La obra para reabrir el antiguo túnel de Tetuán empezará después del verano
El proyecto, con los últimos modificados, se licitará finalmente este mes y se adjudicará «entre agosto y septiembre»
La licitación será inminente. Está prevista, de hecho, para este mes de julio con la idea de que la obra quede adjudicada entre agosto y ... septiembre. Por eso, desde el Ayuntamiento ponen ya fecha definitiva al inicio real de las obras para que el antiguo túnel de Tetuán vuelva a ser transitable. Final de verano o principios de otoño. El arranque de los trabajos. Es el último plazo que dan desde el Consistorio para uno de los proyectos que más curiosidad ha despertado en la capital en los últimos tiempos. El último, porque se han manejado varios. Comprobar el estado actual del pasadizo, esperar los informes de viabilidad de la obra, realizar numerosos sondeos, modificar el proyecto inicial tras las reuniones con los vecinos... Todos esos pasos fueron moviendo la cruz en el calendario. Y también la factura. En octubre del pasado año se calculaba que reabrir el túnel costaría unos tres millones. Con las últimas modificaciones, la cifra final estará en torno a cinco. Lo que no cambia es el plazo de ejecución. Doce meses. Si se cumple, el paso será una realidad cuando acabe el verano del año próximo.
En octubre de 2018 este periódico publicó el resumen de lo previsto hasta ese momento. Una rampa de acceso de 65 metros y desnivel del 6% en la boca Oeste (la del Grupo Las Canteras, junto a Tetuán), inyecciones de cemento a baja presión y poliuterano para asegurar los casi trescientos metros de pasadizo (que será para peatones y ciclistas) y una especie de falso túnel de 65 metros con una abertura lateral para que entre luz –con una prolongación de otros 125 ya sin techo– en la salida Este (la que desemboca en la calle Joaquín Costa). Sin embargo, sobre esta base, durante los siguientes meses se cambiaron varios aspectos y se solucionaron algunas trabas. Por ejemplo, fue necesario resolver las dudas existentes en torno a la propiedad municipal de una de las parcelas afectadas. Hasta que eso no estuvo, no se aprobó el proyecto.
Las claves
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Finalización El plazo de ejecución que se fija para la obra es de doce meses
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El coste Los modificados en el proyecto suponen un aumento del precio de unos dos millones
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Cambios La previsión es de una pérdida de «30 o 35» plazas de aparcamiento en el Grupo Las Canteras
Y fue necesario también precisar más lo que va a hacerse en las inmediaciones de la entrada que más afecciones tiene para los vecinos. La del Grupo Las Canteras. Aparcamientos, entradas, accesos, viales... Se actuará desde la bifurcación de la calle Tetuán –frente al polideportivo Marcelino Botín– hasta las antiguas escaleras que daban acceso al Alto de Miranda a través de Barrio Camino. Justo las que desmantelaron para reabrir el acceso del túnel (que estaba oculto –el proyecto contempla unas nuevas escaleras–.
Para esta zona, desde el Ayuntamiento explicaron que «se reforzará el carácter peatonal, desplazando todas las plazas de aparcamiento a una misma banda al norte de la calzada de acceso a Las Canteras y acondicionando el carril bici». Calzada de adoquín para «calmar» el tráfico –sólo servirá de acceso para llegar a los aparcamientos de la plaza Alhucemas–, una zona «estancial» junto al carril bici con «parterre pisable, bancos y arces rojos», aparatos de ejercicios para adultos y un pequeño cambio en las medidas de la rampa que conducirá directamente al pasadizo (de 65 a 63 metros). Los detalles.
Desde el Ayuntamiento explicaron a este periódico que en el Grupo Las Canteras se perderán «unas 30 o 35 plazas de aparcamiento» con las obras. Esa era una de las preocupaciones en el vecindario.
Más refuerzo interior
Ya en los casi trescientos metros de túnel (con una altura media de entre 3,25 y 4) se ajustó en el proyecto lo relativo a perforaciones para identificar el tipo de relleno de los revestimientos. Además, se habló de «instalación de monitorización continua para conocer el nivel del agua y el estado tensional del terreno» y se contempla reforzar las acciones previstas para la consolidación de la estructura. La idea, más allá de garantizar la seguridad, es reducir las posibles filtraciones de agua por las fisuras del macizo rocoso que hay justo por encima del pasadizo.
4,9 millones de euros es el presupuesto final que se baraja para el proyecto con los cambios.
700 metros de longitud abarca la actuación.
Lo siguiente, como se dijo en su momento, será el toque final para hacer del camino un paseo cómodo. Iluminación, detección de gases, ventilación, medidas para prevenir incendios, cámaras de vigilancia...
Por último, en la salida hacia El Sardinero las modificaciones respecto a lo anunciado han sido cuestiones más técnicas. La obra allí será de calado. Más que nada porque ahora mismo el lugar por el que transitarán peatones y ciclistas está bajo tierra. Es una zona verde (hay un árbol que coincide justo con el punto en el que está la boca). En su lugar, colocarán ese falso túnel con su prolongación que ya se presentó, a grandes rasgos, el pasado año.
Todos estos cambios son los que han variado las cifras globales (y las fechas) del proyecto. Se plantea finalmente actuar en una longitud total de casi setecientos metros y el coste será exactamente de 4,9 millones de euros. Eso es lo que aprobó la junta de Gobierno Local en su último reunión de la pasada legislatura. Fue justo dos días antes de las elecciones del 26 de mayo. El paso ya definitivo para el proyecto.
La historia
Todo, para volver a recorrer parte del camino que completaba el Tranvía de Vapor de El Sardinero, inaugurado el 23 de junio de 1892. Fue la primera utilidad de una construcción muy recordada por los más mayores –y no tan mayores– que sirvió también como refugio durante la Guerra Civil y como paso para peatones en los años cincuenta. Aunque años después se cerró al tránsito –demasiadas humedades y demasiada oscuridad, que hacían del recorrido algo poco aconsejable–, muchos críos de la zona se colaban a menudo en el pasadizo. Hasta 1986, según el dato del Ayuntamiento. Fue sellado e, incluso, se borró la huella de lo que fueron sus accesos. Se rellenó la pendiente de la entrada por Tetuán y la boca que desembocaba en Joaquín Costa quedó sepultada por una zona verde en la trasera de los edificios. Imposible volver a colarse.
Tras unas obras para recuperar la boca Oeste, el 9 de junio de 2017 un bombero experimentado de la capital dio sus primeros pasos por el interior. Fue el primer santanderino que volvió a pasear por el viejo túnel de Tetuán. Casi cuarenta años después de la última vez.
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