«La identidad de los pasiegos debería ser más respetada»
El autor de Vega de Pas saca a la luz 'Crónicas pasiegas, retazos de una gran historia', un recopilatorio de artículos sobre esta estirpe en El Diario Montañés
José Javier Gómez Arroyo (Vega de Pas, 1963) acaba de publicar su último trabajo en la editorial Librucos. Bajo el título 'Crónicas pasiegas, retazos de ... una gran historia', el historiador pasiego recopila sus artículos publicados en el suplemento dominical Cayón-Trasmiera-Penagos de El Diario Montañés. Un viaje al pasado de esta estirpe de montaña que el autor dedica al desaparecido Benito Madariaga y que se articula a través de relatos muy documentados de sus costumbres, de acontecimientos curiosos en las tres villas pasiegas o a través de un sinfín de intrépidos y audaces protagonistas que destacaron en algún campo de la ciencia, la cultura, la política o por su talento natural para sobrevivir.
-¿Cómo surge la idea de escribir este libro?
-La gente los veía publicados en el suplemento de El Diario Montanés y todo el mundo coincidía en que había que recopilarlos porque, aunque curiosamente hoy en día todo funciona en redes sociales, se sigue apreciando tener todo este compendio en un libro.
-¿Cómo elige a sus personajes?
-Lo hago un poco en función de lo que ellos hayan podido hacer, ya no solo desde el punto de vista económico, político o social, que es importante, sino también desde el punto de vista emotivo. Uno de mis personajes preferidos, por ejemplo, es Ron, el perro del pintor Santiago Gómez Carral, que falleció en plena juventud. En Vega de Pas recordamos ese tipo de relación que tenía el perro con el amo y que lo acompañó hasta su muerte. Hay también otros personajes que, como dice Teresa Cobo en el prólogo, brillan con luz propia como puede ser la figura de La Paca, una persona humilde que destacó por su profunda inteligencia mermada por la demencia que tenía, pero que demostró ser muy hábil y lista para salir adelante. Como anécdota, ya lo cuento en el libro, fue capaz de sacarle un duro al rey Alfonso XIII, que era el jornal de un obrero entonces.
-¿Por qué atrae tanto la cultura pasiega?
-Porque ha sido un poco el baluarte de lo que era la cultura de Cantabria. De hecho, grandes escritores como Enrique Gil y Carrasco, Lasaga Larreta o Escagedo Salmón siempre decían que el pasiego era el personaje más característico y pintoresco de la región. El pasiego ha sido una persona que ha fraguado un paisaje mezclado con su propia mano y, eso, unido a las duras condiciones de vida que tenían, les ha hecho espabilar, dando como resultado que hayan salido de esta estirpe muchas figuras que han brillado dentro de la política, la economía o el deporte. Tenemos desde un medallista olímpico como JosénManuel Abascal hasta un presidente de la república, Manuel Ruiz Zorrilla.
-¿Cómo se documenta para escribir estas historias?
-Desde muy crío me encantaba hablar con la gente mayor porque ellos valoran a las personas que, en cierta manera, les han enseñado algo en la vida y llegaron a conocer a muchos de estos personajes del libro. Eso me motivó a investigar sus vidas, a hablar con sus familiares o a revolver hemerotecas. Es curioso que, incluso muchos familiares, no conocían la labor tan profunda que hicieron. Sabían que su padre fue un ingeniero o que fundó un periódico, como el caso del bisabuelo del actor Gabino Diego o el de Guzmán de la Vega Revuelta, pero no habían indagado en la prensa de la época donde encontrabas una serie de valores que los hacían merecedores de salir hoy en día a la luz pública.
«Es una pena que se robe la identidad pasiega y se haga destruyendo la de otros valles»
-No faltan tampoco los elementos o figuras típicas de la pasieguería como el palo, la nodriza, el contrabandista...
-Escuchamos hablar mucho de las nodrizas. Sin embargo, uno de los elementos que poco se han estudiado son los contrabandistas, que eran personajes dignos de una novela. En aquellos años de restricciones no tenemos que concebirlos como alguien que se lucra, sino que lo que hacía era ayudar a la sociedad española.
-Reivindica usted en la introducción la identidad pasiega.
-No se trata de destruir a nadie, pero es una pena que hoy en día no solo se pretenda robar la identidad pasiega, sino que encima se pretenda destruir la propia identidad de los habitantes de otros valles. Un vecino de Toranzo se siente torancés y uno de Villacarriedo, carredano. Sería absurdo decir que las corbatas de Unquera son pasiegas. Todas las identidades han de ser respetadas.
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