Un teatro frente a la catedral
La plaza de Atarazanas acoge cada tarde actividades para que los niños disfruten
cayetano guerra lavid
SANTANDER.
Jueves, 25 de julio 2019, 15:22
Se llama 'Pequegrande'. Es un título genérico que pretende aglutinar a dos generaciones. También la idea de pequeños espectáculos que acaban congregando a muchísimo público. Y justo eso pasa cada tarde. Hasta el punto que la Semana Grande convierte la Plaza de Atarazanas, en pleno centro histórico de la ciudad, en un teatro todos los días. Un escenario al aire libre justo frente a la Catedral, testigo mudo de magia, payasos y múltiples aventuras que vuelven locos a los más pequeños. Las gradas son las escaleras, que se abarrotan. Por allí han celebrado ya cinco funciones y todavía quedan otras tres más.
Cuando comienza, empieza a sonar música y la gente, por instinto, se sienta en esas escaleras del fondo. En cuestión de segundos, se convierten en gradas y cuesta ya encontrar un sitio. «Es perfecto ahora que estamos en pleno verano y está haciendo calor», como aseguraba una abuela a los nietos. A las ocho, que ya refresca, allí da gusto.
Las miradas de los niños fijan su objetivo en el espectáculo. Por un instante, se hace el silencio en mitad del bullicio de las calles más céntricas. Y ese silencio solo es interrumpido por el reloj de la catedral, que suena justo indicando que ya son las ocho de la tarde. Tiene su encanto. Las campanadas como abriendo un telón. Y pegado a las excavaciones que están haciendo allí mismo descubriendo las tripas de la Santander más antigua. Todo eso junto, en la plaza.
¿Qué deparará?, se preguntan los críos. Sus ojos se mueven de lado a lado mientras hacen un exhaustivo análisis de la escena y lo que parece que puede haber entre bambalinas. Pronto llegan los aplausos y también los vídeos en el móvil. Las fiestas hoy en día son 'carne de Instagram'. «¿Te gusta?». Pregunta de padre al niño que no quita ojo.
Arrancaron los 'Hermanos Ronchetti'. Niños boquiabiertos con los trucos de magia y una parte más teatral para sus padres. Un viaje por el mundo subidos en un coche mágico lleno de «diálogos destornillantes». El Capitán Recycling tomó el relevo acompañado de Daniela la basurera y Marcelo el barrendero, con la misión de cuidar y hacer respetar el Planeta. 'Cualquier verdura' se salió del esquema con una puesta en escena más técnica, donde los espectadores, sentados en el improvisado teatro, no paraban de analizar lo que sucedía en primer plano. Al final, «cuando menos te lo esperas, llega la carcajada».
Un payaso torpe inundó de risas la plaza el martes con 'Alegre Divertimento'. Globos, sombreros, cuerdas, malabares... Disfrutaron «como enanos» de una función que, pese a la galerna que amenazó a la ciudad todo el día, transcurrió con la misma entrega del público que en los días anteriores. En mitad de uno de los números, Arturello di Popolo, el artista que protagoniza el espectáculo, pidió la colaboración «de un niño o de una niña que sea muy fuerte». A algo así siempre le siguen gritos. «¡Yo soy fuerte! ¡Escógeme a mí!». Ayer fue el turno de 'La bicicleta', donde el mismo payaso que había actuado el día anterior repitió con una función diferente. En esta ocasión y, como su título hace referencia, el 'patoso' Arturello centró su número en las aventuras sobre dos ruedas.
Para estos días
Hoy -que es día festivo-la programación cambiará de horario de manera excepcional ya que las funciones se sustituirán por los juegos recreativos 'Cirkomotik'. Se trata de una serie de objetos con los que interactuar, de nuevo, en familia o con amigos, ya que en varios de ellos tendrán que jugar con la gravedad tirando de tres cuerdas a la vez para completar el objetivo. O sea, otra vez 'Pequegrande'. Será, con este formato, de 18.00 a 22.00 horas (en el mismo sitio, frente a la catedral).
Recuperado el horario del resto de actividades programadas, mañana a las 20.00 y el sábado a la misma hora tendrán lugar los dos último espectáculos: 'En busca del Arcoiris' y 'Partyman Jones', respectivamente. Esta última será la función que cierre una semana entera de estas actividades de la Semana Grande de Santander, que ha hecho que cada tarde, toda una plaza se gire, que hasta la gente de los locales salga y que continúe sus compras tras unos minutos de entretenimiento gratuito. No todos los días una plaza se convierte en teatro.