Los ángeles de la guarda de las playas
Más de 350 profesionales velarán este verano por la seguridad en los arenalescántabros, cada vez más frecuentados por turistas
Cantabria siempre ha sido un destino turístico de primer orden, pero desde que a raíz de la pandemia el visitante nacional descubrió el paisaje, la gastronomía y, lo más importante, la temperatura apacible del verano, las playas se han convertido en un hervidero de gente. El problema es que esta afluencia masiva complica mucho las cosas: se multiplican las posibilidades de accidentes, se entorpece la atención a incidencias y la vigilancia. Todo ello junto ha obligado a reforzar los servicios de socorrismo en los arenales cántabros más frecuentados de los 73 que cifra el Ministerio de Medio Ambiente que existen en la región.
La temporada alta comienza este mismo lunes –en plena segunda quincena de junio– y se prolongará hasta mitad de septiembre;aunque los servicios se mantendrán hasta finalizar el mes sólo los fines de semana. Hace tiempo que los ayuntamientos sacaron a licitación el servicio que, como estos años atrás, ofrece de manera casi generalizada Cruz Roja. Sus socorristas de atuendo encarnado –exactamente 308– están presentes en 14 ayuntamientos:San Vicente de la Barquera, Comillas, Alfoz de Lloredo, Suances, Miengo, Santa Cruz de Bezana, Piélagos, Camargo, Santander, Ribamontán al Mar, Bareyo, Noja, Santoña y Laredo. Todos cuentan con el apoyo de 10 ambulancias y 15 embarcaciones (motos de agua y lanchas neumáticas).
14 ayuntamientos
han adjudicado el servicio a Cruz Roja, que tiene una amplia experiencia
73 playas
hay en la región, según el Ministerio de Medio Ambiente
Son muy jóvenes, muchos de ellos aún están cursando sus estudios y la selección comienza en febrero, justo a medida que los ayuntamientos van publicando los concursos públicos para adjudicar el servicio de vigilancia de sus playas. «Tienen contratos de fijos discontinuos y lo que hacemos desde principio de año es contactar con los aspirantes para ver la disponibilidad que tienen», explica David Peinado, responsable de la Unidad de Emergencias de Cruz Roja. Él está al frente del dispositivo montado en todas las playas donde la organización presta servicio este verano.
Todos los profesionales en las playas tienen que cumplir los requisistos que demandan los consistorios. «Han de tener superado el curso de salvamento y socorrismo en cualquiera de las titulaciones que tienen homologadas el Gobierno de Cantabria y también deben poseer el curso de primeros auxilios y del uso del desfibrilador, porque nosotros contamos con un aparato en cada puesto».
«Los que no obedecen a las advertencias son los menos, aunque llaman mucho la atención porque hacen mucho ruido»
David Peinado
Responsable de Cruz Roja
«El problema es que este verano va a ser caluroso, y eso lleva mucho a la gente a la playa y multiplica las posibilidades de accidente»
Gorka Núñez
Coordinador de la DYA en Castro
Para muchos esto se ha convertido ya en una forma de vida, porque los hay muy jóvenes, «pero no hay límite de edad. De hecho tenemos unos cuantos veteranos que repiten cada año», afirma Peinado. La tasa de reposición de la plantilla es de un 40% anual, y en su mayoría tienen una edad entre los 20 y los 23 años. Suelen ser deportistas, sobre todo nadadores que han competido. Para muchos de estos jóvenes esta ocupación veraniega les permite sufragar los gastos del invierno, sobre todo, los que tienen relacionados con sus estudios.
Por convenio trabajan cuarenta horas semanales en un horario que va de las once y media de la mañana a las siete y media de la tarde. «Este año, como novedad, por la creciente afluencia de gente, en Santander hay playas donde se ha incrementado el horario, que será de diez de la mañana a ocho de la tarde». Fue una petición expresa del ayuntamiento, pues la mayor llegada de turistas y el incremento del tiempo de permanencia en los arenales ha obligado a incrementar ese margen de vigilancia para evitar accidentes sin la asistencia de los socorristas.
La vigilancia se mantiene de 11.30 a 19.30 horas, salvo en algunos arenales de Santander, donde será de 10.00 a 20.00 horas
Hay más novedades este año, como por ejemplo el puesto más de vigilancia que se ha establecido en Ribamontán al Mar, entre las playas de Somo y Loredo. Ytambién se ha sumado un socorrista en la playa de Langre.
Son medidas que se han adoptado vistas las vulnerabilidades de otros años. Hay playas que objetivamente son más peligrosas que otras, o al menos lo parecen. «Eso a veces es subjetivo porque el peligro no está sólo en el mar sino también en la arena. Por ejemplo, si me dices que El Sardinero es una playa tranquila porque no tiene el peligro de mar fuerte como en otro arenal que de a mar abierto como Liencres, te puedo decir que a veces la mayor presencia de personas puede resultar incluso más peligrosa que el propio mar. Y en Santander siempre hay más gente», argumenta el responsable de Cruz Roja.
Hay muchas jornadas con bandera roja en Los Locos (Suances), en Valdearenas y Canallave (Liencres), en Loredo, en Somo, en Bareyo, en Berria (Santoña);aunque la mayor parte de los incidentes, los del día a día, tienen que ver más con cortes, heridas, picaduras de pez escorpión o insectos, y otras asistencias sanitarias que están a la orden del día. «Eso es lo que nos ocupa la mayor parte del tiempo», detalla Peinado.
El problema llega las veces en que aparecen los que no quieren hacer caso de las recomendaciones. «A veces suceden cosas, porque hay bañistas que no comprenden que nosotros no estamos en las playas para prohibir, sino para velar por la seguridad de las personas, y si aconsejamos no bañarse en tal o cual zona, siempre es por algo». Aunque no es lo más común. «Todo lo contrario. Lo que suele pasar es que esos casos sí que son muy sonados porque hacen mucho ruido. Suele ser gente que protesta y se monta un espectáculo en la playa, pero al final son los menos», zanja el responsable de Cruz Roja.
Lo que recomiendan todos los organismos, desde la propia Cruz Roja, pero también desde el servicio de Emergencias del Gobierno de Cantabria, es hacer caso de las indicaciones de los socorristas. Atender primero al color de la bandera, que dejará clara la calidad del baño. También conviene ceñirse a las zonas acotadas para tal efecto, dado que hay ayuntamientos, como Ribamontán al Mar, donde el surf también tiene su espacio y puede ser peligroso juntar bañistas con deportistas. Los avisos por presencia de medusas, contaminación o cualquier otra circunstancia que pueda afectar a la salud debe cumplirse igualmente y lo más recomendable es zambullirse sólo en el horario en el que el arenal está vigilado. Por último, siempre, lo indicado es acudir al socorrista cada vez que haya alguna duda concreta «porque estamos para muchas más cosas que para rescatar a una persona del agua. Tenemos recursos y estamos formados para muchas más asistencias o para avisar a los servicios que se ocupen de ello», remarca Peinado, que tiene a sus espaldas amplia experiencia como socorrista en las playas.
La DYA en Castro Urdiales
La Asociación de Ayuda en Carretera, más conocida simplemente como DYA, se ocupa del socorrismo en un ayuntamiento de perfil turístico como es Castro Urdiales. «Llevamos varios años y tenemos amplia experiencia», comenta Gorka Núñez, coordinador de este servicio en playas.
Cuenta con un equipo de 30 personas que se distribuyen por todos los arenales, desde Mioño a Oriñón, «aunque también podemos ir hasta Sonabia (Liendo) en el caso de que suceda algo grave. Cuentan con dos embarcaciones y una ambulancia. «El problema de este verano es que parece que va a ser muy caluroso, y eso implica que va a venir mucha más gente a la playa», advierte. «Cuanta más gente, más posibilidades de que suceda algo y por eso hay que estar alerta y trabajar sobre todo en el ámbito de la prevención», asegura.
Dice que la plantilla cuenta con formación suficiente para atender a todos los problemas derivados de las altas temperaturas, «hay golpes de calor, insolaciones... pueden producirse infartos, etc». Y resulta muy peligroso zambullirse en el mar de forma abrupta, sin dar tiempo al cuerpo a asimilar el cambio de temperatura. Muchos accidentes suceden precisamente por lo que se denomina shock térmico. «Todas las playas pueden tener su peligro aunque quizá Arenillas puede ser peor por las corrientes de mar;aunque Oriñón también es muy amplia y grande pero para eso también contamos con mayor número de vigilantes». El verano está ahí y estos vigilantes se convierten, un año más, en ángeles de la guarda de los arenales.
Cuatro puestos con baño adaptado para personas con discapacidad
Las personas con discapacidad cuentan con cuatro puestos en los arenales cántabros donde Cruz Roja presta asistencia para el baño. Lo llaman baño adaptado y está presente en la playa de Los Peligros (Santander), en Trengandín (Noja) y en La Salvé (Laredo), en dos puestos, la torre 1 y la torre 6. «Se trata de unas sillas anfibias con ruedas muy anchas, para poder moverlas por la arena y que cuentan con flotadores para que las personas con problemas de movilidad puedan refrescarse dándose un baño en el mar». Los puestos cuentan con personal exclusivamente dedicado a esto.
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