Adiós a César Iglesias, un referente de la conserva a nivel «mundial»
El empresario cántabro pertenecía a la saga familiar de la firma El Capricho de Santoña y destacó por su carácter «luchador e innovador»
La enfermedad se ha llevado demasiado pronto –con solo cincuenta años– a todo un emprendedor de la innovación en el mundo de la conserva: el ... empresario cántabro César Iglesias Vallejo. Familia y amigos despedían este viernes a un hombre «luchador» que supo, junto a los suyos, reinventar e impulsar el negocio familiar de Conservas El Capricho, con sede en la capital del sector, en Santoña.
Junto con su hermano José Luis Iglesias, director ejecutivo de la marca, César formaba un tándem casi perfecto. Así, ambos consiguieron llevar a buen puerto el «día día» del negocio, además de sacar buen partido a un subproducto de la conserva –la salmuria, un potenciador de sabor natural que se obtiene del salazón– y transformarlo en «una exquisitez» que la empresa exporta ahora a muchos rincones del mundo y que es utilizada en la alta cocina.
Tal y como recuerda ahora su hermano José Luis, César también fue parte importante de otros grandes éxitos de la marca en innovación. Así, en 2018 Conservas el Capricho obtuvo el premio de la feria alimentaria más relevante a nivel mundial, SIAL 2018 de París, en la categoría de productos de mar.
Desde la Cofradía de la Anchoa de Santoña, su presidente, Tino Sampedro, destacaba también el legado humano y empresarial del empresario y su saga. «Han sido pioneros en Cantabria, manteniendo la calidad de siempre e innovando, colocando la conservera al nivel de las diez mejores de España que es tanto decir como del mundo», reflejó lamentando la pérdida.
En la parte más humana, su familia destacaba ayer su coraje a la hora de enfrentar la enfermedad. «Ha sido un campeón, se hacía querer por todo el mundo. Era un ser disfrutón y agradable que nunca perdió la sonrisa, nos lo ha puesto muy fácil a todos».
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