El misterio de las piedras pintadas
Distintos rincones de Santoña se llenan de peculiares rocas decoradas por los niños, que las esconden para que las encuentren otros vecinos
Una piedra con forma de conejo, otra con un capuchino de Semana Santa y desde este fin de semana abundan las rocas con mensajes positivos: 'Disfruta de tus pequeños logros'. Están ahí y quizás no las haya visto. O sí. Lo cierto es que para hallarlas hay que estar ojo avizor. Lo mismo te topas con ellas en el interior de unas jardineras, que a los pies de un banco, que están haciendo compañía al monumento de Miguel de Cervantes. Hasta se han llegado a colar en el cesto de bocartes de la escultura de la mujer conservera.
La aparición de piedras decoradas en distintos rincones de Santoña se ha convertido en un misterio fácil de desentrañar. No están por las calles y plazas por casualidad. Quienes las han depositado forman parte de un juego que ha cautivado especialmente a los más pequeños. La iniciativa se llama 'Santoña-roc' y se desarrolla a través de un grupo creado en Facebook con este nombre.
La idea está dando la vuelta al mundo. Desde hace tiempo se extiende por ciudades europeas y Palencia fue la primera ciudad de España en importar este fenómeno lúdico. En Santoña, su principal promotora es la pianista y soprano Lara Agudo, que además es directora de corales adultas y juveniles. «Conocí la iniciativa en Castro Urdiales a través de un niño que le vi pintando una piedra y le pregunté. Me comentó el juego e indagué sobre ello. Me parece una propuesta muy original, bonita y creativa».
Hace menos de un mes que abrió la página en la red social y ya roza el centenar de miembros. «Al principio ha costado un poco arrancar hasta que se ha ido conociendo el juego. El boca a boca entre los niños, una vez que han vuelto al colegio tras las vacaciones escolares, está haciendo que la actividad se desarrolle cada día con más fluidez». Y es que en cuanto los pequeños encuentran su primera piedra se 'enganchan' a esta actividad.
El sistema no puede ser más sencillo. Consiste en pintar o escribir sobre una piedra - preferiblemente plana - para después esconderla en un rincón del municipio. El que cada uno quiera. Para ayudar a encontrarla hay que subir a la página de Facebook una fotografía del lugar donde se ha liberado. La pista puede ser un plano de detalle o una captura más amplia del lugar.
Una vez se cuelga la imagen los participantes que quieran van en su búsqueda cual Sherlock Holmes para «capturarla». Hay algunas que se descubren en apenas unos minutos. Cuando eso ocurre hay que informar al grupo de que ha sido hallada. «El que quiera puede 'secuestrarla' un rato pero después tiene que rebotarla (esconderla otra vez) para que el juego continúe», explica Agudo. Y así hacer feliz a otra persona que la encuentre. «Está también la posibilidad de quedártela si te gusta mucho, pero en ese caso lo ideal es pintar otra piedra para sustituirla». Y que la cadena no se rompa. Cuantas más rocas liberadas, más magia en el entorno.
Para decorarlas hay plena libertad. «Se trata de desarrollar la imaginación y que las pinten con materiales que tengan por casa». Hay participantes, cuenta la impulsora, que, incluso, han empleado esmalte de uñas. Los más perfeccionistas utilizan pinturas y rotuladores acrílicos para que el trazo sea más fino y hay quien las barniza para que soporten mejor las inclemencias meteorológicas. Hay rocas con dibujos naif y otras en las que se intuye la mano de un adulto, que, con una buena dosis de paciencia, ha creado una auténtica obra de arte. Valen dibujos, palabras, frases... «Cada uno lo que quiera, pueda o necesite expresar». Y no por ser más sencillo resta ilusión hallar estos tesoros. «Es una buena forma de jugar en la calle en familia, estar en contacto con otros niños sin conocerles y fomentar la creatividad».
El colegio Sagrado Corazón de Jesús se ha puesto en contacto con la pianista para conocer la idea. Se van a unir al grupo y desarrollar alguna actividad pintando piedras en el horario escolar. Agudo también ha incorporado la iniciativa a sus ensayos con el Coro Joven 7 Villas. «Desde que hemos retomado las clases combino el canto con dinámicas que les ayuden a conocer el entorno, a sí mismos y sus posibilidades. Busco que sean no sólo mejores cantantes sino también mejores personas». Este viernes, coincidiendo con el Día Mundial de la Voz, estuvieron decorando piedras para hacerse escuchar con mensajes positivos que quieren lanzar al mundo. Tras pintar las rocas en clase las escondieron por enclaves de Santoña. Quizás usted encuentre alguna de ellas y le recuerde que 'solo es imposible lo que no se intenta'. Si es así, rebótela y que ¡el juego no pare!
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