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Ilustración: r. parrado
¿Demasiado gel hidroalcohólico?

¿Demasiado gel hidroalcohólico?

Los dermatólogos piden un uso más prudente de los desinfectantes de manos ante los daños vistos en consulta

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Sábado, 31 de octubre 2020, 19:02

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Nos estamos pasando con el gel hidroalcohólico para desinfectar las manos. A todas horas y en todo lugar lo usamos. Aunque tengamos un lavabo con jabón cerca, como en casa o en la oficina, preferimos el gesto rápido de presionar el dosificador y frotar y frotar mientras avanzamos raudos hacia la siguiente tarea. La omnipresencia de este producto imprescindible de la 'nueva normalidad' ya hacía sospechar de su posible abuso, pero ahora las autoridades sanitarias vienen a confirmarlo.

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha pronunciado al respecto para pedir a la población que «se dé prioridad al lavado exhaustivo de manos con agua y jabón», siempre que sea posible. Los dermatólogos españoles, por su parte, se suman a la iniciativa y piden más prudencia en su uso. La primera prueba de que el empleo de estos geles no es el adecuado se encuentra en la consulta de los citados especialistas. «Cada vez más padres acuden por las dermatitis (también llamada eccemas) que sufren sus hijos», explica el doctor Raúl de Lucas, coordinador del Grupo de Dermatología Pediátrica de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

La clave está en la composición de estos productos. Precisamente para que tengan efecto biocida -que mate al virus- deben contener una alta concentración de alcohol. «Hay que fijarse a la hora de comprarlos que ésta debe estar entre el 60% y el 80%. Además, debe ser o etanol o isopropanol, siendo el primero más activo en su función antiséptica», explica Montserrat Enrique, directora técnica de Acofarma, líder en el mercado de productos desinfectantes de la piel, según Healt Market Research (HMR).

Claro está, el problema es que el alcohol reseca y daña la piel. «El lavado frecuente de manos (o el uso de hidrogeles) puede eliminar el manto lipídico de la piel. La barrera cutánea se altera y esto favorece la aparición de dermatitis, sobre todo entre aquellos niños o personas que ya tienen una piel seca, atópica o más irritable. Es crucial mantener una hidratación adecuada», explica el doctor, quien recuerda que ahora también el frío es otro agente irritante, por lo que conviene también proteger más la zona de piel expuesta al aire.

A pesar de no estar establecidas las veces que es aconsejable usar el desinfectante al día, «no deberían ser muy numerosas, y lo cierto es que vemos que hay quienes los usan como si fueran cremas hidratantes; por eso pedimos que se haga un uso razonable y prudente de este producto», insiste De Lucas. ¿Con o sin perfume?

El furor por usarlo ha tenido una respuesta automática del mercado, que los comercializa en todo tipo de texturas, colores, aromas y envases. Ya empiezan a aparecer los primeros adaptados a la iconografía navideña. «En principio, mientras tenga en su base la concentración citada de alcohol, el perfume o el color no altera su efectividad», aclara Enrique. De hecho, cree que esto es en lo único que deben fijarse los consumidores.

El espesor o el olor ya va a gusto del consumidor. Eso sí, advierte de que si la formulación no favorece una correcta aplicación del producto, este puede ser ineficaz. Se refiere, por ejemplo, a la viscosidad. «Cuando nos aplicamos el gel hay que frotarse bien y dejarlo secar para que sea efectivo. No es recomendable la práctica de retirar el sobrante después de aplicarse un gel muy viscoso o de difícil absorción», resalta.

Más allá de la eficacia, los médicos los prefieren sin perfume «para minimizar el riesgo de reacciones de fotosensibilidad». Otro factor a tener en cuenta es la hidratación. «No resta eficacia el hecho de utilizar crema hidratante después de ponernos el gel», sostiene Enrique. De hecho, la AEDV advierte de que «si no se usan estas cremas diariamente, con el tiempo, pueden aparecer los eccemas». Y no solo después del hidrogel, sino tras lavarse las manos con agua y jabón. En este gesto diario, además, hay que poner especial atención al secado. «La humedad aumenta el riesgo de desarrollar eccemas», dice De Lucas.

Si todas estas recomendaciones llegan tarde y nota la piel de las manos ásperas como lijas, o tiene levantada la piel, no se ponga crema hidratante porque esta solo le producirá más prurito y empeorará el diagnóstico. «Cuando la dermatitis está instaurada es necesario aplicar tratamientos tópicos para que el eccema no se cronifique». Algo que un dermatólogo deberá valorar.

A TENER EN CUENTA

  • Ojo a la composición. Lo importante es la concentración de alcohol (etanol o isopropanol), que debe ser de entre el 60% y el 80% para que sea eficaz contra virus y bacterias. En la base también se encuentra comúnmente glicerina y agua, además de gelificantes como el carbómero.

  • ¿Con o sin perfume? El perfume es un complemento a gusto del consumidor que no resta eficacia biocida, aunque los dermatólogos consultados recomiendan usarlos sin aromas para evitar reacciones de fotosensibilidad que se dan con más facilidad en casos de geles perfumados.

  • ¿Cómo aplicarlos? Solo cuando no haya agua y jabón cerca y se hayan tocado superficies que puedan estar contaminadas. No es necesario ponerlo después de lavarse, otro gesto que es común. Si se aplica, hay que dejarlos secar y no retirar los restos con papel para que sean eficaces.

  • ¿Valen los del súper? Sí, mientras tengan el etiquetado correcto y se pueda comprobar la adecuada composición y concentración de los ingredientes. En el súper suelen encontrarse geles hidroalchólicos cosméticos. En el canal farmacia se dispensan tanto estos como los biocidas.

  • ¿Densos o líquidos? Esta característica no afecta a la eficacia del producto directamente y tiene más que ver con la formulación. Los más untuosos pueden contrarrestar la sequedad en la piel provocada por el alcohol, pero los menos viscosos tienen la ventaja de que se secan antes.

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