Torrelavega intensifica el control de vertidos ilegales después de detectar 45 puntos negros

«Es una herramienta informática que nos va a ser de gran utilidad no solo para identificar los vertederos ilegales, sino también para hacer un seguimiento de los mismos y tratar de eliminarlos», señala la nueva concejala de Medio Ambiente, Patricia Portilla. La edil socialista avanza que al citado programa le seguirán otras actuaciones encaminadas a erradicar esos puntos negros, si bien ahora «aún están en fase de planificación». Portilla recuerda que acaba de estrenar el cargo.

El referido proyecto se desarrolló en el primer semestre de este año, dentro del programa regional de Corporaciones Locales, para la inserción laboral de personas desempleadas en la realización de obras y servicios de interés general. Sirvió también para el control de colonias de gatos ferales, del que ya informó El Diario Montañés.

A la hora de solicitar el apoyo del Gobierno de Cantabria, que se hizo cargo del sueldo de las dos personas contratadas (un ingeniero y una veterinaria), el Ayuntamiento recordó que en determinadas ocasiones personas carentes de sensibilidad social y medioambiental depositan desechos de manera incontrolada en solares, descampados, caminos, vías pecuarias, espacios boscosos, zonas verdes... Y lo hacen sin tener en cuenta las posibles consecuencias para la salud pública y para el entorno, creando vertederos ilegales.

La casuística registrada en Torrelavega se refiere a vertidos de residuos urbanos de naturaleza doméstica, industrial, demolición y construcción, y agrícola y ganadera, ya sean sólidos o líquidos, y de materia orgánica e inorgánica. Los desechos inorgánicos que aparecen más frecuentemente son escombros y restos de obras, muebles y enseres domésticos, residuos sanitarios, ropa, calzado, neumáticos, pinturas, disolventes y otros productos químicos, como pilas o baterías. Por otro lado, están las basuras domésticas, restos vegetales o animales, etc.

La presencia de estos vertidos origina problemas de insalubridad, pues en ellos proliferan roedores, insectos y reptiles; malos olores; degradación del paisaje y el ornato público; contaminación de suelos, aguas superficiales y subterráneas; generación de gases contaminantes por la descomposición y fermentación de la materia orgánica; peligro de combustión e incendio o explosiones por el metano acumulado; e importantes gastos municipales por la retirada, triaje y gestión de los residuos en los puntos autorizados.

Las dos personas contratadas han localizado, fotografiado, referenciado y clasificado los vertederos ilegales, que se encuentran repartidos por todo el municipio: debajo de las autovías, en los accesos a La Montaña o Torres Arriba, junto al campo de rugby de Sierrallana, lugares apartados de Sierrapando, Barreda, Ganzo... Para ello han contado con la ayuda del escaso personal del Servicio de Limpieza Viaria, encargado de la retirada periódica de los desechos.

La organización y supervisión de los trabajos ha dependido del jefe del Servicio de Salud Pública, Ferias y Mercados, Isaac Bolado, y también han colaborado en el proyecto la Policía Local y el Servicio de Obras. A las tareas de campo le siguieron las de oficina para confeccionar bases de datos, mapas...

Mientras tanto, el número de puntos negros sigue creciendo. A la poca efectividad de las medidas municipales (señalización, advertencia de multas, etc.) se une que cada vez son más los usuarios del Punto Limpio que optan por descargar la basura en lugares apartados por la rigidez de las exigencias establecidas (separación de los residuos, limpieza...) y el horario (no abre los sábados por la tarde).