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El obispo de Astorga (León), Juan Antonio Menéndez, durante una rueda de prensa en septiembre. EFE
«Han sido años de mucho dolor para las víctimas y para la Iglesia»

«Han sido años de mucho dolor para las víctimas y para la Iglesia»

Juan Antonio Menéndez ·

El obispo de Astorga, presidente de la comisión de abusos de la Iglesia, afirma que se escucharán «las sugerencias» de los afectados

Daniel Roldán y a. cubillas

Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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La Conferencia Episcopal Española (CEE) decidió que fuera el obispo de Astorga, Juan Antonio Menéndez, el presidente de la comisión de trabajo sobre delitos a menores en la Iglesia y que deberá actualizar sus protocolos de actuación para «tratar los casos de abusos a menores desde el punto de vista jurídico y canónico». Un nombramiento que ha causado estupor entre las víctimas de abusos, ya que acusan al obispo de haber encubierto los hechos. «Es una burla, un chiste y una broma de mal gusto», califica Francisco Javier, víctima de los abusos continuados, junto a su hermano gemelo, del sacerdote José Manuel Ramos Gordón en el Seminario Menor de La Bañeza (León). «Han sido años de mucho dolor. Mucho dolor para las víctimas y para la Iglesia», reconoció ayer el obispo a este periódico.

Menéndez indicó que había recibido el cariño de los feligreses y «sobre todo» de los sacerdotes. «Han sido años de mucho dolor», reiteró en el receso de una de las reuniones de la comisión, donde ya se ha establecido el calendario para elaborar «un borrador, unas líneas maestras» que el presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, pueda llevar a la reunión convocada por el papa Francisco para tratar en exclusividad esta lacra. «La comisión tiene un núcleo más bien técnico porque es lo más urgente en estos momento. Sobre todo, es necesario actualizar canónicamente y civilmente la normativa que en estos momentos hay en nuestro país y la que ha ido saliendo desde la Santa Sede desde 2010», explicó.

«Intentaremos avanzar más en la prevención de los abusos y en el acompañamiento de las víctimas para ayudarles y estar cerca de los que han sufrido estas cosas execrables», añade el obispo de Astorga. A lo largo de la vida de la comisión, apunta Menéndez, se escuchará a las víctimas para que «cuenten su experiencia». «Se pueden incluir sus sugerencias» en los documentos que salgan de la comisión y que los obispos españoles deberán aprobar. Menéndez también avanzó que la comisión abrirá sus puertas a más expertos para que ofrezcan sus ideas.

Entre los documentos de conferencias episcopales de Europa y América y textos propios de la CEE, estará el protocolo de la Diócesis de Astorga que el propio Menéndez publicó este año. Este documento, «de obligado cumplimento», señaló que ante cualquier atisbo de abuso sexual hay que acudir de forma inmediata a las autoridades judiciales. Este texto, junto a otros dos, son los únicos que existen en las setenta diócesis españoles. «Será un documento más», dijo el obispo.

Enfado

«Estamos ante una broma de mal gusto porque por todos es conocido cómo ha llevado el proceso en el marco de su diócesis, permitiendo que un delincuente reciba homenajes y oficie misas», insistió Francisco Javier, que hizo público los abusos cuando vio que la resolución del caso -que había prescrito penal, civil y canónicamente y que fue reabierto por orden del Papa- se hacía en el seno de la Iglesia. «No ha silenciado nada porque no ha podido hacerlo, ya que solo lleva tres años en la diócesis», indicó la delegada de medios de comunicación de la Diócesis de Astorga, María Ángeles Sevillano, quien además recalcó que el obispo, en todo momento, actuó por órdenes de la Congregación para la Doctrina de la Fe. «Todo ha venido de Roma», recalcó e insistió en que el obispado no intervino ni en la instrucción de la causa ni en las sanciones impuestas.

Con esta comisión, la Iglesia española da un paso «importante» para luchar contra los abusos, aunque las víctimas quieren más. «Sería positivo que la Iglesia se sentase y atendiese de verdad a las víctimas y luego se elaboren protocolos eficaces, que protejan a sus víctimas y que si aparecen nuevo casos se tomen medidas muy severas», señaló Francisco Javier. Protocolos y medidas que ya existen. «Solo tienen que mirar las recomendaciones de Naciones Unidas y de otras instituciones», indicó Miguel Ángel Hurtado, víctima de abusos y cuya iniciativa para conseguir que estos delitos no prescriban en change.org ya ha conseguido más de 465.000 firmas. «Ya era hora. Es un primer paso pero tardío», incidió.

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