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El consejero Francisco Martín junto a los alcaldes de Villaescusa y El Astillero en su visita a las obras DM
El puente de la ría de Solía será más seguro para los ciclistas y caminantes

El puente de la ría de Solía será más seguro para los ciclistas y caminantes

El consejero de Industria supervisó la marcha de las obras que se han iniciado durante este mes

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Sábado, 9 de junio 2018, 08:15

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El viejo puente sobre la ría de Solía, que une Villaescusa con El Astillero, está siendo rehabilitado gracias a una inversión de 165.000 euros del Gobierno Regional. El paso formó parte de la vía férrea Astillero-Ontaneda entre 1905 y 1973 y en la actualidad es utilizada como vía verde por peatones y ciclistas.

El Consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, Francisco Martín, cuyo departamento ha hecho frente a la inversión, visitó las obras. El proyecto fue solicitado a la Consejería por los alcaldes de Villaescusa y El Astillero, Constantino Fernández y Francisco Ortiz respectivamente, como una forma de potenciar el turismo activo en la zona, puesto que su restauración sirve para conectar por medio de carril bici El Astillero con Villaescusa y luego, desde Santa María de Cayón, poder ir en bicicleta hasta Ontaneda.

Además de su potencial turístico, Martín incidió en su importancia histórica. El puente fue construido en 1905 con acero de Lieja, mide aproximadamente 20 metros de largo y presentaba un deterioro avanzado. El proyecto se ha iniciado con la intención de que «se mantenga esta maravilla industrial del ferrocarril y que durante los próximos cuarenta años proporcione servicio a los que decidan utilizar este antiguo tramo como vía verde», comentó Martín.

Los 165.000 euros presupuestados para el proyecto serán financiados por Industria

Además, el consejero destacó que está infraestructura es un «claro ejemplo» de aprovechamiento, ya que en lugar de morir ha pasado a tener otro uso, «hoy en día muy apreciado». De hecho, aprovechó para manifestar que le gustaría que ocurriera lo mismo con el túnel de la Engaña, «otro monumento histórico industrial que, al igual que este, podría reconvertirse como uso público para los que cruzan en bicicleta o andando».

La obra, de forja y ajuste, supone la rehabilitación del acero que tiene casi 115 años. Requiere un trato especial para que se mantenga lo más parecido al original y conserve su resistencia. El puente estará iluminado con un tablero más ancho, por lo que pasará de un poco más de dos metros a cuatro para que dé un servicio más cómodo a varias generaciones. La restauración consiste en un chorreo para eliminar las partículas que tienen los materiales del puente y la reposición del acero.

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