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Álvaro Machín
Viernes, 29 de julio 2016, 18:31
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Avelina Madrazo (Conservas Avelina) lo hace y lo explica. No para. «Salen del trapo después de haberlo exprimido. Luego hay que quitarles la espina. La raspa, que dicen ahora». Dicho así suena fácil, pero uno se pone a sobar anchoas y las que pone en el plato no las quiere nadie. Las suyas, sí. Junto a Vanesa Lavín, sentadas a la mesa, se pasan la mañana venga y dale. «¿Nueve añucos llevas conmigo?», le dice a la más joven.
A cuchillo, método tradicional y «pasando la jeta» (que uno no acaba de tener claro si, al tratarse de lenguaje del gremio, es con ge o con jota). Ellas y sus anchoas fueron las reinas del último día de terraza.
Y eso que tuvieron competencia. En los platos, poca. Pero es que la despedida en la segunda planta del Hotel Bahía estuvo más que concurrida. Lleno y ambientazo. Con buen tiempo y la entrada oportuna de una brisa muy de Santander que vino de pegada a eso de las dos de la tarde. Mundo político (tanto municipal como autonómico), empresarial, cultural... Mucha gente.
Los invitados de El Diario a su espacio durante la Semana Grande hicieron balance de fiestas y previsión de cara al último fin de semana de celebración. A los que han combinado trabajo con saraos ya se les está haciendo largo.
«Y lo difícil que está lo de aparcar», dice Avelina hablando un poco de todo. El otro día comentaba un taxista que en Alicante, para la famosa noche de las hogueras, cortan todo el paseo marítimo al tráfico y refuerzan a tope los transportes públicos.
Ese tema siempre genera unos debates de toma pan y moja. Alguno este viernes mojó el aceite de las anchoas que preparaba Avelina. Casi hasta se metió dentro.
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