El folclore y la tradición pierden a uno de sus bastiones

En Cartes comienzan el adiós a una de sus más respetadas vecinas con un recordatorio: «El arte de ser feliz pasa por hacer felices a los demás. Por eso hay pérdidas que dejan una huella imborrable». El folclore con mayúsculas de la villa medieval llora estos días el fallecimiento de uno de sus bastiones, Rosalía Lahera Mantilla, una mujer tan joven como comprometida, un adiós tañido por el suave golpe de su pandereta.

El Grupo Folclórico Torreón de Cartes está consternado por la pérdida repentina de una de sus más relevantes integrantes. «Nos ha dejado Rosalía, esposa de nuestro presidente, Francisco Suero, madre de Eva y Saúl e hija de Pedro y Rosi, integrantes también de nuestro grupo». Una agrupación que siente la pérdida como se siente la de un familiar cercano, querido, admirado. «Nos ha dejado así, sin avisar, sigilosa. Nos deja huérfanos una grandísima persona, amante del folklore y las tradiciones».

No en vano su estela seguirá presente en otras agrupaciones a las que perteneció: los Picayos de Viérnoles o la Ronda Marcera de Cartes. «Trabajadora, amiga de sus amigos, buena esposa, excelente madre y cariñosa hija y hermana, siempre pendiente de todos, siempre atenta. No te vamos a olvidar nunca, jamás. Dejas un vacío muy grande, difícil de reemplazar», decía su familia musical en la despedida.

Más personal, más íntima, la despedida de su pareja, Francisco. «Se me ha ido la persona más importante de mi vida, la que siempre nos guió, mi amor incondicional, que nos deja un gran vacío. 35 años juntos para lo bueno y lo malo, y hoy me cuesta despedirme, sabiendo que mañana será aún más difícil». Un hombre alejado siempre de las efusiones públicas que ha sentido la «necesidad», esta vez sí, de hacer público uno de sus grandes tesoros: «la necesidad de que todo el mundo sepa que eres el amor de mi vida, que te he querido, te quiero y siempre te querré».

Como el grupo folclórico, él sabe que quedan muchos viajes, muchos proyectos sin compartir, «muchos sueños que teníamos juntos que no se podrán cumplir en esta vida».