La falta de aire acondicionado obliga a cerrar un mes el gimnasio de La Lechera
Los socios recogieron firmas para exigir la reparación del sistema de climatización después de que uno de ellos sufriese una lipotimia
El Ayuntamiento de Torrelavega ha cerrado el gimnasio de La Lechera durante un mes para efectuar diversas mejoras, entre ellas la reparación del sistema ... de aire acondicionado. Los cientos de usuarios de la instalación municipal iniciaron una recogida de firmas este verano, después de uno de ellos sufriese una lipotimia por las altas temperaturas. Ahora sus quejas se centran en la falta de explicaciones del Consistorio y en que, a su juicio, las alternativas que les han ofrecido no son válidas.
En un cartel pegado en la puerta de acceso al complejo deportivo se avisa a los usuarios de la 'parada técnica'. La de la piscina es habitual, del 1 al 31 de agosto, pero la del gimnasio es nueva (del 5 al 31 de agosto) y se efectúa «a causa de obras en la piscina». Más arriba, en otro cartel, el Servicio Municipal de Deportes (SMD) precisa que la parada en la piscina se aprovechará para instalar un nuevo sistema de climatización. También recuerda a los usuarios que, en virtud de la Ordenanza Reguladora de la Tasa por Prestación de Servicios en Instalaciones Deportivas, el recinto podrá cerrar un mes al año para «realizar la 'parada técnica', imprescindible, sin que los usuarios abonados anuales puedan reclamar compensaciones económicas». Por último, el SMD pone a disposición de los usuarios dos alternativas: los también gimnasios municipales del pabellón Vicente Trueba y del complejo deportivo Óscar Freire.
El concejal del área, Nacho González, reconoce que el sistema de aire acondicionado está «estropeado» y que durante este verano ha habido días en la instalación en los que «ha hecho mucho calor». González dice que la decisión de cerrar el gimnasio por primera vez en agosto se tomó «por seguridad» y conjuntamente con el servicio de Obras, que es el que dirige los trabajos. Lamenta que no pudieran avisar a los usuarios con más antelación y valora positivamente las alternativas que han ofrecido: «Había que tomar decisiones y eso hicimos. Lo del aire acondicionado no podía esperar. Entiendo a la gente, que se quejaba del calor con toda la razón del mundo, pero para arreglarlo hay que cerrar las instalaciones. Y hemos ofrecido como alternativas lo mejor que tenemos y abriendo el gimnasio del Vicente Trueba por primera vez en agosto».
Los usuarios se quejan de falta de información y de que las alternativas «no son válidas»
Uno de los socios, Alberto Llata, señala que el sistema de climatización apenas ha funcionado desde que le instalaron, hace varios años, y que desde hace meses padecían un calor «infernal». «La primera alternativa que nos ofrecieron fue abrir las ventanas -señala-, pero seguimos igual. A finales de julio anunciaron el cierre, pero de repente y sin dar explicaciones. Ni los conserjes ni el propio concejal sabían muy bien lo que pasaba».
Llata afirma que el 90% de los usuarios no ha podido acogerse a las otras opciones tras el cierre de la instalación: «El gimnasio del Vicente Trueba tiene un horario que parece el de un comercio -de 9.30 a 13.00 y de 16.45 a 22.00-, incompatible con el trabajo de muchos socios, y del gimnasio del Óscar Freire ni hablamos porque es muy pequeño». También se queja del mes de 'parada técnica', porque «ya estuvo cerrada la instalación con motivo de los incendios en la sauna». «Estos meses los pierdo porque tengo que apuntarme a otro gimnasio y lo peor es el trato, no escuchan a la gente, pasan de nosotros», concluye.
Otro socio, José María Fernández, opina parecido. «Nos encontramos un papel a primera hora de la mañana -indica- en el que nos decían que se cerraba al día siguiente, sin dar explicaciones. El conserje no sabía nada. Al Vicente Trueba no puedo ir porque a esas horas trabajo y el del Óscar Freire es pequeñísimo. Si van a arreglar el aire acondicionado está bien, pero falta información, no se puede hacer de la noche a la mañana». Fernández dice que llegaron a registrar hasta 36 grados de temperatura en el gimnasio a primera hora de la mañana y que el sistema de climatización nunca funcionó bien: «Lo intentaron arreglar sin éxito un par de veces y eso que costó un dineral. Esta vez se llegaron a recoger firmas porque a un señor mayor le dio una lipotimia mientras corría en la cinta. Le tuvimos que sentar y menos mal que no pasó nada. El calor era horrible».
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