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Representantes de grupos musicales conversan junto a los locales de ensayo. :: LUIS PALOMEQUE
Los locales de ensayo de Torrelavega inician su actividad pese a los problemas de insonorización

Los locales de ensayo de Torrelavega inician su actividad pese a los problemas de insonorización

Torrelavega ·

Las puertas de dos de los cinco contenedores marítimos serán sustituidas tras no superar las pruebas acústicas

José Ignacio Arminio

Torrelavega

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Jueves, 20 de septiembre 2018, 07:30

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Una veintena de colectivos culturales de Torrelavega, la mayoría grupos de música, ha comenzado a utilizar los ansiados locales de ensayo y han dicho adiós a muchos años deambulando por espacios a veces tercermundistas (garajes, naves, antiguas cuadras...). La ciudad atiende así una vieja demanda social, tras el fracaso que supuso la Casa de la Música hace más de dos décadas.

Eso sí, la singular idea del Ayuntamiento de habilitar los locales de ensayo en antiguos contenedores marítimos trajo una serie de problemas que retrasó un año la apertura de los mismos. El Consistorio decidió en junio paralizar la concesión de las instalaciones a la asociación Cultura Base del Besaya, mientras se solventaban los problemas de insonorización detectados en las puertas de los locales, instalados junto al campus universitario.

El primer teniente de alcalde y concejal de Obras, Javier López Estrada, ha indicado que, tras la contratación de una empresa especializada, se comprobó que el sonido de los ensayos no afecta «ni a los vecinos ni a los usuarios del campus univesitario». Los que no superaron las pruebas acústicas fueron dos de los cinco contenedores, debido a que «tienen las puertas enfrentadas, lo que nos obligará a sustituirlas». López Estrada reconoce que, en el transcurso de la obra, las puertas de los contenedores «perdieron su estanqueidad».

Carlos Sánchez 'Pali', de los grupos 'Gillotina' y 'Perenne', señala que la actividad en los locales comenzó el uno de septiembre, tras comprobarse que «no se infringía la ordenanza municipal». «Todavía hay cosillas que pulir, pero se irá haciendo sobre la marcha», explica. 'Pali' destaca que ya han organizado el primer acto público, una charla del fotógrafo Olmo Calvo, que contó con la asistencia de más de medio centenar de personas.

Las obras para habilitar los cinco locales de ensaño a partir de la transformación de nueve contenedores de transporte marítimo se iniciaron en abril de 2017. Los trabajos tenían un plazo de ejecución de tres meses y un presupuesto de 202.000 euros, aunque no fue hasta el pasado mes de mayo cuando Cultura Base del Besaya recibió las llaves de estas instalaciones, cesión que después se paralizó por los problemas de insonorización.

La fallida Casa de la Música se habilitó en el edificio que cedió el exalcalde Manuel Rotella a la ciudad en el paseo Julio Hauzeur, hoy convertido en el Centro Nacional de Fotografía (CN Foto). La iniciativa no tuvo éxito por mala gestión, un aspecto que ahora se trata de remediar con una fórmula que al principio resultó polémica: la cesión de uso de las instalaciones a la asociación cultural Base del Besaya, que agrupa a los colectivos que carecen de un local fijo en el que poder practicar diferentes artes (música, pintura, fotografía...).

Plataforma ciudadana

Estos colectivos decidieron organizarse en 2012 y formaron la plataforma ciudadana Cultura Sin Techo, que propuso al Ayuntamiento las antiguas escuelas de Solvay como lugar idóneo para realizar sus actividades, planteamiento que, finalmente, se desechó. Después se barajaron otras ubicaciones, como la Bolera Severino Prieto o las naves de La Lechera, hasta que se apostó por la idea de los contenedores.

La Alcaldía resolvió el pasado mes de enero ceder las instalaciones a la asociación cultural Base del Besaya durante un año y con destino al desarrollo de «actividades recreativas». La cesión se efectúa con carácter gratuito y en precario, y se hace con sujeción a diversas condiciones. Entre ellas, la de destinar los locales a ensayos musicales, conciertos y otras actividades culturales y recreativas, mientras el Ayuntamiento no los precise para otros usos.

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