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La nobleza de los Núñez del Cuvillo perdona más de una cornada

Aún con todo, los toros se han puesto por delante de los mansos, permitiendo las carreras deseadas por los mozos y dejando un herido y dos trasladados

pablo ojer

Pamplona

Viernes, 12 de julio 2019, 07:26

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A pesar de la violencia con la que ha arrancado el encierro de este viernes, los Núñez del Cuvillo se han comportado con la nobleza que, por la tarde, les caracteriza en las corridas de toros.

La embestida de uno de los morlacos en medio de la Cuesta de Santo Domingo, hacía presagiar gran cantidad de heridos. De hecho, esa embestida ha dejado un herido por asta de toro y un contusionado. El corredor que ha resultado empitonado es M.J.B., procedente de Cascante (Navarra) y veterano, de 57 años, como muchos de los que corren en ese tramo. En la misma embestida, ha propinado un golpe a otro veterano, J.F.I., de Marcilla (Navarra) y de 59 años que tiene un traumatismo en la rodilla izquierda.

Incluso, de ese golpe el toro ha salido despistado, cruzando la calle de un lado a otro y fijándose en todos los corredores. Pero unos metros después, la nobleza del astado le ha hecho reincorporarse a la manada y para cuando han llegado al Ayuntameinto ya era uno más de los seis toros gaditanos.

Desde ahí, han corrido hermanados, juntos, nobles. Incluso parecía que tenían una disposición futbolística con una fila de cabestros al frente, los seis toros en medio y cerrados por más cabestros.

Pero pasada la mitad de la Estafeta, una vez que el suelo ya no tenía el líquido antideslizante que se impregna unos días antes de los Sanfermines, tres toros han resbalado y han caído, lo que ha hecho que se separaran unos de otros y se abrieran huecos para que los mozos pudieran acercarse a coger cuerno.

Y también como en días anteriores, aquí es donde se han dado los golpes entre los corredores para ser el que más se aproxime a las astas. Hoy también ha sido un encierro multitudinario y la velocidad de los Núñez del Cuvillo ha causado caídas, pero la ganadería gaditana ha mostrado su nobleza y ninguno ha hecho por los corredores, que, con la cantidad que había, podían haber provocado muchos heridos.

Desde esta parte final del encierro, en el tramo de Telefónica, tan solo ha sido trasladado un mozo, J.L.B, de Barañáin (Navarra) con un traumatismo torácico con enfisema subcutáneo, es decir, con aire debajo de la piel. Según han explicado los doctores, se está analizando si ese aire procede de los pulmones, lo que indicaría un neumotórax.

Pero los toros han continuado a lo suyo, con la vista puesta únicamente en la arena de la plaza de toros, a la que han entrado y, sin fijarse en nadie, han ido directamente a los toriles 2 minutos y 18 segundos después de haber salido de Santo Domingo. Ha sido el segundo encierro más rápido de lo que llevamos de Sanfermines.

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