Valdecilla amplía hasta la medianoche la radioterapia para paliar la lista de espera

El Hospital Valdecilla ha ampliado el horario de las sesiones de radioterapia hasta la medianoche para paliar la lista de espera acumulada al prescindir de uno de sus tres equipos, jubilado al agotar su vida útil para ser reemplazado por el acelerador lineal de electrones (ELA) más puntero del mercado, de la firma americana Varian Medical, que además llevará acoplado un sistema de radiocirugía. Y es que mientras se ultiman los preparativos para que el servicio de Oncología Radioterápica dé un salto de gigante en el tratamiento del cáncer en determinados casos, este equipo reducirá a las sesiones a una o dos, frente a las 30 habituales, el cambio ha obligado a afrontar la misma actividad durante los últimos meses, en los que ha habido que realizar obras para adaptar el búnker a las características técnicas del TrueBeam (denominación del aparato) y proceder a su montaje, pero con una unidad disponible menos.

«Desde que se retirara el antiguo acelerador, hemos estado funcionando solo con dos, y eso nos ha llevado a tener que buscar soluciones, porque cada equipo absorbe a alrededor de 60 pacientes al día 30 en el turno de mañana y 30 en el de tarde, así que parar un acelerador suponía dejar en espera a un volumen importante de pacientes», señala el jefe de Oncología Radioterápica, Pedro Prada. Una de las primeras medidas que se adoptó fue el funcionamiento ininterrumpido desde las ocho de la mañana a las diez de la noche. Pero no bastaba con eso, así que se adelantó media hora la entrada de la plantilla por la mañana tiempo ganado para calentar los equipos y empezar con las sesiones a las ocho en punto y se retrasó la salida en el turno de tarde.

Buscar alternativas

«Aún así no éramos capaces de absorber la lista de espera, que llegó a alcanzar las 120 personas, en un servicio como el nuestro, que no se lo puede permitir, porque son pacientes oncológicos, cuyo pronóstico depende de la celeridad del tratamiento», explica Prada. Llegados a ese punto, el servicio planteó las posibles alternativas a la Administración: derivar pacientes a tratar fuera la opción era la Clínica Mompía o ampliar de nuevo el horario. «La Consejería de Sanidad vio más oportuna la segunda, así que empezamos a trabajar hasta las doce y media de la noche», señala el médico.

A los pacientes, de entrada, les «sorprende» tener que acudir a darse las sesiones de radioterapia por la noche, pero «entienden que es una solución provisional necesaria para atenderles sin demoras». Prada se muestra «satisfecho», porque, «pese a todo, el balance del año es de solo 48 pacientes menos que el año anterior, con los tres equipos funcionando». A lo largo de 2015 se han recibido 1.725 primeras visitas, y el número de tratamientos ha sido de 513 en un equipo y 495 en el otro, «cuando lo normal es que, en el mejor de los casos, cada acelerador trate a 400 pacientes». Asimismo, el jefe de servicio destaca que «esto ha sido posible porque los profesionales han hecho un esfuerzo muy importante. Todo el mundo ha colaborado, y eso que ha habido momentos en los que hemos tenido que pelear también con alguna avería».

La medida se mantendrá «durante dos o tres meses», que es el tiempo que se estima tardará en ponerse en marcha el innovador equipo de radioterapia externa, que abre un abanico de posibilidades antes impensable. La gran ventaja es que acorta los tratamientos, porque permite elevar la dosis sin apenas dañar el tejido sano, anulando así los efectos secundarios de la tecnología convencional. El nuevo aparato, que supera las prestaciones de cualquiera de los existentes en el mercado, «ya está totalmente instalado». Los físicos, que han tenido que realizar cursos intensivos de preparación en Suiza, «empezarán a calibrar la semana que viene», sostiene Prada.

Con este equipo, que ha supuesto una inversión de 3,8 millones de euros la compra se incluía en el macrocontrato suscrito con Smart Hospital Cantabria (Ferrovial-SIEC), el servicio de Oncología Radioterápica podrá tratar cualquier tipo de tumor, incluidos los de radiocirugía y los pediátricos, que hasta ahora se derivaban a otros hospitales.

El acelerador combina dos energías, fotones y electrones, con las que bombardea las células cancerosas para destruirlas. «Vamos a intentar calibrar primero los fotones para trabajar cuanto antes con lo nuevo, porque mientras podemos seguir proporcionando la terapia con electrones con los otros dos aceleradores», explica. Fabricado en Palo Alto (California), referencia mundial de la alta tecnología, el TrueBeam llegó a Santander en noviembre, en decenas de cajas, después de recorrer más de 9.000 kilómetros.