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«He oído que los rastreadores andan colapsados y ni he esperado a su llamada. He venido directamente», resumía este jueves Luz María Munguía mientras esperaba su turno a las puertas de Medicantabria, en la calle Castilla de Santander. Uno de los laboratorios privados en los que ha aumentado la demanda de test covid desde hace ya días. Ocurrió lo mismo en diciembre del año pasado. Por aquel entonces, unas semanas antes de las Navidades, se dispararon las citas en las clínicas de Cantabria. Quienes decidieron juntarse con la familia buscaron cierta tranquilidad para esos encuentros a través de pruebas diagnósticas. Y el volumen de trabajo fue tal que las calles se llenaron de gente esperando su turno. Una escena que volvió a repetirse este verano. Con las fronteras abiertas y los aeropuertos en pleno funcionamiento, las ganas de viajar se tradujeron, de nuevo, en largas colas a las puertas de los laboratorios. Ahora y desde hace aproximadamente diez días, la demanda de test ha llenado una vez más las agendas de estas clínicas que trabajan sin descanso.
Este 2021 se han juntado varias cosas. A la inquietud y el miedo en unas fechas en las que se concentran numerosas citas con familia y amigos, se añade el avance de la sexta ola. Ayer, con los datos del miércoles, la región volvió a registrar 1.425 casos en un día. Cifras que han terminado por romper la cadena de rastreo. El volumen de positivos en 24 horas es tal que el ritmo de las pruebas resulta inasumible y ha obligado a Salud Pública a cambiar el protocolo. A partir de ahora, Cantabria ya sólo realizará pruebas diagnósticas de covid a personas vulnerables -mayores de 65 años, con factores de riesgo, inmunodeprimidos y no vacunados- y a quienes presenten síntomas compatibles con la enfermedad.
Luz María acudió porque sus nietos dieron el martes positivo y estuvo con ellos el domingo. Consciente de ese colapso y los cambios en los protocolos, ya dio por hecho que no le llamarán así que decidió no esperar y acercarse a la clínica porque hay cosas que es mejor no demorar y «me quedo más tranquila», reconocía. Como ella otras tantas personas han ido llenando las citas en los laboratorios donde han tenido que aumentar los turnos. «Desde el pasado 20 de diciembre, aproximadamente, hubo un aumento y a partir de ahí ha ido parecido», explicaba este jueves Rosa Paz González, farmacéutica analista en Medicantabria. Aunque «no han sido esas colas de verano», han tenido que abrir las agendas también los domingos.
Noelia del Corral | Vecina
Muchos de quienes van al laboratorio lo hacen porque no les ha llegado la llamada de los rastreadores tras haber sido contacto estrecho de un positivo. Algunos llevan días en casa, aumentando la precaución o en cuarentena mientras esperan un contacto telefónico que casi seguro no recibirán. «El 25 nos avisaron de un positivo en la clase de la pequeña», explicaba Noelia del Corral poco antes de entrar en la clínica. En su caso se juntaron el 24 con la familia y les preocupa haber contagiado a alguien por eso «venimos para quedarnos más tranquilos», añade. Después de haber esperado durante varios días un mensaje en el móvil con la fecha y la hora para la prueba PCR, se decantaron por esta vía que no deja de ser un camino costoso dado que las pruebas rondan los cien euros.
Araceli Hernández | Vecina
El trajín en los laboratorios «va por rachas», reconocen las trabajadoras. Por ejemplo ayer, sobre las 10.30 horas no había nadie. Un panorama que cambió en cuestión de veinte minutos y empezó el ajetreo al que ya casi están acostumbradas. Entre las personas citadas estaba Areceli Hernández. ¿El motivo? Fue contacto estrecho de un familiar que dio positivo el pasado 25 y «no me han llamado en estos días». Así que, para quitarse la preocupación de encima y de cara a Nochevieja, prefirió hacerse la PCR por su cuenta. «Me quedo más tranquila», coincide con el resto de testimonios.
Entre una cosa y otra hacen de media diaria, aproximadamente, unas 200 PCR. En general los test de antígenos los solicita quien se va de viaje y necesita un código QR con el negativo de la prueba porque el resultado de farmacia, que es autodiagnóstico, no sirve en esos casos. Test que, por otro lado, son más baratos. Y ese aumento tan elevado en el número de test covid que se hacen al día, tiene otra consecuencia directa y es que «saltan muchos positivos», añade Paz. El motivo es muy sencillo: «Se hacen muchas pruebas». La profesional calcula que este resultado se registra en un 20% de las pruebas que realizan. Contagios que se producen, sobre todo, porque la población se ha relajado y ha dejado de lado las medidas de seguridad.
Luz María Munguía | Vecina
Lo que también han percibido es que la gente «está muy nerviosa» y acuden por mera preocupación, sin ningún síntoma. Una sensación que compartieron algunos farmacéuticos la semana pasada cuando se agotaron los test de antígenos en las boticas de la región. Lo cierto es que ese aumento en las citas no les ha pillado por sorpresa porque sus colegas profesionales de Madrid ya les avisaron del efecto que se estaba produciendo de cara a las Navidades.
Y justo a la vuelta, en la calle Calderón de la Barca, el laboratorio Integra Labs dibuja la misma evolución en el ritmo de trabajo. «Estamos a tope desde la semana de nochebuena», contaba ayer uno de los trabajadores. El perfil de quien acude es similar «gente con inquietudes, que se quiere reunir o viajar...». Y también muchos que, al no recibir ninguna llamada de los rastreadores, acuden a su laboratorio «desesperados».
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Ángela Madrazo | Santander y Clara Privé | Santander
Daniel Martínez | Santander
Abel Verano
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