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El duelo. Aceptar que la muerte es parte de la vida

El duelo. Aceptar que la muerte es parte de la vida

Martes, 25 de febrero 2020, 09:20

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Todos vamos a morir, aunque parezca catastrófico es así. Nuestro cerebro trata de mil maneras diferentes de huir de esta idea. Cuando pasa algo malo les pasa a lo demás, ¿pero a mí no? Buscamos explicaciones para confirmar esta idea y nos negamos a aceptar la mera idea de perder a un ser querido.

María se sienta en la mesa de la cocina después de ponerle una taza de café a su marido, ha preparado tostadas y se prepara para leer la sesión de sociedad que Antonio separa del periódico cada mañana para ella. De repente la cocina se vuelve gris y la mujer que antes sonreía, se congela, le tiemblan las manos y se da cuenta que el periódico no está en la mesa y Su Antonio tampoco, y ya nunca lo estará… hace más de 6 meses que le dio un infarto pero María se niega a aceptar que su marido a muerte y ya no volverá. Lo ve en cada rincón de la casa, recuerda cada momento que vivieron juntos…»Llevábamos toda la vida juntos, nunca nos separamos, ocurrió tan de repente…Como no voy a sentirlo todavía, él sigue aquí…conmigo…»

Esta persona totalmente imaginaria sufriría lo que los psicólogos llamamos duelo patológico o crónico, estas personas activan el núcleo acumbens (área de recompensa del cerebro) cuando recuerdan a sus fallecidos. Según las investigaciones de Fiona Maccalum y Richard Bryant de la Universidad de Nueva Gales, los recuerdos se resisten a la evitación por despertar a la vez dolor y sentimientos positivos, estos recuerdos suelen estar ligados a rasgos identitarios del ser querido, uniéndose fuertemente a la persona, siendo los recuerdos muy vívidos. Una forma de tratar el duelo patológico consiste en grabar el relato de la muerte, contado por el mismo paciente y oírlo varias veces después. Estas personas rehuyen la muerte del difunto y tienden a revivir sólo los momentos felices constantemente.

Cuando pensamos en la muerte no sólo se tambalea nuestro mundo emocional, sino todas nuestras creencias sobre la vida. Cuando un atracador escapa de la policía y una bala perdida mata a una niña que estaba jugando en la calle, escapa a la razón porque no encaja con nuestras creencias: «las cosas malas le pasan a las personas malas, es el Karma, Dios lo ha querido así, solo las personas mayores mueren, yo moriré antes que mis hijos, le ocurrió porque lo merecía, sólo de noche y en un barrio peligroso pasan cosas malas, en la seguridad de tu casa no te puede pasar nada,…»Mil y una ideas para asegurarnos que la muerte les llega a los demás pero no a nosotros…Cuanto más tardes en aceptar que vas a morir como todo el mundo, más largos y costosos serán tus duelos.

Todos habréis oído que hay una »etapas del duelo», pero como dice Bonanno George, psicólogo de la Universidad de Columbia en Nueva York «no existen unas reglas establecidas sobre cómo debería transcurrir un duelo sano». No hay una forma «correcta» de cómo llorar la muerte, hay diferentes tipos de duelos todos perfectamente normales y útiles para la reestructuración de la persona y su nueva realidad. Pasaremos por momentos de negación (casi seguro), ira, tristeza…nos podremos sentir culpables (porque no hice esto o aquello…), castigados (¡porque a mi!), engañados (no puede ser, no me lo creo, esto no está pasando,…) y mil emociones más, en diferente orden e intensidad, volveremos a enojarnos a entristecernos, pero tarde o temprano lo aceptaremos porque es la realidad…él o ella ya no están…y yo tengo que vivir con su recuerdo, con la idea de que sigue vivo sólo dentro de mi. Pasarás por momentos en los que necesitaras controlarlo todo porque nos negamos a no poder controlar lo incontrolable…la muerte. En cada aniversario de cumpleaños, de bodas, de fallecimiento,…te acordarás (te des cuenta o no), revivirás momentos especiales, pero lo ideal será que los vivas desde la aceptación y el amor, y no del sufrimiento, la ira o el dolor.

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