Borrar
David Abascal, en la bolera de la Federación Cántabra de Bolos, en La Albericia. Roberto Ruiz

«Hay que llenar las boleras de jóvenes»

David Abascal, coordinador del proyecto 'Madera de ser', dependiente de la Federación Cántabra, busca introducir el juego de los bolos en los colegios de la región

Mariana Cores

Santander

Martes, 6 de noviembre 2018, 00:43

En los años 70, la estampa más normal en un a bolera era ver a chicos sentados en las gradas, a la espera de que los mayores terminaran y poder ellos hacerse con el cutío (pista ). El padre de David Abascal era uno de ellos. «En mi familia, los bolos son parte de nuestra identidad», dice. Es el coordinador del proyecto educativo 'Madera de Ser', creado por la Federación Cántabra de Bolos con el objetivo de fomentar este deporte en los colegios y no dejar que muera. Desde la organización se asesora a los centros educativos, se organizan talleres y se enseña a los alumnos a jugar a los bolos.

-'Madera de Ser' surge ante la sequía de jóvenes aficionados. ¿Cómo se llega hasta aquí?

-El método tradicional de aprendizaje del juego de bolos era acudir a ver a los adultos y esperar a que la bolera quedara libre para imitarlos. En los setenta, la Federación puso en marcha las competiciones de niños. Pero cada vez eran menos los practicantes, especialmente en los colegios. En 1989, la Federación Cántabra crea las escuelas de bolos, canalizadas a través de los ayuntamientos. En el 2001 se funda 'Madera de Ser', enfocada a los colegios, con el objetivo de que esta tradición no se pierda.

-¿No deberían de ser los bolos parte de la asignatura de Educación Física o una extraescolar?

-Creo que todos los centros educativos deberían trabajar la cultura cántabra, y los bolos son una parte importante de la misma. Este es uno de los objetivos de la Educación Primaria, además de difundir nuestra geografía, historia e instituciones.

-¿Son las nuevas tecnologías el mayor rival de los bolos?

-Son muchas las formas de ocio que hoy en día tienen los jóvenes. Las nuevas tecnologías están al alcance de cada niño de forma instantánea. Por este motivo, debemos seguir impulsando nuestro juego, para que llegue cada vez a más jóvenes, y que el día de mañana sean más los participantes.

-¿Cuáles son los mayores problemas a los que deben de hacer frente?

-Aunque las escuelas de bolos estén plenamente consolidadas (más de las tres cuartas partes de los jugadores de la División de Honor salen de aquí), son tres los problemas que obligan a no bajar la guardia: el descenso de la natalidad en las zonas rurales, la competencia de otras disciplinas deportivas y la dificultad de aprendizaje inicial, que hace desistir a muchos principiantes.

-Existe la percepción de que los bolos son cosa de adultos. ¿Qué se puede hacer para cambiarla?

-Es que no es cierto. Todas las circunstancias que hemos comentado anteriormente han llevado a ver las gradas de las boleras con gente mayoritariamente adulta, pero no es un deporte dirigido solo para este sector de la población. Nosotros apostamos por llegar a más personas a través de nuestros programas. Para cambiar esta percepción, trabajamos, a través de los talleres, con los alumnos de los colegios de la región. Si aumenta su afición, conseguirán llevar hasta las boleras cada día a más gente y llenarlas. De forma paulatina, habrá más jóvenes en este mundo.

A parte de las zonas rurales, ¿dónde se conserva una mayor afición?

-La razón de que en las zonas rurales haya más afición se debe a que hace años no había las mismas posibilidades de ocio que en las zonas urbanas. Por lo tanto, la bolera era el lugar de encuentro y socialización. La cuenca del Besaya, y Torrelavega en particular, es la cuna de los bolos por tradición. Así lo demuestra el número de peñas y jugadores. La consecuencia es la organización de más competiciones que en el resto de la región.

-¿Es Santander la asignatura pendiente?

-En la capital, el arraigo de los bolos es menor. Sus competiciones tienen menos repercusión. A través el proyecto 'Madera de Ser' hemos comprobado que en los colegios santanderinos el mundo de los bolos es un gran desconocido. Por ello, hemos firmado un convenio con la Consejería de Educación, con el Ayuntamiento y la propia Federación, a través del cual damos prioridad a los centros que están interesados en una jornada de bolos. Les invitamos a todos a participar en nuestras instalaciones de La Albericia. Es una apuesta por el futuro. Para que, por lo menos, los jóvenes de Santander conozcan nuestras tradiciones y que sean capaces de reconocer los juegos regionales.

-¿'Madera de Ser' necesita más medios, horas y docentes para revitalizar de verdad los bolos?

-Nunca el tiempo es el suficiente. Siempre queremos más. Pero también es de justicia reconocer la labor de la Consejería de Educación y dar las gracias por ello. Desde el mes de abril, a través de la Sociedad Regional de Cultura y Deporte, 'Madera de Ser' cuenta con dos maestros más, que son los encargados de visitar los centros educativos. Ellos llevan el juego de los bolos a los alumnos de toda Cantabria. Esto afianza los objetivos que en 2001 se marcaron los ideólogos del proyecto y que tan buenos frutos está dando hoy en día. Cuando concluya el actual curso escolar, habremos llegado a los 100.000 alumnos desde su puesta en marcha.

- Con intención de impulsar este deporte, se crearon las ligas regionales. ¿Tienen buena acogida?

-Sí. Una vez creadas las escuelas, empezaron a competir entre sí. En este momento hay cerca de 680 chicos apuntados. Animo a todos los jóvenes de Cantabria, a partir de los cinco o seis años, a que cojan un bolo.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes «Hay que llenar las boleras de jóvenes»

«Hay que llenar las boleras de jóvenes»