El puente levadizo de Raos funciona «a demanda» hasta final de año
La Autoridad Portuaria de Santander estudia el comportamiento de los sensores que se han instalado para controlar la infraestructura. En la actualidad se efectúan «un máximo de diez aperturas diarias»
Desde el sector pesquero recibieron con alegría la noticia de que en octubre, «por fin», se abriría de nuevo el puente levadizo de Raos, que ... permite el paso de los barcos entre la lonja y el mar. La alegría se explicaba porque habían pasado ya ocho meses desde que se averió una de las hojas de la infraestructura y desde entonces trabajaban con dificultades ya que no podían entrar y salir cuando lo necesitaban ni tampoco descargar en la lonja. Finalmente fue el pasado 13 de octubre cuando, tras unas semanas realizando pruebas, la Autoridad Portuaria de Santander (APS), administración encargada de llevar a cabo la reparación, abrió de nuevo el puente. Aunque la normalidad aún no se ha recuperado del todo. «Podríamos decir que estamos en una normalidad a medias», comenta Agustín Trueba, secretario de la Cofradía de Pescadores, que ya hace un par de semanas reconoció a El Diario Montañés que estaban «deseando volver a la normalidad».
A medias porque el Puerto aún está estudiando –y lo hará hasta finales de año– los sensores que se colocaron en el puente y que sirven para controlar «en remoto los mecanismos y el funcionamiento de la infraestructura, de tal manera que la APS pueda tener mucha más información de su estado y evolución en el tiempo». Mientras se sigue analizando su funcionamiento, los pescadores cuentan con unos horarios provisionales y el puente se abre «a demanda, con un máximo de diez aperturas diarias». «Es según las necesidades que va teniendo el sector y también teniendo en cuenta la operativa del ferry. Cuando tiene la operativa de embarque y desembarque no abren», añade Trueba, que resume estas primeras semanas como «un retorno progresivo a la normalidad».
Teniendo en cuenta el «escenario» del que venían, desde el sector notan un cambio. «Cualquier paso es un gran paso, pero es cierto que la gente está contenta de ver a los pesqueros de nuevo». Lo que explicó el Puerto hace unas semanas es que, una vez en funcionamiento, abordarán la reparación de las patologías que se detectaron en la otra hoja. Además, explicó que «está dedicando numerosos recursos técnicos, humanos y económicos –1,3 millones de euros– para que la compleja reparación de las averías del puente se realicen con las máximas garantías y en el menor tiempo, minimizando las posibles afectaciones y en coordinación con el sector pesquero».
El del puente no es el único problema que tenían en el sector. Precisamente hace un año, pescadores de altura y bajura y compradores de la lonja de pescado de Santander mantuvieron un encuentro para hablar sobre el problema que les generaba una avería en la fábrica de hielo y que sufrían desde hace meses. Entonces, apuntaron a que el coste de la reparación rondaría los 15.000 euros. Por eso, plantearon o repararla o hacer una nueva. Sin embargo, no han trascendido novedades al respecto ya que es un problema que siguen padeciendo actualmente. «El lunes mismo tuvimos problemas y no hubo suministro de hielo para unos cuantos pesqueros. No es algo nuevo. Lo llevamos diciendo un tiempo», añade el representante del sector. «Algo se debe de hacer porque da muchos problemas y muy frecuentemente», añade. De hecho, esta misma semana mantuvieron una reunión con la APS y la Dirección General de Pesca, en la que volvieron a solicitar una solución a este asunto. «Nos dijeron que lo iban a plantear».
Un puente polémico
El puente levadizo de Raos ha estado envuelto por la polémica casi desde su inauguración, hace ya 16 años. Los pescadores se quejaron entonces de que muchas de las embarcaciones eran demasiado altas para pasar por debajo, por lo que dependían de los horarios de apertura que estableció el Puerto. El problema que surgió es que no siempre volvían de trabajar a la misma hora, por lo que, a veces, se encontraban el puente cerrado y tenían que esperar durante horas hasta que volviera a abrir. O directamente optaban por irse a otro puerto. Además de las sucesivas averías que se han producido a lo largo de los años.
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