El talento que exportaron los pasiegos
Esta singular estirpe montañesa ha aportado grandes nombres a la historia, durante siglos
La esencia de la pasieguería no reside sólo en los tópicos de las costumbres trashumantes de una antigua estirpe pastoril, una raza errante rodeada siempre de un halo de misterio sobre sus orígenes. Los pasiegos son, y han sido, un pueblo con mucho talento que emana de una sociedad matriarcal donde las mujeres llevan todo el peso de la casa, el trabajo o los hijos. El historiador pasiego Javier Gómez Arroyo, ha rescatado en su último libro once historias vitales que dan muestra de la inteligencia innata y la fortaleza intelectual de una sociedad criada entre pastos y ganado, pero que ha aportado grandes nombres a la historia de este país, tanto en el ámbito de la política, como de la ciencia o del mundo empresarial.
'Pasiegos emprendedores, su huella en la historia' es el título del último libro del escritor e historiador pasiego Javier Gómez Arroyo, un volumen editado por 'Librucos' que recoge once historias pasiegas que destacaron por su particular audacia a la hora de ejercer su profesión o dejar su impronta en la historia. «Todo el mundo tiene como referencia la singular forma pastoril de ganarse la vida de los pasiegos, que ha interesado a etnógrafos e investigadores, pero hay que hacer valer otra cara de la pasieguería, una sociedad resuelta en negocios, industria, política y distintas profesiones», resume el autor de esta recopilación de vidas, en la que se incide en el papel que han jugado las mujeres en todas ellas como «las grandes damas del desarrollo pasiego».
Por ello, en el libro, el historiador recoge varios personajes ilustres de esta singular estirpe montañesa que destacan por haber nacido en alguna de las tres villas pasiegas (San Roque de Riomiera, San Pedro de Romeral y Vega de Pas) y por su talento natural y audacia a la hora de buscar su hueco en la historia. Personalidades como el ingeniero Guzmán de la Vega Ortiz, los hermanos Ortiz creadores de la marca de helados Miko, el industrial del pan Francisco Gómez o el famoso 'médico de los pobres' Juan José Conde Pelayo.
Historias vitales con curiosas anécdotas desconocidas para el gran público que el autor ha rescatado del olvido, rebuscando en los archivos personales de Guzmán de la Vega –en cuya casa reconvertida en posada rural reside actualmente– y a través de un minucioso trabajo de investigación que ha incluido entrevistas a los familiares vivos. «A mí me gusta la historia y siempre he sido un defensor de la pasieguería, por lo que partiendo de los archivos que encontré en mi casa de Guzmán de la Vega me empecé a interesar por todas estas figuras que no son tan conocidas como otros personajes como el doctor Madrazo», explica.
Héroes anónimos cuyo denominador común es que por sus venas corría sangre pasiega, que quizás sea la fórmula secreta del éxito y el reconocimiento social que recibieron en su época todos ellos, aunque el paso del tiempo no les haya hecho justicia. «El hecho de que el pasiego mantenga este hilo conductor de su carisma emprendedor es seguramente porque siempre buscaban el amparo de su gente, porque allá donde iban rápidamente conectaban entre ellos, y esa fidelidad es la que ha hecho que hayan salido adelante. La palabra de un pasiego era un contrato escrito», sentencia Gómez Arroyo.
Otro de los factores que influyen en la gran cantidad de personalidades que engendró la sociedad pasiega es su propia estructura matriarcal. «El libro está dedicado en especial a la mujer pasiega, el verdadero sostén maternal del gran peso que los pasiegos tratados en el libro han dejado en la historia», resume.
De hecho, uno de los personajes que no puede faltar en el libro es el de la nodriza pasiega. Por ello, Gómez Arroyo recoge la historia de María Gómez Martínez, un ama de cría nacida en Vega de Pas en 1839 que sirvió al rey Alfonso XII y llegó a tener una buena relación con el monarca y su esposa, por lo que «llegó a ser valedora de sus propios vecinos ante la familia real y el Gobierno de la nación, al servir de cauce para conseguir la entonces ansiada carretera desde Vega de Pas y San Pedro de Romeral hacia Entrambasmestas para enlazar con la vía Burgos-Santander que sacase a los pasiegos de su aislamiento», resume.
Personajes de película
El libro de Gómez Arroyo cuenta con un padrino de lujo y que, recientemente, ha sido nombrado Pasiego del año. Se trata del académico y cineasta torrelaveguense Manuel Gutiérrez Aragón. «Le pedí que me hiciera el prólogo porque nos conocemos, y lo considero amigo desde hace años, él se ha quedado en mi posada y además ha sido nombrado Pasiego del año», relata. Gutiérrez Aragón describe la obra como un trabajo «extraordinario, porque así son las vidas que en él se cuentan, tan ricas en aventuras como las de cualquier novela de Pérez Reverte o Robert L. Stevenson», compara.
Entre esas historias y vidas de película destaca, por ejemplo, la del bisabuelo del conocido actor Gabino Diego, Francisco Diego-Madrazo y Ortiz, que partió hacia Cuba sin apenas saber leer y escribir y acabó fundando el periódico 'La Correspondencia', «templo del periodismo de la ciudad de Cienfuegos», además de llegar a poseer una de las mayores fortunas que hubo en la isla a principios del XX.
Otro de esos pasiegos audaces fue Tomás Pelayo Ros, fiscal y abogado, que fue delegado nacional de deportes, presidente del Comité Olímpico Español y que ejerció diversos cargos políticos durante la etapa franquista.
En esa radiografía pasiega, aparte del conocido doctor Madrazo, destaca el personaje de Juan José Conde Pelayo, también nacido en Vega de Pas, en el año 1847, y que fue conocido como el 'médico de los pobres' «por cobrar a quien podía hacerlo y así sufragar la sanidad de los más desfavorecidos», resume Gómez Arroyo.
El médico es uno de los personajes preferidos por el autor y por el propio Gutiérrez Aragón, dada su curiosa historia. Conde Pelayo era también profesor de matemáticas, astrónomo, ingeniero y uno de los precursores de la lengua internacional conocida como el Esperanto. «Ejemplo de capacidad memorística fue el autor del libro 'El Pitágoras o libro de cuentas ajustadas' por el que se rigieron las cuentas hasta que se inventó la calculadora», además de ejercer como secretario particular del presidente de la primera República, Nicolás Salmerón.
En esta foto fija de pasiegos avispados y talentosos, también se encuentra el perfil comercial que se refleja claramente en los hermanos Ortiz, creadores de la marca de helados Miko, o en la figura de Francisco Gómez Cobo. Éste último emprendedor pasiego nació en el barrio de Viaña en Vega de Pas y llegó a poseer las cinco fábricas de pan más grandes que haya tenido Francia, cuyo gobierno le reconoció en 1957 con la máxima condecoración.
Luis Ortiz es otro de los ejemplos pasiegos que exportaron talento por el mundo. Él fue el precursor de la multinacional Miko que llegó a ser la tercera empresa de congelados más grande de Europa y una de las principales del mundo. Su retrato es quizás el estereotipo de la sociedad donde nació «un pasiego que empezó de la nada, junto a su incondicional y valiente mujer, Mercedes Martínez de la Maza», describe el autor de sus biografías. Los Ortiz llegaron a tener más de 6.000 empleados.
El libro que recoge todas estas historias pasiegas será presentado el próximo día 20 de diciembre, en el Club de Regatas de Santander, a las 19.30 horas.
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