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Desde que el pasado 2 de abril se permitieran las extracciones de lobos, Cantabria ha matado ya a nueve de los 41 ejemplares que establece ... el cupo marcado dentro del Plan de Gestión del Lobo para la temporada 2025/2026. Se han dado caza a siete machos y dos hembras de manadas pertenecientes a cuatro zonas: dos en Campoo, cuatro en el Nansa, dos en Aguayo-Yuso y uno en Cabuérniga. La Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación ha remitido los datos al Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), además de la previsión de matar a otros 21 ejemplares próximamente.
Para la consejera María Jesús Susinos, llama la atención «la celeridad» con la que Hugo Morán ha enviado una carta a las tres comunidades loberas «recordando» que deben enviar esa información y que, sin embargo, «aún no se hayan dignado a contestar a los informes reclamados por Cantabria para llevar a efecto dos extracciones puntuales, que se solicitaron el pasado 5 de marzo, cuando aún el lobo estaba incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre)».
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Susinos subraya que, con el número de lobos que permite extraer el Plan de Gestión vigente, «conseguimos que la especie se mantenga, es decir, que no crezca», e insiste, para «todo aquel que lo quiera escuchar», que en Cantabria «no queremos exterminar al lobo: queremos convivir adecuadamente con él y que nuestros ganaderos puedan seguir desarrollando su actividad» pues «el número de lobos que campan a sus anchas por Cantabria hace insostenible su coexistencia con la ganadería en extensivo». Un ejemplo de ello ha sido en los últimos días el entorno de Torrelavega.
Los 70 vecinos del barrio Río Riba de Viérnoles, el más cercano a Torrelavega, justo detrás del polígono de Tanos, ya no dejan el ganado fuera, en el monte. Tienen miedo de amanecer y encontrarse los cadáveres de sus animales en la puerta de casa. En un primer momento, como el hecho de que un lobo ataque tan cerca –a tres kilómetros de una ciudad de más de 51.000 habitantes– es tan poco habitual, señalaron a los perros como culpables de las matanzas de su ganado. Con el tiempo, han ido comprobando que algunos ataques, en los que las ovejas quedaban devoradas por completo, no se pueden atribuir a los canes.
El alcalde pedáneo de Viérnoles, Eduardo Trueba Cruz, no solo ha ido atendiendo a las llamadas de preocupación de sus vecinos, sino que también está en la lista de perjudicados: «Me han matado a cinco de mis diez ovejas. Estaban en una finca privada, a 150 metros de mi casa. Tanto el veterinario como el agente del Medio Natural certificaron que habían sido los lobos. Esto no puede seguir así. Un día alguien pasea por la falda del monte Dobra con su perro y ocurre una desgracia. Porque no han atacado arriba, están ya abajo».
Trueba acudió ayer al Ayuntamiento de Torrelavega para trasladar al equipo de Gobierno municipal la preocupación del barrio Río Riba y para solicitar «medidas pertinentes» para proteger tanto a los vecinos como al entorno natural. Tras el encuentro, el Consistorio notificó los hechos al Gobierno de Cantabria, en concreto a la Dirección General de Montes y Biodiversidad, órgano competente en materia de fauna salvaje, para que tome cartas en el asunto. «Nuestra obligación como administración local es velar por la seguridad de nuestros vecinos, pero también por la conservación del entorno natural», dijo el concejal de Salud Pública, Borja Sainz Ahumada.
El alcalde pedáneo de Viérnoles reconoce que la solución no es fácil. «No vale con certificar la muerte de las ovejas y recibir una subvención. A los animales se les tiene cariño. Y por otro lado, los lobos también tienen que comer para sobrevivir. El tema es complejo. Tengo vecinos con potros recién nacidos a los que no les da tiempo ni a inscribir a los animales. Y claro, si no están registrados no se puede certificar el ataque», señala.
Trueba no es cazador, no se atrevería a matar a un animal, pero vuelve a subrayar el hecho de buscar una solución: «Todos los vecinos me dicen que están preocupados. Aquí la mayoría tiene animales...».
Colectivos animalistas y ecologistas han convocado una concentración para el próximo sábado, 10 de mayo, en la plaza del Ayuntamiento de Santander para la defensa del lobo ibérico. El objetivo es manifestar su oposición a la aprobación por parte del Congreso de los Diputados de la exclusión del lobo ibérico del Lespre y a la autorización desde el gobierno de Cantabria de la eliminación de 41 ejemplares. En la protesta se leerá un manifiesto denunciando la «injusta persecución» que sufre el lobo, «desmintiendo la falsa imagen que lo señala como culpable de todos los males del campo y resaltando su papel crucial como aliado y pieza fundamental para el equilibrio de los ecosistemas ibéricos». Los convocantes condenan la decisión del Ejecutivo regional de «sentenciar a muerte a decenas de lobos». Advierten que esta medida, lejos de solucionar los conflictos en el medio rural, «los agravará, perpetuando una gestión basada en la violencia en lugar de en la prevención y la coexistencia. El control letal no ha demostrado ser efectivo para reducir los ataques al ganado ni para disminuir la caza ilegal», subrayan los organizadores.
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