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Javier Ikaz y Jorge Díaz presentaron ayer el proyecto 'Yo fui a EGB'.

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Javier Ikaz y Jorge Díaz presentaron ayer el proyecto 'Yo fui a EGB'. Luis Palomeque

Los chicos del 'telesketch'

Javier Ikaz y Jorge Díaz recorren en el SSW 2019 los hitos de su marca 'Yo fui a EGB' | Comenzó como una página de Facebook y ahora acumula más de 1,4 millones de seguidores fieles a la 'memorabilia' de la infancia y la juventud

Mada Martínez

Santander

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Domingo, 24 de febrero 2019, 12:04

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La historia de Javier Ikaz y Jorge Díaz es la historia de un éxito inesperado. Ambos son los artífices de 'Yo fui a EGB', un proyecto sobre la 'memorabilia' que pueden compartir los nacidos en las décadas de 1970, 1980 y 1990 −el model de la Educación General Básica desapareció a mediados de los años noventa−, que comenzó como una página de Facebook y que ha terminado convertido un espectáculo de cinco horas que está de gira por España. En medio, 'Yo fui a EGB' se ha transformado en papel −en cuatro libros−, en un blog, en un juego de mesa, en un disco de canciones infantiles, en varios encuentros abarrotados de los famosos que fueron a EGB. Ayer, Ikaz y Díaz anunciaron una nueva conversión: 'Yo fui a EGB' se transformará en una exposición que, en junio, tendrá su primera sede en Gijón. Después viajará por España.

'Yo fui a EGB' podría haberse quedado en 'Facebook'. De hecho, al principio era eso: una página de 'Facebook' con unos pocos miles de seguidores fieles a publicaciones con materiales sensibles para los 'egeberos': peonzas, un telesketch, chicles 'Chewing', pósters del 'Equipo A', antiguos álbumes de cromos, una pastilla de jabón de la marca Fa, una bolsa de 'Pryca', todos objetos que evocan la infancia y la juventud. La página funcionaba como una ventana al pasado, un lugar donde compartir recuerdos.

Ikaz y Díaz explicaron ayer que no querían apelar únicamente a la nostalgia, sino hacer un poco de arqueología generacional, encolar la memoria colectiva en torno a recuerdos amables, es decir, «ni fútbol, ni política, ni religión». ellos querían «hablar de pequeños gestos, de pequeños juguetes..., de cosas que a veces no tienen ni nombre», explicaron ayer .

Programa de hoy, domingo

  • 10.00 - 11.15 horas. Taller: Convirtiendo el marketing en una experiencia narrativa transmedia.

  • 11.15- 12.35 horas Taller: Estrategias de Social Media para la Moda

  • 11.20 - 12.35 horas. Taller: Cómo crear una arquitectura web perfecta.

  • 12.40 - 13 .55 horas. Taller: Stop al tráfico basura con Google Analytics.

  • 12.40 - 13 .55 horas. Taller de Instagram

El contexto de aquellas generaciones de entonces lo hacían factible. «En aquellos años éramos más homogéneos, hacíamos todos lo mismo». Es decir, se soñaba con los mismos juguetes en Navidad, con las mismas marcas de zapatillas, con las dos marcas de vaqueros. «Éramos muy homogéneos, se creaba mucha comunidad».

Durante los dos primeros años 'Yo fui a EGB' fue eso. Después, sin saber muy bien cómo, el número de seguidores se disparó. «Un día, sin saber por qué, se hizo viral», contó ayer Jorge Díaz. Hoy tampoco saben explicar muy bien qué catalizó el despegue y la ascensión hasta los 1,4 millones de seguidores. En Twitter han alcanzado los 180.000, pero donde realmente están volviendo a crecer es en Instagram, donde  llegan a los140.000.

Las publicaciones de Facebook se les quedaron cortas a sus seguidores, y entonces, siempre bajo demanda, Ikaz y Díaz realizaron un blog, un disco, el juego de mesa, las quedadas multitudinarias. No han ido más allá, no han participado en programas de TV o similares porque no quieren que su marca quede a la sombra de sus creadores. «Sobreprotegemos la marca».

Los nuevos tentáculos del negocio de 'Yo fui a EGB' reproducen el mismo y exitoso esquema original: nutrirse del imaginario popular compartido. Ayer, en la misma sala donde se celebra el SSW, hicieron la prueba proyectando algunos vídeos de factura propia: el público 'egebero' tarareó entonces sintonías de las series de dibujos animados, completó los eslóganes de antiguos anuncios de detergentes, reconoció la carta de ajuste.

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