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La mejora del entorno del inmueble del antiguo Banesto anticipa su reapertura
Ultimados los trabajos de rehabilitación del edificio de Hernán Cortés, se procede al trasplante de árboles y reurbanización de la zona antes del verano
El histórico inmueble que fuera la antigua sede del Banco Mercantil, un proyecto de 1900 del arquitecto Casimiro Pérez de la Riva, afronta las ... últimas semanas de su rehabilitación. El edificio reformado, de acuerdo a un proyecto de los prestigiosos arquitectos Cruz y Ortiz, concluirá entre los meses de mayo y junio sus trabajos con el objetivo de abrir al público en verano.
Liberadas las fachadas de los andamiajes, los trabajos se centran ahora en la mejora del exterior, la reorganización del entorno y la incorporación de elementos urbanos, desde mobiliario al trasplante de árboles y la reposición de las aceras. La reapertura de la reformada construcción santanderina, que albergará las oficinas del Banco Santander, está prevista en verano. Ubicada en la calle Hernán Cortés, 11, se ha sometido a una profunda transformación con el fin de dotar a sus instalaciones de «un uso más unitario en torno a su patio central». Los más de 2.000 metros de fachada han sido objeto de una restauración de sus elementos funcionales, decorativos y arquitectónicos.
En lo que se refiere a superficies, el solar donde se ha abordado esta rehabilitación, anunciada en 2019, supera los 800 metros cuadrados y el edificio principal es de 4.000 metros cuadrados. La construcción ha sufrido diversas transformaciones en el tiempo, pero ha mantenido la claridad de su estructura de pilares de fundición en torno al patio. Según la memoria del estudio arquitectónico, «el patio original se prolonga, de un lado, hasta la planta semisótano y, a través del resto de las plantas, hasta un espacio multifuncional en cubierta».
El proyecto ha reforzado la verticalidad del patio y la claridad estructural del edificio. La transparencia «será máxima y permitirá comprender de una vez el edificio completo a través del patio vertical». En las plantas inferiores, el Banco de Santander instalará «una oficina modelo, que ofrecerá servicios y actividades muy distintos a los de una oficina convencional, tal como se entiende a día de hoy. Áreas para café, coworking, salas de reuniones, estarán a disposición de quienes lo soliciten. Las plantas primera, segunda y tercera albergarán oficinas de la entidad. En su mayoría serán oficinas abiertas y solo se prevé una serie de despachos junto a la fachada sur. El edificio se remata en cubierta con un espacio polivalente, que permitirá ser utilizado como área de descanso, charlas, presentaciones...».
Los interiores fueron reformados en 1913 por el arquitecto Javier González de Riancho, que se basó en las nuevas tendencias del Art-Nouveau. En la actual transformación se manejaron 3.100 metros cuadrados de forjados, 5.000 de ladrillo cerámico y tabiquería.
La rehabilitación, integrada, y abordada en paralelo en lo que se conoce como Faro Santander, dará paso a las correspondientes pruebas de funcionamiento y a los plazos de licencia. Uno de los elementos más característicos del plan de obra ha radicado en la construcción de una terraza panorámica, que obedece a la voluntad de hacer un edificio lo más abierto posible. Una de las actuaciones de mayor visibilidad durante los trabajos fue la retirada y reubicación de los cuatro torreones que vigilan Santander desde lo alto del inmueble.
25 millones de inversión
La reforma integral del Mercantil, que acogerá la oficina para particulares, empresas, banca privada y la dirección territorial del Santander en la ciudad, ha supuesto un coste de 25 millones. En el proceso inicial, al igual que en el Paseo de Pereda, se procedió al vaciado del inmueble. La fachada se ha rehabilitado respetando totalmente su estética original.
Sus más de 2.000 metros cuadrados han sido «milimétricamente» restaurados por operarios durante seis meses. Las columnas de fundición, uno de los elementos más representativos, se han reintegrado en la solución estructural tras ser recobrado su estado original. La intervención ha supuesto la inmersión y aplicación de servicios fundamentados en nuevas tecnologías y de criterios de sostenibilidad y eficiencia energética.
Los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, cuyo estudio ha sido el responsable de la restauración del antiguo Banesto, han firmado actuaciones como las de Rijksmuseum en Holanda, las estaciones de ferrocarril de Basilea y Sevilla o el diseño del Wanda Metropolitano de Madrid. Los arquitectos se declararon partidarios de «buscar el equilibrio entre lo más valioso del edificio y la nueva intervención respetuosa» y en «no acentuar demasiado los contrastes entre lo existente y lo nuevo».
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