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Uno de los acusados entra en la sala con los otros dos procesados en primera fila. Antonio 'Sane'
La Fiscalía mantiene su petición de 25 años para los tres acusados por muerte del tendero chino

La Fiscalía mantiene su petición de 25 años para los tres acusados por muerte del tendero chino

Los tres jóvenes trasladan su «pésame» a la familia en su derecho a la última palabra en un juicio en el que las defensas han criticado la instrucción

DM .

Santander

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Jueves, 8 de febrero 2018, 14:53

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La Fiscalía y la acusación particular han mantenido su petición de 25 años para cada uno de los tres acusados por la muerte del tendero chino en noviembre de 2015 en Torrelavega, mientras que las defensas han solicitado la libre absolución de los procesados al considerar que el fallecimiento se dio por «una cadena de fatalidades», pero que «no hubo ni asesinato ni homicidio», al tiempo que han criticado la instrucción del caso debido a la «falta de pruebas y de testigos».

Y es que, para las defensas, el hecho de que el tendero chino siguiese vivo, aunque ingresado, los días posteriores hizo que ni la Policía ni el Juzgado de Instrucción requiriesen pruebas «esenciales», como por ejemplo una reconstrucción de los hechos, un plano de la tienda o llamasen a más testigos de entre las «muchas personas» que, según los agentes actuantes, se encontraban en el lugar aquel día.

Así lo han señalado las partes este jueves en la última sesión del juicio por la muerte del tendero chino que se ha celebrado desde el pasado lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria y que hoy ha quedado visto para sentencia.

Ha sido tras elevar a definitivas sus conclusiones la Fiscalía y la acusación particular -ejercida por la mujer del chino- que mantienen así su petición de 25 años de prisión para los tres jóvenes acusados, a los que imputan un delito de asesinato, otro de robo con violencia y otro leve de lesiones.

Las acusaciones han considerado probado que los tres acusados conjuntamente golpearon al comerciante y han ensalzado que «cualquiera sabe que propinando varios golpes en la cabeza a una persona la muerte es un posible resultado aunque no se quiera matar».

Por su parte, las defensas han pedido la libre absolución los procesados sin plantear siquiera una alternativa en caso de que el tribunal estime que tienen alguna responsabilidad penal.

«Desastrosa» instrucción del caso

Y es que los letrados de oficio que defienden a los tres acusados han coincidido en señalar las carencias probatorias en el caso debido a una «desastrosa» instrucción algo que han achacado a que el hombre no falleció hasta días después.

Entre las pruebas que creen que se deberían haber practicado, han citado una reconstrucción de los hechos, elaborar un plano detallado de la distribución de la tienda o tomar declaración a más testigos para corroborar las versiones tanto de los tres jóvenes como de la viuda.

Sobre esta última, las tres defensas han considerado que «miente» al decir que fueron los tres quienes golpearon a su marido, algo que quizá hace «por rencor», pero que para estas partes implica que «su testimonio no sea válido» y menos que sea utilizado como prueba de cargo en el caso de las acusaciones que se mantienen contra la chica y el chico que están en libertad provisional.

En caso del abogado de la chica, ha criticado que el principal acusado y que aún sigue en prisión haya cambiado su versión en el juicio y, tras haber asumido su responsabilidad hasta el momento, «mienta» y, como «venganza», se dedique a «repartir culpas» cuando hasta ahora había reconocido haber golpeado al chino porque le quiso pagar solo cinco euros por unos artículos robados de un supermercado.

«Ahora renuncia a ser el culpable» y dice que él salió de la tienda y fueron los otros dos jóvenes quienes se quedaron dando patadas al chino mientras éste estaba tendido en el suelo, pero para este abogado «la mentira tiene las patas muy cortas y en este caso carece de ellas».

Frente a ello, ha defendido que la versión de estos otros dos es «creíble y coherente» y «sin contradicciones importantes», y además ninguno de ellos tenía «móvil» para agredir al chino porque «el negocio de la venta de artículos robados» no les reportaba ningún beneficio. Según sus versiones, la chica se quedó fuera y el chico solo entró para que el otro dejase de pegar al tendero, apartarle y sacarle de allí.

Falta de pruebas

Precisamente, el letrado de ese chico que dice que entró a separar al joven agresor del chino ha sido quien ha hecho más hincapié en la «falta» de pruebas en la instrucción del caso, porque no hay un plano de la tienda para saber si tiene un cabrete y comprobar si es cierto que la mujer del tendero pudo ver desde ahí todos los hechos, tampoco hay una reconstrucción de los hechos para determinar la veracidad de las versiones y no se mandó a analizar la ropa de los acusados para «hallar posibles vestigios, salpicaduras de sangre o desgarrones».

«Nada de eso se ha hecho», ha criticado, al tiempo que ha lamentado que las acusaciones resten veracidad a los testimonios de dos testigos que corroboran las versiones de los dos acusados en libertad provisional, y más cuando los agentes han manifestado que aquel día había en el lugar «mucha gente» y ni se ha tomado declaración ni llamado a testificar a más personas.

Así, ha criticado que se crean la «dudosa» versión de la viuda, que además «no ha sido sincera» para «no reconocer que su marido compraba artículos robados», para lo que ha dicho que todo lo que llevaban los jóvenes lo habían sustraído de su tienda cuando «no era así», y también den valor probatorio al "cambio de versión" del principal acusado que «ahora reparte culpas».

Sobre éste último, ha dicho que hay un hecho que «demuestra quién dio los golpes al chino y que aquí se ha pasado por alto», y es el parte médico de que este joven, que continua en prisión preventiva, en el que se indica que le tuvieron que escayolar la mano porque la tenía rota, y que además fue quien vendía al hombre los artículos robados, que es a lo que acudieron al lugar, «a vender, no a robar».

«Ni robo, ni homicidio, ni asesinato»

El abogado de este acusado ha insistido en que su cliente ya ha reconocido que estuvo dentro de la tienda porque «iba a vender al chino, no a robarle» por lo que «ni es un robo con violencia, ni un homicidio, ni un asesinato» sino que el tendero, para quien robaba por encargo, le quiso pagar «solo cinco euros» por los productos, unas cervezas y chocolate, y, cuando el joven se negó, «le tiró las cosas al suelo y mientras las recogía el chino le golpeó», a lo que él respondió «dándole tres golpes».

Pero, ha ensalzado, el chino «solo presentaba contusiones» y ha considerado que su fallecimiento se produjo «por una cadena de fatalidades» pero no por esos golpes por lo que, ha insistido, «ni es un asesinato, ni un homicidio, ni un robo, ni hay dolo directo ni eventual».

Así, ha opinado que, debido a las pocas pruebas, los policías actuantes lo debieron ver «como una paliza más en el barrio de La Inmobiliaria» por lo que, a su juicio, solo podrían calificarse los hechos como «un delito de lesiones grave con resultado de muerte».

«Pésame» a la familia del tendero

Al final de la vista, los tres acusados han hecho uso de su derecho a la última palabra y todos han trasladado su «pésame» a la familia del tendero chino. Los dos que están en libertad han proclamado su inocencia, el chico ha indicado que es «completamente inocente y que su única culpa es haberse juntado a malas compañías» y la chica ha proclamado que ella «no roba, no es culpable de nada y que ha dicho la verdad en todo momento».

Frente a sus testimonios, el procesado que continúa en prisión provisional ha pedido «perdón» a la familia del tendero porque ha reconocido que él sí le dio tres puñetazos pero ha insistido en culpar a los otros dos jóvenes, quienes ha dicho que «le dieron patadas» mientras estaba tendido en el suelo, y ha enfatizado que ellos han sido sus «malas compañías» por le «enseñaron a robar, a hacer lo que ellos hacían».

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