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François Truffaut y Alfred Hitchcock.

Una lección de cine

Un documental reconstruye la entrevista de Truffaut a Hitchcock, base del libro de cine más célebre de todos los tiempos

Oskar Belategui

Jueves, 31 de marzo 2016, 16:58

Esta es la historia de amistad entre dos hombres a los que solo parecía unir su amor al cine. Un francés que acabó en un correccional y desertó del ejército y un inglés sometido a una familia de rígida educación católica. Un intelectual que dio el salto de la crítica a la dirección y un obrero del cine que fue escalando puestos hasta ponerse tras la cámara. Un conquistador nato que se acostó con las actrices con las que trabajaba y un hombre acomplejado a causa de su gordura que torturaba a sus estrellas al no poder seducirlas. La quintaesencia del cine de autor y un multimillonario cuyo genio publicitario solo tenía parangón en Salvador Dalí. François Truffaut entrevistó en 1962 a Alfred Hitchcock para reivindicar a un director vilipendiado por la crítica. El resultado fue un libro mítico, 'El cine según Hitchcock', que todos los cinéfilos atesoran en su biblioteca.

Una "biblia" (y uno de los títulos de bolsillo más vendidos de la editorial Alianza, cuya colección cumple cincuenta años estos días) que salta a la gran pantalla en un documental deslumbrante, abrumador. 'Hitchcock/Truffaut', que llega hoy a las salas españolas tras su paso por Cannes y San Sebastián, es un retrato de dos de los directores más célebres de todos los tiempos y a la vez se trata una impagable lección de cine. Su autor, Kent Jones, ha contado con las grabaciones originales de las entrevistas que Hitchcock y Truffaut mantuvieron durante una semana en el despacho del director de 'Psicosis' en los estudios Universal. A las imágenes de veinticinco largometrajes se suman los testimonios de admiradores del realizador inglés: Martin Scorsese, David Fincher, Paul Schrader, Peter Bogdanovich...

En 1962, Truffaut tenía 30 años y había rodado tres largometrajes. Hitchcock 63 y daba los últimos toques a su película número 48, 'Los pájaros'. Era toda una celebridad, quizás el director más popular en Estados Unidos gracias a la serie televisiva 'Alfred Hitchcock presenta' y a éxitos de taquilla a lo largo de los años 50 y 60: 'Crimen perfecto', 'La ventana indiscreta', 'Con la muerte en los talones', 'Psicosis'... Aunque hoy nos parezca increíble, la crítica le despachaba como el "mago del suspense", tratándolo con condescendencia.

Truffaut y los "jóvenes turcos" de la revista 'Cahiers du Cinéma' habían reivindicado en sus críticas el talento del director de 'Sospecha'. Establecieron la llamada "política de autores", según la cual el único responsable de una película es su director. Cuando Truffaut viajó a Nueva York en 1962 se irritó porque todos los periodistas le preguntaban lo mismo: por qué tomaba en serio a Hitchcock si sus películas carecían de sustancia. "A usted le gusta 'La ventana indiscreta' porque, no siendo habitual de Nueva York, no conoce Greenwich Village", le aleccionó un crítico americano. Y Truffaut le respondió: "'La ventana indiscreta' no es una película sobre la ciudad, sino una película sobre el cine. Y yo conozco el cine".

El director de 'La noche americana' ya había entrevistado años atrás a Hitchcock cuando este rodaba en Francia 'Atrapa a un ladrón'. Truffaut y su compañero en 'Cahiers' y futuro director, Claude Chabrol, se presentaron ante él chorreando agua después de caer en un estanque cuya superficie estaba helada. Hitchcock los vio y no dijo nada, pero al año siguiente los reconoció entre un grupo de periodistas parisinos: "Señores, pienso en ustedes dos siempre que veo entrechocar los cubitos de hielo en un vaso de whisky".

"Destruyó todas las reglas"

Truffaut le escribió una larga carta en abril de 1962 pidiéndole una entrevista que duraría ocho días, unas treinta horas de grabación. "Hay muchos directores que aman el cine, pero lo que usted posee es un amor por el mismo celuloide", piropeó. Hitchcock le respondió con un telegrama en francés: "Querido señor Truffaut, su carta ha hecho que me saltaran las lágrimas. Le agradezco muchísimo sus palabras". El autor de 'La noche americana' no hablaba inglés, así que actuó como traductora su amiga Helen Scott, una norteamericana educada en Francia que trabajaba en la French Film Office en Nueva York. Cada mañana les recogían en el hotel Beverly Hills y les llevaban a los estudios Universal. Un ingeniero de sonido grababa la charla en un estudio contiguo. De nueve de la mañana a seis de la tarde.

Truffaut fue recorriendo su filmografía película a película. Cómo rodó esta o aquella escena, cuáles eran sus intenciones, qué simbolismo encerraba una imagen... Los primeros días, Hitchcock se mostró anecdótico y cínico, muy en su personaje, pero poco a poco se reveló más grave y sincero. Tan pronto contaba cómo rodó la escena de la ducha en 'Psicosis' -70 posiciones de cámara y siete días de rodaje para 45 segundos de película-, como reflexionaba sobre su formación católica: "No estoy absolutamente en contra de la religión, pero me considero un tanto descuidado al respecto".

"Hablaba de su obra sin una pizca de pretenciosidad", destaca James Gray en el documental. "Destruyó todas las reglas", concluye David Fincher. Publicado en Francia y EE UU en 1966, 'El cine según Hitchcock' cambió no sólo la imagen del director de 'Crimen perfecto', sino también la de Truffaut. Su amistad se siguió fraguando en un sinfín de cartas. Cada vez que Hitchcock visitaba París, su amigo organizaba cenas en su honor con lo más granado del cine francés. Hitchcock le enviaba los guiones que pretendía convertir en películas, aunque sus últimos filmes ('Frenesí' y 'La trama') no fueron bien recibidos. En 1979, un año antes de su muerte, millones de estadounidenses escucharon las palabras de Truffaut en el homenaje del American Film Institute: "En América ustedes respetan a Hitchcock porque filma escenas de amor como si fueran asesinatos; en Francia le respetamos porque rueda los asesinatos como si fueran escenas de amor".

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