Nos tendremos que amoldar a vivir en la mitad de espacio durante el viaje, pero me gustaría que alguien nos ayudará para poder llevar la otra caravana al Algarve». Por ello hace un llamamiento para ver si alguien les aporta una manera de solucionar este importante problema que trastoca su manera de vivir.
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