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Jueves, 1 de enero 1970
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Urdió un plan completo para eludir su responsabilidad en un atropello: quemó el vehículo, lo tiró por Peña Cabarga y después denunció que se lo habían robado. Pudo entorpecer la investigación, que se prolongó durante dos meses, pero al final la Guardia Civil tiró del hilo y los investigadores de los accidentes de tráfico (el grupo GIAT) llegaron a él. Esta semana han localizado al presunto autor del atropello, que además no socorrió a la víctima, y es el mismo que destrozó el vehículo y que denunció en falso. Se le han abierto diligencias en calidad de investigado.
Este hombre es un trabajador de 36 años de una empresa de Cantabria (la identidad no ha sido facilitada). Según la Guardia Civil, conducía una furgoneta de su empresa cuando, el 10 de agosto, atropelló a una menor de 10 años en la carretera N-634 (en Sobremazas, Medio Cudeyo) y no se detuvo a auxiliarla. La pequeña sufrió diferentes policontusiones y quemaduras por arrastre, de las que tuvo que ser atendida en el hospital Valdecilla. Del autor del atropello sólo se sabía entonces que conducía una furgoneta de color blanco.
Solo dos días después del atropello, el 12 de agosto por la tarde, la Guardia Civil fue avisada de la existencia de una furgoneta en Peña Cabarga que parecía haberse despeñado y que estaba calcinada, un suceso del que fue testigo El Diario Montañés. Parecía un accidente. Se buscaron posibles víctimas. No había nadie allí. Los bomberos consiguieron apagar el incendio antes de que se propagase por la ladera. Ese día se especulaba con que esa furgoneta destrozada pudiera haber sido robada.
Al día siguiente del hallazgo se indagó en el entorno de la empresa a la que pertenecía la furgoneta y uno de sus empleados manifestó que se la habían robado. Ante lo que había relatado, la empresa presentó la correspondiente denuncia por lo que parecía una sustracción con incendio intencionado. De la instrucción de diligencias se hizo cargo entonces el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) de la Guardia Civil de Cantabria.
Ya desde el principio, a los componentes del GIAT de la Guardia Civil les resultó sospechosa la coincidencia. Demasiadas características similares en dos sucesos distintos, ocurridos a pocos kilómetros uno de otro y en un espacio de tiempo prácticamente sincrónico.
Las indagaciones de los agentes posibilitaron averiguar la marca y el modelo de la furgoneta del atropello, de la que únicamente se sabía el color. Y resultó que era igual que la furgoneta quemada.
Al mismo tiempo, dudaban de que la furgoneta hubiese sido robada y se consiguieron pruebas que apuntaban a una simulación de delito.
Finalmente, se llegó al convencimiento de que se trataba del mismo vehículo -que no había sido robado- y que la persona que iba al volante el día del atropello podía ser un empleado, y se supone que después la incendió y arrojó por Peña Cabarga para intentar ocultar la presunta autoría en todos los hechos citados.
Con todas las pruebas recabadas, esta semana la Guardia Civil localizó al presunto autor de los hechos y se le han abierto deiligencias en calidad de investigado por los presuntos delitos de omisión del deber de socorro, daños intencionados a la propiedad y simulación de delito.
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