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Sus notas sobresalientes son las llaves que abren las puertas de su futuro, que les van a permitir cursar las carreras universitarias que tenían marcadas en rojo en su lista de prioridades, la mayoría del ámbito científico-técnico, desde Medicina hasta Ingeniería Aeroespacial o Biotecnología. María José Cossío, Beatriz Alija, Marcos Linares, Carmen Martínez, María González, Alba Marqués y Ana Pila han obtenido las más altas calificaciones de la Selectividad en Cantabria, rozando el 10 en las materias troncales que realizaron los más de 2.500 alumnos presentados, la convocatoria más multitudinaria de los últimos 20 años. La mayoría de los primeros puestos se escribe en femenino, como también ha sucedido en años precedentes.
Ninguno de ellos esperaba encabezar el ranking de notas de la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU, modelo que se estrenó el pasado año), pero ahora disfrutan orgullosos de unas calificaciones que premian el trabajo realizado. «Es una sensación extraña, no terminaba de creerme que tenía la mejor nota», indica María José Cossío, alumna del IES Nueve Valles de Puente San Miguel, que puede presumir de un 9,965. «Para mí supone, como es lógico, un gran orgullo, pero también para mi familia, que me ha apoyado siempre, e incluso para los profesores. Implica que el trabajo que se ha desarrollado a lo largo del año ha tenido resultado, por lo que es el reconocimiento a nuestro propio estudio, pero además a toda la ayuda que recibimos por parte de los profesores, que se preocupan de enseñarnos de la mejor manera y que en los días en que se realizan las pruebas están pendientes de nosotros para animarnos y transmitirnos confianza. Igualmente, como estudiante de un instituto público, supone un reconocimiento del trabajo que se realiza en esta enseñanza, por lo que debemos entre todos conservarla en las mejores condiciones para intentar formar a buenos estudiantes que contribuyan al desarrollo de la sociedad», reflexiona. Este año, cinco de las siete mejores notas corresponden a alumnos de centros públicos.
«Los exámenes me salieron bien, aunque no pensaba que iba a obtener una nota tan alta. Sólo mi familia confiaba en ello... Me hizo mucha ilusión saber que era uno de los mejores», relata Marcos Linares, compañero de Cossío en el IES Nueve Valles, cuyos estudiantes han copado dos de las tres mejores calificaciones.
«Ha sido un 'chute' de motivación muy grande y una recompensa tras un año de mucho estudio y mucha presión: por las notas, por decidir qué estudiar...», analiza por su parte Carmen Martínez, que ha cursado el Bachillerato en el IES La Albericia.
Organización, constancia, saber afrontar la presión, controlar los nervios y esa pizca de suerte necesaria en todos los ámbitos de la vida son, según explican, los factores que, además del lógico estudio, fundamentan el buen rendimiento en Selectividad. «La clave está en la manera en la que afrontas los exámenes. Si te planificas con antelación y piensas que, en realidad, llevas preparándote desde septiembre y que sólo debes repasar, vas más tranquila y rindes mejor», explica Beatriz Alija, alumna de Los Agustinos de Santander y que tiene ya la mirada enfocada hacia la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria, donde quiere cursar sus estudios universitarios. Allí tendrá como compañera a Ana Pila, que también quiere ser médico. «Creo que la clave es la constancia. No te puedes venir abajo cuando algún examen no te sale como esperabas, hay que intentar levantar la nota con el siguiente y nunca rendirte», indica esta estudiante del IES Villajunco de la capital cántabra.
«Vives los días anteriores con mucha presión, nervios y estrés porque te juegas mucho en pocos días. No pude ni dormir y eso se nota luego a la hora de hacer un examen. Pero una vez me entregaron el primero me tranquilicé y me concentré en hacerlo lo mejor posible», relata María González, del IES Foramontanos de Cabezón de la Sal, otra que se apunta a estudiar Medicina en la UC. Destaca «el cansancio» como uno de los principales inconvenientes -además de la fase general, ellos se examinaron de distintas asignaturas optativas para subir nota-. «Vienes de terminar un curso muy duro, las últimas semanas son muy intensas y estás muy cansada. Terminar fue un alivio», reconoce.
Coinciden, mayoritariamente, en la que la EBAU no ha sido tan complicada como temían. Los datos desmontan los temores. Los disgustos en la Selectividad -tenga el nombre que tenga- son la excepción: este año han aprobado el 92,3% de los presentados y a lo largo de la década sólo en dos ocasiones el porcentaje ha estado por debajo del 95%. «Me la esperaba más difícil, pero realmente en el colegio los profesores nos han preparado, apoyado y ayudado durante todo el curso para poder afrontar las pruebas con garantías», asegura Alba Marqués, del colegio San José de Santander.
«Ha sido más fácil de lo que esperaba. Durante el curso he oído todo tipo de historias sobre ella, buenas y malas. Creía que por hacer los exámenes en un lugar distinto mi rendimiento sería peor, sin embargo los nervios se me pasaron en cuanto entré en el aula. Al fin y al cabo, eran exámenes muy parecidos a los que he estado haciendo durante el curso», expresa Beatriz Alija. En la misma línea se manifiesta Carmen Martínez. «No me ha parecido difícil en exceso, en general considero que ha sido asequible. Pero sí es verdad que, en la mayoría de asignaturas (sobre todo Matemáticas, Física y Química), las pruebas han sido bastante más complicadas en comparación con los ejercicios de Selectividad de otros años que hemos estado haciendo en clase», indica.
Ana Pila indica, sin embargo, que «no ha sido nada fácil», porque, más allá de la mayor o menor dificultad de las pruebas, «te juegas mucho en tres días con casi el contenido de todo el curso, lo que produce mucho estrés».
Pero la Selectividad es mucho más que una evaluación de conocimientos, tal y como reconoce Cossío. «Ha sido una prueba que ha supuesto comenzar a enfrentarme a situaciones que me fuerzan a salir de mi zona de confort. Nos acostumbramos a hacer exámenes en el instituto, con profesores conocidos, lo que te aporta cierta seguridad. Sin embargo, en la Selectividad todo es diferente, teniendo en cuenta además que en pocos días tenemos que superar numerosas pruebas que tienen un importante papel a la hora de definir nuestro futuro. Pensar todo eso era lo que me provocaba estar nerviosa, preocupada y con bastante miedo. Aunque cuando te vas enfrentado a los exámenes te vas dando cuenta que son similares a los del instituto, vas ganando confianza y poco a poco todos esos nervios van reduciéndose», considera.
La Selectividad marca un antes y después en la vida de un estudiante. Ahora inician una nueva etapa, la universitaria, algunos de ellos fuera de casa, que afrontan con máxima ilusión y una clara predisposición para crecer, personal y académicamente. «Sé que la vida en la universidad es más dura y tendré que estudiar más. Pero tengo ganas de empezar ya», apunta Marcos Linares, ilusionado de dar sus primeros pasos en Ingeniería Aeroespacial. «Desde pequeño me ha apasionado el espacio y siempre me ha gustado construir y diseñar máquinas en mis ratos libres; creo que es la carrera ideal para mí porque combina ambos campos», subraya.
«Creo que va a ser una etapa muy dura en cuanto a trabajo y estudio, pero ese esfuerzo merecerá la pena para poder llegar a dedicarme, si hay suerte, a algo que realmente me gusta y de lo que me veo trabajando en un futuro. Además, es una gran oportunidad para conocer a gente, hacer amigos y vivir nuevas experiencias», relata Alba Marqués, que ha elegido la Ingeniería en Tecnologías Industriales de la UC para dar el salto a las enseñanzas superiores.
«Tengo ganas de empezar esta etapa por vivir una nueva experiencia, conocer a gente y empezar a ser más independiente», comparte por su parte María González. Independencia es una palabra que también subraya Carmen Martínez, que ha decidido estudiar Biotecnología en la Universidad Politécnica de Madrid. «Tengo muchas ganas de vivir fuera de casa, en un lugar distinto, para ponerme a prueba al no tener el apoyo de mi familia y amigos de siempre», afirma.
También a la capital acudirá María José Cossío, a cursar el doble grado de Derecho y Economía en la Universidad Carlos III. «Es una oportunidad para crecer como persona, porque me permitirá conocer a mucha gente de distintos puntos de España e intercambiar puntos de vista. Vamos a vivir muchas experiencias que nos van a hacer madurar y crecer, pero también divertirnos, y todo ello va a contribuir a formar a la persona que al finalizar los estudios hará frente a la vida real y comenzará a trabajar, esperemos, en aquello que le gusta y por lo que se ha esforzado tanto para poder alcanzarlo», destaca.
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