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E. S.
Domingo, 22 de abril 2018, 07:43
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Las campanas sonaron ayer de nuevo en Vierna (Meruelo). Abel Portilla, campanero, organizó una celebración musical, de arte y cultura, enmarcada en el Año Europeo del Patrimonio, al margen de la cita tradicional que se desarrolla cada verano.
Con motivo de la celebración del Año del Patrimonio Cultural Europeo, los campaneros y carillonistas de todo el territorio nacional y de Europa estaban convocados, a las 12.00 horas, para tocar manualmente las campanas de sus altas torres y espadañas. El objetivo: reivindicar que el toque manual de campanas sea considerado por la Unesco, patrimonio inmaterial de la humanidad. Por las manos de Abel Portilla (Pedreña, 1958), que ayer demostró de nuevo su arte y pericia ante los asistentes, han pasado 4.000 campanas ligadas a una estirpe de artesanos que se remonta al siglo XVII.
En Vierna, el barrio de San Bartolomé de Meruelo ha dado cabida a un encuentro que, desde hace diecisiete años, pretende homenajear a quienes durante siglos se ganaron la vida haciendo campanas y recordar que, hasta hace no demasiado tiempo, era su sonido el que organizaba nuestras vidas.
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