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Ganaderos de Cabuérniga increpan a Revilla en Ruente

Ganaderos de Cabuérniga increpan a Revilla en Ruente

Unas 40 personas han protestado con campanos y pancartas por el vaciado sanitario, los retrasos en los pagos de indemnizaciones y la gestión del lobo. La Guardia Civil ha tenido que intervenir para separar a uno de los manifestantes

Lucía Alcolea

Martes, 11 de abril 2017, 13:53

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Unos 40 ganaderos procedentes de distintos puntos de la geografía cántabra, aunque la mayoría del valle de Cabuérniga, han increpado este martes al presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, durante la inauguración de una biblioteca rehabilitada en Ruente. Los manifestantes, algunos de ellos miembros de la Asociación de Ganaderos de los Valles de Cantabria (Agavacan), no han podido acceder al acto, pero han esperado al presidente regional en el exterior del Palacio de Mier, haciendo sonar sus campanos. Los motivos de la protesta se podían leer en las dos pancartas que llevaban: "El ganadero quiere sus vacas, no dinero, no + vacíos" y "Los lobos y el consejero, la ruina del ganadero". Aunque también se han quejado del retraso en el pago de indemnizaciones.

Una vez finalizado el discurso de Revilla, el presidente ha salido junto a su jefe de gabinete, Guillermo Blanco, y concejales del PRC de Ruente. Los ganaderos se han acercado al grupo de políticos y han increpado al presidente a golpe de campano y gritando consignas. El momento de mayor tensión se ha vivido cuando uno de los ganaderos ha agitado su campano a escasos centímetros de la cara del presidente y sus acompañantes han apartado a Revilla para evitar males mayores. El líder del PRC ha tratado de acercarse de nuevo a los ganaderos para hablar con ellos, pero el hombre que le había rozado con el campano, Francisco González, un vecino de Viaña que en enero fue obligado a sacrificar 33 vacas al detectarse que una de ellas sufría de brucelosis, ha perdido el control mientras profería graves insultos hacia Revilla, y ha tenido que ser apartado por dos agentes de la Guardia Civil. Durante unos minutos, el resto de ganaderos se han encargado de calmarle.

El presidente cántabro, en declaraciones a este diario, ha tratado de quitar hierro al incidente. "Me parece normal que una persona que se sienta perjudicada proteste, pero tanto en la gestión del lobo como en la gestión de la sanidad animal hay una normativa que tenemos que cumplir. Les he explicado que van a cobrar en tiempo y forma. Entiendo que puedan estar enfadados, pero por encima de todo está la sanidad animal. En todo caso no me he sentido amenazado en ningún momento. Están en su derecho de protestar".

Los miembros de Agavacan también han increpado a los concejales de la zona, y según ha explicado uno de los afectados, su mayor preocupación en estos momentos es el cumplimiento del calendario de saneamiento. "A día 11 de abril no nos han hecho el saneamiento de las vacas y seguimos esperando para sacarlas a pastar. No están cumpliendo con el calendario".

La gestión ganadera del Gobierno de Revilla ha sufrido un gran desgaste en los últimos meses a raíz de una epidemia de brucelosis que ha obligado, cumpliendo la normativa europea, a sacrificar a miles de reses sanas. El Ejecutivo ha asegurado que está tratando de acelerar los plazos de las subvenciones, pero el colectivo ganadero sigue reclamando una gestión sanitaria que no suponga el vaciado absoluto de una cabaña en la que puede haber un solo animal enfermo.

Este suceso se ha producido pocos días después de que Revilla le expusiera a la ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, los problemas provocados por el vacío sanitario en Cantabria. Una medida que obliga a los ganaderos a sacrificar todas sus reses por una sola vaca que dé positivo, como así recoge la normativa europea. De aquel encuentro salió el compromiso de que el Ministerio aprobará "de forma inminente", un incremento de 10 puntos en la cuantía de las indemnizaciones que perciben los ganaderos afectados por un vacío sanitario, y pasarán del 75 al 85% del valor de mercado del animal, con un límite de 100.000 euros por explotación, frente a los 75.000 actuales.

El consejero de Medio Rural, Jesús Oria, se ha comprometido además a pagar esas indemnizaciones en un plazo máximo de tres meses desde que se produzca el sacrificio de las reses.

Ya más tranquilo, Francisco González declaró que su único objetivo es "que paguen cuanto antes, porque tenemos que vivir y no sabemos de dónde vamos a sacar el dinero para volver a comprar los animales". "Las vacas", dijo, "son muy caras y ellos no terminan de pagarnos después de hacernos el vacío sanitario".

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