Cocido montañés y vino maridan en Torrelavega
La cata en la plaza Baldomero Iglesias unió tradición, humor, cultura culinaria y producto local dentro de la III Semana del Cocido
Torrelavega volvió a saborear ayer lo mejor de su gastronomía con una cita que combinó historia, humor y cultura culinaria: la cata maridaje de cocido ... montañés y vinos cántabros celebrada en la plaza Baldomero Iglesias, dentro de la III Semana del Cocido. Bajo la carpa instalada en la plaza, cuarenta afortunados disfrutaron del cocido de La Ermita y de dos vinos de la Bodega Bahía de Santander, guiados por la sabiduría y el desparpajo del Gran Maestre de la Cofradía de los Cocidos de Cantabria, Alfonso Fraile.
Mientras varios cofrades removían las cazuelas con mimo, Fraile explicaba a los asistentes cómo armonizar cuchara y copa: «Nunca se coge la copa por el cuerpo porque calentamos el vino. Está vivo, hay que tratarlo con cariño», comentaba entre risas, mientras presentaba el blanco Isla de Santa Marina (godello) y el tinto Isla de Mouro (tempranillo). Los participantes siguieron atentos el proceso de cata, probando, oliendo y descubriendo cómo el intenso sabor del cocido se equilibraba con los vinos, que sorprendieron por su origen cántabro y su cuidada elaboración artesanal.
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Entre ellos, Fernando Nava, vecino de Torrelavega, lo tenía claro: «Me lo dijo mi hermano: vete, que te dan un cocido muy rico, y tenía razón. Esto es maravilloso, tenía que hacerse todos los meses para que Torrelavega prospere». Otros, como María López, del barrio de El Zapatón, confesaban con humor: «He venido por el vino, pero me quedo por el cocido. Está como el de mi abuela».
Al término del acto, Fraile destacaba el crecimiento de estas jornadas: «En Torrelavega hemos creado la Semana de los Cocidos. Empezamos con cinco catas, ahora nos hemos establecido en tres. Siempre mezclamos sólido y líquido, hacemos catas maridaje. Al final hablamos de lo nuestro, de cocidos». El Gran Maestre recordó además el peso simbólico del plato en la identidad regional: «El otro día, el CIS publicó una encuesta: el cocido montañés fue el segundo plato más representativo de España, solo por detrás de la fabada. En Cantabria, si nos conocen por algo, es por el cocido montañés».
Fraile reivindicó también la diversidad gastronómica de la región: «Tenemos más de treinta tipos de cocido en Cantabria, cada valle tiene el suyo. Lo importante es respetar el producto local y aprender un poco de la historia que hay detrás. Comer es cultura, es compartir».
El Gran Maestre aprovechó para avanzar el menú de hoy jueves: el 'Puchero de Torrelavega', una receta creada expresamente por la Cofradía de los Cocidos de Cantabria. «No sabemos si se cocinaba hace doscientos años, pero queríamos algo representativo de la ciudad. Nos basamos en los productos que se vendían en las plazas, lo que nuestros abuelos intercambiaban en los mercados», explicó.
Sobre el maridaje, dejó una lección final: «La legumbre y los vinos con taninos hacen mala digestión juntos. Mejor acompañar el cocido con vino blanco, sidra o algo con carbónico. Comer debe ser un placer, no una prueba de resistencia».
Con ese espíritu, entre cucharadas, copas y risas, Torrelavega volvió a celebrar lo que mejor sabe hacer: defender su identidad a través del sabor, la tradición y la cercanía de su gente.
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