La Ría de Raos, de senda fluvial a vertedero

La Ría de Raos, a su paso por Nueva Montaña, era un espacio de marisma, con aves, lleno de cañaverales y donde los vecinos de mayor edad pescaban y se daban 'coles', hace 30 años. En 2008, el Ayuntamiento de Santander recuperó esta senda fluvial para «protegerla, por el valor de su diversidad biológica». Hoy, estas aguas están contaminadas y los desperdicios plásticos y restos de papel higiénico comparten espacio con los patos. «La ría pierde oxígeno, la contaminación es escandalosa y la fauna pronto emigrará a otro lugar», señala Bernardo García, de Ecologistas en Acción.

Los vecinos de Nueva Montaña están indignados con «el grave deterioro de la ría en este último año». En este tiempo, «ha dejado de verse el fondo de la ría, el agua ha tornado a negra y desde hace 15 días han surgido unos tremendos olores a letrina», describe el vecino Nobel Lado, que integra la peña de Los Chaparrudas, un grupo de jubilados enraizados en esta colonia, preocupados con el «estercolero en el que han convertido la ría».

La acumulación de basura y el fuerte olor que emana del agua «va en aumento», dicen estos vecinos, que hacen seguimiento diario de la senda. Achacan el problema a «los vertidos incontrolados que llegan desde Maliaño y otros que se hacen desde la propia estación de bombeo Santiago el Mayor y que se realizan con nocturnidad, para que no lo veamos, pero aún así, lo tenemos grabado y documentado», señalaron los miembros de esta peña que está en pie de guerra y que anuncia «movilizaciones de no obtener una respuesta del Ayuntamiento». «Entendemos que es mucho dinero, pero tienen que planificarlo y acometerlo por fases. No pueden dejar morir este espacio natural, tan bonito».

La ironía está en que en 2008 el Ayuntamiento organizaba 'La ruta de la Ría de Raos', todos los miércoles a las 9.30 horas, desde Santiago el Mayor. Precisamente, esta estación es el origen del problema según apunta la organización Ecologistas en Acción. «Esta estación no separa aguas fecales de aguas pluviales, por lo que cuando hay episodios de precipitación –y no hace falta que llueva mucho–, el sistema de saneamiento se colapsa y la estación descarga directamente en la ría todas las aguas fecales».

Sin embargo, el Ayuntamiento informó a este periódico de que «la limpieza de la ría no es competencia municipal». Y sobre las acusaciones de vertidos incontrolado señaló que la estación de bombeo «sólo recibe agua en momentos de fuertes lluvias, y a partir de un determinado nivel, el agua excedente de lluvia es el que se alivia. En tiempo seco no desagua en la ría. En todo caso, no se trataría de vertidos sino únicamente de agua de lluvia», según la explicación de los técnicos. «Además, la estación Santiago el Mayor está situada al final de la ría y la suciedad de la que hablan los vecinos proviene de aguas arriba».

El Ayuntamiento responsabilizó al municipio vecino, Camargo: «Efectivamente se producen vertidos residuales a la ría, pero no proceden del término municipal de Santander, sino que parece que provienen del municipio colindante aguas arriba, que es Camargo».

Otro de los miedos que tienen los vecinos es que se inunde el barrio. «El nivel del agua ha crecido en el último mes notablemente, calculamos que más de un metro, y está a punto de desbordarse. Cuando lleguen las lluvias, correremos peligro. Hay casas construidas a solo cuatro metros de la orilla. Las parcelas más próximas a la ría, donde había vacas, ya se han inundado. Nos sentimos impotentes», explicó el vecino Antonio Pereda. «Es mejor poner medias antes de lamentarlo», añadió Mariano López Ortega, también residente.