Cabezón de la Sal traerá desde México los restos de Matilde de la Torre
La unión de varias instituciones cántabras hará posible cumplir con la voluntad de la escritora y política, que falleció exiliada en 1946 y cuyos restos serán exhumados y trasladados a su pueblo natal
Murió exiliada en México el 19 de marzo de 1946 y, 80 años después, Matilde de la Torre regresará a su pueblo natal. Los restos ... de la escritora, política, periodista y fundadora de la Coral Voces Cántabras y del grupo de danzas Virgen del Campo de Cabezón de la Sal, serán trasladados desde México DF hasta la villa donde nació en 1884 y de la que nunca se desvinculó, ni emocional ni etnográficamente. La exhumación de los restos mortales de la académica progresista será posible gracias a la unión de varias instituciones públicas y privadas, que han trabajado en común para cumplir los deseos que ella expresó antes de morir al otro lado del Atlántico: tanto la literata como su hermano, Carlos de la Torre, querían recibir sepultura en Cabezón de la Sal. Y así se hará, si todo sale bien, en marzo de 2026, cuando el municipio dé por fin el último adiós a una figura clave en el funeral «con honores» que se proyecta celebrar en el cementerio de Cabezón de la Sal.
«La idea partió de la agrupación de danzas Virgen del Campo», relata Paz de la Cuesta, presidenta de la Fundación Matilde de la Torre y encargada de tramitar con México el traslado de sus restos. «Me hablaron de su inquietud y tristeza por no poder cumplir este objetivo y me comprometí a hacer todo lo que estuviese en mi mano». A partir de ahí, de la Cuesta ha recibido un apoyo «entusiasta y generalizado»; del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal; de la Coral Voces Cántabras; de la empresa funeraria Funcantabria; de la Casa de Cantabria en México; del Ministerio de la Memoria Democrática y de particulares que han tenido conocimiento de la propuesta y han ofrecido su ayuda. También de sus descendientes. «Todo han sido facilidades». Tantas, que el proceso burocrático «ha tardado menos de lo que pensaba» y ya solo falta «una firma» para adquirir el compromiso de traer a la folklorista a Cabezón.
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De momento, México ya ha autorizado la exhumación de la escritora y de su hermano, que actualmente se encuentran enterrados en el pabellón español del cementerio nacional de México DF. A la escritora se le dio sepultura como una exiliada más, sin honores, en marzo de 1946. Unos meses más tarde fallecería Carlos de la Torre y sería sepultado en el mismo camposanto. Junto a Matilde. Según los entendidos, «ella misma dejó escrito en su testamento que quería descansar en España con su hermano».
De sufragar los gastos de la operación se han encargado las partes implicadas, pero la presidenta prefiere no ofrecer por el momento «una cantidad concreta». Aclara, eso sí, que la fundación ha cubierto sus propios gastos y así cada entidad que toma parte en el asunto. Funcantabria asumirá el coste «de las tareas de depósito y custodia de los restos en España». El Ayuntamiento, por su parte, se encargará de la inhumación, según ha aclarado el alcalde, Víctor Manuel Reinoso. Además, la primera teniente de alcalde, la socialista María Jesús García Hoyos, se ha implicado de forma directa en el proyecto y la intención del Consistorio es «construir un monolito en el cementerio de Cabezón» en honor a Matilde de la Torre.
La idea es celebrar un funeral con honores y reconocimiento, «poniendo en valor las tradiciones de Cabezón de la Sal» y hacerlo en torno a marzo de 2026, cuando se cumplen 80 años de su muerte. «Todavía no tenemos una fecha fija porque habrá que poner de acuerdo a muchas personas», reconoce De la Cuesta. Ella y varios representantes de las entidades implicadas se encargarán de viajar a México para «recoger los restos». De todos modos, «no cerramos la puerta a nadie, todo aquel que esté interesado podrá venir, pero tendrá que cubrirse sus propios gastos». Por ahora, «estamos intentando fijar una fecha para viajar».
Hacer justicia
La política, novelista y periodista Matilde de la Torre, que abanderó por encima de todas las causas, la libertad de la mujer para decidir lo que quería ser, murió sola, sin los vítores que se merecía una persona adelantada a su tiempo, que luchó contra la corriente de una marea predominante que anulaba el derecho a decidir o pensar por uno mismo. Representante de la izquierda durante la segunda República, llegó a ser diputada en la circunscripción de Oviedo por el Partido Socialista. Durante toda su vida escribió y también publicó algunas de sus novelas. Compartió juventud y entusiasmo con su prima, la pintora María Blanchard, y nunca pensó que moriría en México, como exiliada, en el ostracismo. Con todo, Cabezón de la Sal siempre ha llevado el nombre de Matilde de la Torre por delante, porque su legado sigue muy presente en el municipio.
Traer sus restos es una forma de «hacer justicia y cerrar heridas», expresa la presidenta de la fundación; «de reconocer a una persona que trabajó en unos momentos muy difíciles por Cabezón de la Sal», un nombre que llevó hasta el Royal Albert Hall de Londres en el año 1932, cuando la coral Voces Cántabras, que ella misma había fundado en 1927, ofreció un concierto en la popular sala inglesa. «En el libro que escribió sobre este viaje se revela el amor que tenía a su tierra y a las tradiciones». Cabezón de la Sal «la recuerda con cariño y con respeto» y nuestro objetivo es «recuperar a una persona entrañable y hacer justicia a las personas que por cualquier motivo han tenido que salir de Cantabria; reconocer que esta sigue siendo nuestra patria común».
En palabras de Gabriel Morante, director del grupo de danzas, «para nosotros significa muchísimo, porque traemos a nuestra fundadora a su pueblo natal. A ella y a su hermano. Es algo histórico», reconoce.
Fosa 139, en el pasillo de la doble 'ele'
Matilde y Carlos de la Torre están enterrados juntos, en la misma fosa, de número 139, en el pasillo de la doble 'ele', etiqueta que responde a una forma de ordenar las tumbas en México. La académica falleció pobre y en el anonimato. De hecho, «fue el Hospital Español de México, propietario del panteón español, el encargado de correr con los gastos del funeral», relata a través del teléfono Julio Gómez, presidente de la Asociación Civil Montañesa en México (o la Casa de Cantabria). Gómez se ha encargado de facilitar el traslado de los restos, junto al presidente del citado hospital, Daniel Suárez, y de la Junta Española de Covadonga, Tomás Mier. «Es una satisfacción moral poder cumplir con los deseos de ella y de su hermano». Los trámites para el traslado «no tendrán mayor complicación», asegura.
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