Estvdio cierra su librería de Muriedas y se queda con las de Santander y Torrelavega

La sucesión de clausuras en las sedes de Estvdio se ha debido a causas económicas. La situación de la tienda es delicada. Llevaba tiempo en concurso de acreedores y el plan de viabilidad que presentó no ha dado los resultados esperados. La coyuntura, pandemia mediante, ha obligado a la sociedad a ir deshaciéndose de las librerías sobre las que pesaban los alquileres.

Deshacerse de su local en Valle Real después de casi 25 años de actividad, en 2018, no fue suficiente para remontar el vuelo. El sector vivía un contexto muy desfavorable, sometido por las consecuencias de una crisis económica de una década, la enorme competencia de las plataformas de venta 'on line' y los cambio de hábitos sociales -con caídas muy importantes en el consumo de bienes culturales-. Cuando cerró en el citado centro comercial, la empresa confiaba en poder continuar al frente de los otros puntos de venta. Pero no ha sido posible. Ni en Muriedas ni tampoco en Los Corrales de Buelna, que cerró durante el pasado confinamiento y no ha vuelto a abrir la persiana.

Hasta que llegaron los tiempos más difíciles, Estvdio fue un baluarte de la cultura cántabra, la primera gran librería de la región. Referente cultural y social de Cantabria, fue fundada en 1947 y ha sido siempre una sociedad familiar en manos de los García-Barredo. En el año 2013, en pleno ciclo negro para el comercio, la empresa se vio obligada a despedir a nueve empleados. Entonces su personal en nómina pasó de 72 a 63 trabajadores. Uno de sus propietarios aseguró que se había optado por el recorte de personal para «poner en marcha un proyecto de viabilidad a tenor del descenso de trabajo por la merma de ventas de libros y material».