Espectacular despliegue de la Guardia Civil en el polígono de Parayas para escoltar un convoy de armas
La Benemérita organiza un gran operativo con varios vehículos y un helicóptero para llevar el cargamento incautado durante meses hasta una empresa donde se fundirá
Varios vehículos de la Guardia Civil y el helicóptero venido de Asturias han protagonizado esta mañana un espectacular despliegue para transportar armas incautadas en varias ... operaciones o entregadas por sus antiguos dueños hasta una empresa del lugar que se ocupa de su fundición.
Varios trabajadores de la zona, donde se encuentra también la sede de El Diario Montañés, salieron a la calle ante el revuelo causado sobre todo por la aeronave, que vigiló desde el aire todo el movimiento: «Es un servicio interno, que no tiene nada que ver con una operación donde vaya a haber detenidos ni nada parecido. Es un servicio ordinario», confirmaron fuentes del Cuerpo.
Se repite cada ciertos meses, cuando la Benemérita reúne suficiente armamento como para organizar un convoy hasta la empresa que se encuentra en este polígono y donde tradicionalmente se realiza la fundición para su destrucción. Firma que también fabrica componentes para armamento.
La Guardia Civil destruye anualmente varias toneladas de armamento en todo el país y estas medidas de seguridad «son necesarias», confirman fuentes del Cuerpo, para ahuyentar a cualquiera que siquiera piense en intentar hacerse con ellas.
La anterior remesa, en 2024
La última vez que la Guardia Civil anunció la destrucción de un arsenal de armamento fue en mayo del pasado año. En aquel entonces fueron 590 armas de distintas categorías. Entre ellas, muchas de propietarios particulares que renunciaron a su titularidad y se las entregaron a la Guardia Civil que, pasado el plazo del depósito legal, que es de un año sin que los titulares las reclamen de nuevo, proceden a su destrucción. También hay otras cuya vida útil finaliza por decretos de autoridades administrativas o judiciales al acabar determinadas instrucciones que determinan que no deben volver a manos de sus anteriores propietarios. Finalmente, se incluyen las armas prohibidas por carecer de marcas, números o punzones o por razones de seguridad. Luego son llevadas a fundir como en este caso en el polígono de Parayas.
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