«Fue fantástico cuando nos trajeron la bandera que se izó en la luna»

–Siempre ha estado vinculada a Cantabria. ¿Cuál es su nexo?

–Desde que nací vine a veranear a Mortera con mi bisabuela Julia, cubana, con sus raíces en este pueblo, pedanía de Piélagos. Ella vivió muchos años y fue muy importante en mi vida. También venía mucho a Santander capital, a bañarme en la Primera, que me encantaba. El Muelle (Paseo de Pereda) me parece una de las avenidas más bonitas e imponentes del mundo. Tengo muchos parientes y amigos aquí. Cada vez que vengo me siento muy bien, forma parte de mí.

–En esta ocasión viene a presentar la conferencia 'Joyas de Leyenda en Christie's. ¿Qué va a descubrir el público?

–El público va a descubrir historias de mujeres fascinantes y de joyas fascinantes a lo largo de nuestros 250 años de historia. La fotografía tendrá mucha importancia.

–Supone un recorrido por la historia de algunas de las mujeres más fascinantes del mundo. ¿Con cuál se siente más identificada?

–La verdad es que es difícil sentirse identificada con alguna de ellas, porque todas fueron personajes históricos de una u otra manera. Y yo no lo soy para nada… ¡Qué se le va a hacer!

–¿Cuál ha sido la joya subastada en Christie's que le ha maravillado más?

–Por supuesto, 'La Peregrina', de Elizabeth Taylor, que viajó a nuestra oficina de Madrid, ya que había mucha relación de esta perla con la dinastía de los Austrias y los grandes retratos de Velázquez. Muchos personajes vinieron a verla. Su luz y su textura, el brillo y los matices de 'La Peregrina' nunca los había visto antes. Todos los del equipo nos quedamos impactados al tenerla en nuestras manos, fue un verdadero privilegio.

–¿A qué pieza (joya o no) no se podría resistir si tuviera medios económicos ilimitados?

–De las que vamos a citar en nuestra conferencia, las pulseras Art Decó de Cartier, en cristal de roca y brillantes, que pertenecieron a Gloria Swanson. Son el colmo de la elegancia, pero inalcanzables, porque pertenecen a la colección de la casa Cartier. Si salieran a subasta costarían una fortuna.

–¿Cuál ha sido su momento más especial dentro de la casa de subastas?

–Ha habido muchos momentos especiales que he vivido en España. Pero uno importante fue el que experimenté en el 'Evening Sale' (cuando la casa de subastas se abre durante la noche), en nuestra sede de King Street, en Londres. También disfruto mucho cuando se hace algún gran descubrimiento, como las máquinas 'Enigma' de los alemanes de la Segunda Guerra Mundial, que aparecieron en España. El haber descifrado su código oculto fue decisivo para la victoria aliada. Y fue fantástico cuando nos trajeron la primera bandera americana que se izó en la luna.

–¿Cuáles son las preferencias de las nuevas generaciones de coleccionistas potentes?

–Sin duda, el arte contemporáneo, pintura, escultura, fotografía, también los muebles de diseño de la segunda mitad del siglo XX. Aunque el pasado año el valor del Arte Impresionista y Moderno tuvo una subida vertiginosa, de más de un 60%.

–¿Cómo han evolucionado las subastas?

–Las subastas siempre evolucionan porque lo hacen los gustos, se incorporan nuevos objetos de deseo y se dejan de coleccionar otros. Ahora, por ejemplo, han nacido las subastas de bolsos de grandes firmas, de segunda mano. Pero lo que siempre funciona es el fetichismo. Los lotes de una subasta suben muchísimo si han pertenecido a un personaje famoso, como pasó en la subasta de los cincuenta años de James Bond (la primera película) o en la subasta de Audrey Hepburn, donde el guion escrito a máquina para su papel en 'Vacaciones en Roma' se vendió por más de 600.000 libras.

–Si uno está interesado en comenzar a formar una colección propia, ¿qué le aconsejaría de entrada para orientarle?

–Primero, hay que tener claro lo que le gusta a uno, de qué tipo de obras quiere estar rodeado, ya que el arte es, además de un placer, un lujo máximo y una experiencia que mejora la vida. También hay que tener en cuenta que se puede evolucionar, aprender y cambiar y no pasa nada. Otro punto a tener en cuenta es el dinero que uno tiene para invertir. Una buena opción que no es muy cara son los grabados de cualquier época o contemporáneos. Es mucho más asequible y se puede conseguir reunir una colección interesante.