Se encienden las brasas del asador Son de Mar del puerto de Laredo

La llegada del buen tiempo, el cambio de hora y la apertura de los interiores de la hostelería, aunque con restricciones, anima a algunos negocios de hostelería y, en otros casos, como Son de Mar, en Laredo, provoca que se retome la actividad con inmejorables perspectivas. Así, el pasado viernes, este asador encendió de nuevo las brasas de encina para iniciar su tercera temporada en el puerto pejino bajo la dirección de Mónica González y Javier Cacho, también propietarios de la taberna marinera El Túnel, igualmente en Laredo.

Unas instalaciones interiores espectaculares con garantías y distancias, un jardín-terraza amplio con vistas al puerto deportivo, un chill-out panorámico ideal para disfrutar con un buen cóctel, el carbón de encina preparado y, lo que es más importante, pescados y mariscos de primer nivel listos para servir. En Son de Mar todo está preparado para recibir al cliente y completar una buena temporada, algo que no pudo ser los años anteriores por problemas administrativos y por la pandemia. En 2021, previsiblemente el negocio despegará para convertirse en un referente en la zona.

Y en el plano de los argumentos gastronómicos, Mónica y Javier han preparado una carta marinera basada en la confianza y en el apoyo que tienen de sus proveedores habituales, comprometidos con la calidad y el producto de proximidad. «Nada de piscifactoría. Cuando no hay un producto, buscamos otra cosa pero siempre pensando en la máxima calidad», señala Javier.

Antes de llegar a lo que aquí resulta casi una obligación, disfrutar con un pescado a la brasa, la carta de Son de Mar ofrece un amplio abanico de opciones para degustar unas raciones. Una excelente experiencia es compartir unas anchoas premium de Laredo –Codesa o Rezumar– con una tabla de quesos de Cantabria –Las Garmillas, Quesoba, Siete Villas y Javier Campo–. Diferentes registros, la mayoría elaborados con leche cruda, pero todos de máxima calidad. Además, Mónica se entusiasma recomendando el escabeche de bonito de costera, una especialidad de la casa con la que recupera un plato tradicional de Laredo que ella da un toque con la incorporación de piel de naranja y canela, además de pimienta, laurel, cebolla pochada o aceite.

Otro imprescindible es la albóndiga de verdel, otro producto de temporada que gana en nobleza con esta elaboración.

Además, no faltan en la carta el quisquillón, las ostras francesas, una deliciosa nécora a la brasa, las almejas a la marinera, que también llevan un toque de brasa, el salpicón de marisco, la garra de pulpo a la brasa, las rabas, los mejillones con vinagreta o en salsa picantona, la ensaladilla rusa, los espárragos de Navarra, las croquetas (jamón /bacalao/espinacas y piñones, o los pimientos verdes fritos.

Una ensalada fresca, por ejemplo de tomates de huertas próximas (Frutería Ali), resulta ideal para acompañar una de las especialidades del Cantábrico elaboradas al momento a la brasa, tales como las sardinas asadas, los jibiones, los langostinos, el bonito del norte o su ventresca (solo en temporada). Los pescados llegan a diario directamente de la lonja y son suministrados por Pescadería Sireni de Laredo. Así, al tomar la comanda, se ofrecen los peces del día, que pueden ser lubina, dorada, rodaballo, san martín –o también llamado en Laredo cañada–, mojarra (jargo), besugo o rey, entre otros... Elaboraciones siempre a la brasa, con carbón de encina, con ese sutil toque que ofrece el ahumado del fuego que consigue el punto adecuado para que el paladar disfrute. En el caso de un marisco como el bogavante, por ejemplo, se sirve únicamente del Cantábrico, siempre bajo pedido.

Finalmente, en carnes aquí la propuesta se centra en la vaca pinta de la región, también a la brasa. Y en postres, destaca la tarta de hojaldre de Santos, de Torrelavega.